domingo, 6 de enero de 2008

New Hampshire: un fin de semana de debates



El sábado debatieron. Demócratas y Republicanos. Incluso se saludaron, todos contra todos, cuando un grupo tenía que dejar el escenario que ocuparían los otros. Y ahí, cuando los candidatos demócratas saludaban a los republicanos, uno a uno, como los equipos de fútbol después de cantar la canción nacional y antes del partido, uno podía guardar la foto -mental, por lo menos- para imaginar quién enfrentaría a quién en noviembre. ¿Obama y McCain?  ¿Clinton y Giuliani? 
En los debates -organizados por ABC News, Facebook (sí, Facebook) y la cadena local WMUR- los candidatos sabían que era el momento de jugar sus cartas en una carrera de cinco días, sobre todo para quienes -como Romney en un lado y Hillary Clinton en otro- los resultados de Iowa resultaron preocupantes. 
Hillary Clinton, como había anunciado, subrayó diferencias con Obama en cuanto a la experiencia y lo confrontó por lo que ella llamó un constante cambio de opinión en materias importantes. Lo interesante fue que Obama no contestó disputando el detalle de sus dichos, sino que siguió con su nueva canción: la unidad. En vez de seguir distorsionando el récord de cada uno, tenemos que fijarnos en los desafíos que tenemos por delante, dijo. Es interesante porque esa es la canción de quien va primero (era lo que decía Hillary Clinton cuando las encuestas la daban como nominada "inevitable"), y porque, habiéndose apropiado de EL tema de la campaña -el "cambio", un hit en ambos partidos, como se vio en Iowa-, ahora Obama está agregando una nueva canción a lo que espera sean sus "grandes éxitos": la unidad. ¿Y cómo contestarle a Hillary entonces? Bueno, para eso estuvo John Edwards, quien salió en defensa de Obama, aludiendo a su común interés por... el cambio, adivinaron. "No le escuchaba decir esas cosas cuando iba primera", le espetó Edwards a la senadora. 
Entre los Republicanos, lo que encendió los ánimos fue la política exterior del presidente Bush (un logro, dado que en los debates anteriores ni siquiera lo nombraban). El tema dio pie para que el atacado fuera Mike Huckabee, quien hace unas semanas publicó un artículo en la revista Foreign Affairs en la que criticaba la política exterior de Bush, llamándola una "mentalidad arrogante de bunker". Para sus contendores, no se podía hablar así de un presidente que había actuado "en defensa de todos nosotros" (ellos). Las posicines se encendieron más cuando hablaron de el que ya en debates pasados surgió como el gran tema decisivo para los Republicanos: la inmigración. En esta pelea, era principalmente McCain -quien apoyó la reforma migratoria de Bush hace unos meses, que fracasó justamente por falta de apoyo republicano- contra Romney, quien acusa a McCain de propiciar una verdadera amnistía para los ilegales. 
Un punto interesante fue cuando, hacia el final del debate, un periodista les preguntó por Barack Obama. Cortésmente, coincidieron en criticar sus posiciones -no es sorpresa, son republicanos hablando de un demócrata liberal- y, principalmente Giuliani, su "falta de experiencia". Una canción bastante parecida a la de Hillary Clinton. Cómo puedan -o no puedan- atacar los republicanos a Obama es un tema interesante, porque la campaña de Clinton ha insistido en que ésa es una de las principales debilidades del senador negro: a diferencia de Hillary, que ha resistido 20 años de ataques republicanos-, Obama estaría en una posición demasiado vulnerable, por lo que su nominación pondría en riesgo la oportunidad de los Demócratas de ganar la Casa Blanca en noviembre. Eso según la campaña de Hillary, insisto. Romney incluso destacó algo positivo de Obama: su mensaje de... cambio, adivinaron de nuevo. El mormón destacó que Obama representaba el cambio contra el establishment de Washington, igual que él. Tal cual: él es el cambio, McCain es el viejo de Washington.
Hoy los Republicanos debatieron de nuevo. La nota del New York Times sobre el encuentro destaca cómo Romney aprovechó cada oportunidad para criticar frontalmente a Huckabee y a McCain. Según escribe Johnatan Martin en The Politico, el debate -en el que se vio mejor parados a Romney y a McCain- estuvo más bien aburrido, demasiado "civilizado", quizás porque era una secuela del sábado, aventura Martin. Quizás es porque estaban en casa: organizaba la cadena Fox News

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