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domingo, 26 de octubre de 2008

El otro = El negro ese


Miércoles en la noche: En Pittsburgh, una joven de 20 años llamada Ashley Todd acude a la policía con una denuncia grave. Dice que cuando estaba en un cajero automático, tras bajarse de su auto en el que lucía un autoadhesivo de apoyo a John McCain, un hombre negro la atacó con un cuchillo, abusó sexualmente de ella,
le dijo que era partidario de Barack Obama y le grabó una "B" (por "Barack") en su mejilla con el cuchillo.

Un incidente grave de violencia motivada por razones políticas, que confirmaba estereotipos raciales: una joven blanca partidaria de McCain había sido atacada brutalmente por un hombre negro partidario de Obama. La campaña de McCain envió un comunicado a los medios con más datos que los que entregó la policía esa noche (aunque luego negó haberlo hecho). La campaña de Obama condenó el ataque y envió deseos de recuperación a la víctima.

Luego se supo que todo era falso.

La "B" al revés en la cara de la víctima fue la primera pista (como si se la hubiera hecho mirándose al espejo... muy brillante no era). Un interrogatorio terminó por despejar las dudas. Ashley Todd admitió el viernes que había inventado todo. Fue detenida con una fianza de 50 mil dólares.

Extraños incidentes, extraños personajes de esta campaña.

Claramente la joven -quien admitió haber tenido "problemas mentales" en el pasado- necesita ayuda psiquiátrica, pero aun cuando su acción haya sido motivada por motivaciones propias plantea la inquietud sobre la desconfianza racial instalada en la campaña presidencial. ¿Reaccionó Todd frente al mensaje de la campaña Republicana?

¿Está incitando la campaña a la desconfianza racial o al menos aprovechándose de ella?

Al respecto, el columnista del Baltimore City Paper Vincent Williams planteó hace una semanas que el mensaje de la campaña McCain-Palin sobre la desconfianza que el electorado debía tener sobre Barack Obama no estaba dirigido en realidad a un asunto sobre la inexperiencia del senador, sino a su raza. Lo explicó muy bien en esta entrevista con On the media, el imperdible programa de NPR: el "desconocido" es "el otro", y "el otro" es "el negro". Sarah Palin era desconocida a nivel nacional hasta que John McCain la nominó como su compañera de fórmula. De inmediato se identificó como "una de ustedes". Una mamá, una mujer que se esfuerza en sacar adelante a su familia, una esposa abnegada. Barack Obama llevaba dos años de campaña presidencial y todavía tenía que explicar quién era y enfrentar la pregunta planteada por la campaña de McCain: ¿Quién es realmente Barack Obama? Eso cuando no era calificado directamente de "peligroso" o "riesgoso".

Un ejemplo claro, planteó Williams, fue el "tema" de la primera noche de la Convención Nacional Demócrata: Barack Obama es un padre de familia común y corriente. Michelle Obama salió a hablar de su marido, sus hijas saltaron al escenario y Obama las saludó cariñosamente en una pantalla gigante por videoconferencia. Lo mismo que hace 20 años había hecho El Show de Bill Cosby -demostrar que una familia negra podía ser "una más" de clase media, con valores compartidos- Obama tenía que hacerlo otra vez. Como si fuera el sino de un negro que aspira a ganar el apoyo de los blancos: tener que demostrar su normalidad.

¿Qué significa cuando Sarah Palin le dice a su gente: "este no es un hombre que vea a América (sic) de la misma manera que ustedes y yo"?

Williams comenta en su entrevista con On the media este video (que posteamos hace un tiempo en este blog) en el que partidarios de McCain-Palin dicen que no conocen a Obama, que es un "musulmán" y un "terrorista", porque "está en su nombre" y porque "lo lleva en la sangre".
"Lo más interesante es cuan visceral es el disgusto por Barack Obama", dice Williams.

jueves, 9 de octubre de 2008

Del ataque a la amenaza de muerte



¿Quién es el verdadero Senador Obama? 

Al plantear esa pregunta, McCain no está invitando a la reflexión. Está aludiendo al rumor aquel de que Obama es en realidad un terrorista encubierto. Está tratando de sembrar la sospecha. "¿Qué pretende para América (sic)?" Pregunta McCain. 

Uno de sus últimos avisos televisivos se titula "Dangerous" ("peligroso"). Como resume Ariana Huffington en su blog, McCain parece estar diciendo: "¡Él es peligroso, voten por mí si quieren vivir!" 

Acá la joya: 




Las reacciones de su gente son su mejor resonancia. En Clearwater, Florida, Sarah Palin estaba atacando a Barack Obama en su discurso cuando de la multitud, entre los abucheos, gritaron: "¡Mátenlo!" 

Este tipo de amenazas tienen al Servicio Secreto alerta, llevando a cabo una investigación especial, según reporta Radar

¿Quiénes son quienes van a gritar estas cosas a las concentraciones de John McCain y Sarah Palin? Gente que piensa que Barack Obama es un terrorista porque "el nombre lo dice todo", o porque  "lo tiene en la sangre" o porque "pasó desde su primer año hasta los 6 con terroristas" (wrong! si se refiere a su paso por Indonesia, fue de los 6 a los 11 años) Este es un vistazo, cortesía de Blogger Interrupted via Wonkette (el blog con la cobertura más graciosa de las elecciones, lejos) 




Este otro video hecho por el American News Project toma algo del fenómeno Palin. El tipo se va a meter a una concentración pro-Palin a ver el debate vicepresidencial del 2 de octubre. La "mejor" parte es cuando se ríen de Joe Biden recordando a su esposa e hija muertas y su hijo grave en el hospital (via Huffington Post).


lunes, 29 de septiembre de 2008

El rechazo al plan de rescate y el impacto en las campañas


La cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos rechazó el plan de rescateeconómico de la administración Bush, aun después de las intensas negociaciones del fin de semana y del anuncio de ayer de que se había alcanzado un acuerdo.  

Las campañas de Obama y McCain estan desde ya buscando la manera de posicionarse favorablemente. A primera vista McCain es el que tiene más que perder: después de su show de la semana pasada -su "suspensión" de la campaña para ir a Washington a "liderar" los esfuerzos por llegar a un acuerdo-, su campaña pretendía mostrar el acuerdo aprobado como muestra de la determinación y liderazgo del senador. Primero trataron de hacerlo antes del debate del viernes, anunciando que McCain no iría si no existía acuerdo. Como no hubo y él tuvo que ir igual, citó los "avances" en las conversaciones como razón suficiente como para estar tranquilo e ir al debate. Durante el fin de semana los representantes de su campaña hablaban del casi seguro acuerdo como una consecuencia del "valioso liderazgo" de McCain en la materia. Y estaban listos para que hoy se aprobara el plan en la cámara y McCain vendiera todo como un trabajo suyo. De hecho, horas antes de que la ley fracasara en la cámara, McCain se adjudicó el mérito del acuerdo y critió a Obama por "mantenerse al margen" de tan importante gestión. 

Pero no hubo tal acuerdo y, peor para McCain, dos tercios de los Republicanos se opusieron. "Es una noticia muy, muy mala para McCain", posteó Isaac Chotiner en The New Republic. 

McCain culpó a Obama: "El senador Obama y sus aliados en el Congreso introdujeron un partisanismo innecesario en el Congreso", dijo, justo antes de llamarse al orden. "Ahora no es el momento de encontrar culpas, es el momento de encontrar soluciones al problema". Dijo además que el fracaso de la ley se debía en gran medida al fracaso de liderazgo de Obama. 

Sus declaraciones: 




¿Partió McCain a Washington a liderar un esfuerzo patriótico para salvar la economía? No, fue a Iowa a seguir en campaña. 

Los Representantes Republicanos culparon a la líder Demócrata Nancy Pelosi por su discurso "partisano" como razón del fracaso de la ley, lo que llevó al Representante Demócrata Barney Franks a exclamar "¿En serio? ¿Alguien hirió mis sentimientos así que castigo al país? Por favor". 

La "ofensa" de Pelosi fue responsabilizó a las políticas económicas de Bush por la presente crisis. Esto fue lo que dijo: 





Obama llamó a la gente y los mercados a tener calma y dijo que el congreso debía tramitar un paquete de medidas de emergencia para estabilizar la economía. Aquí sus palabras. 




¿Y ahora qué?  
La semana va a estar agitada. Y el jueves tenemos debate de candidatos vicepresidenciales. Ya estaremos con eso. 

viernes, 26 de septiembre de 2008

El largo y sinuoso camino al debate


Las últimas 48 horas han sido un juego de ajedrez en la campaña presidencial estadounidense. No tanto por lo inteligente del deporte, sino por la carrera de lado y lado por complicar al adversario con sus movidas, lo más rápido posible. 

El miércoles McCain anunció que suspendería sus actividades de campaña porque la prioridad "patriótica" era ir a Washington a asegurarse de que se llegara a un acuerdo para salvar la crisis bursátil y, de paso, llamó a aplazar el debate de esta noche en Oxford, Mississippi. Obama respondió diciendo que un líder debía ser capaz de ocuparse de más de una cosa a la vez y que, justamente por la crisis, ahora era aun más importante pararse frente a la ciudadanía y exponer sus planes para arreglar la economía. 

La misma movida de McCain -calificada como la apuesta más arriesgada de un apostador de la política como McCain, quizás idealizando demasiado la imagen de "jugador por instinto" del senador- fue una reacción a una iniciativa de la campaña de Obama: el senador había llamado a McCain por la mañana para proponer una declaración conjunta sobre la crisis. La respuesta de McCain fue hacer este llamado "patriótico" a suspender el debate. La misma mañana el Washington Post había dado a conocer su encuesta que ponía a Obama nueve puntos arriba de McCain, claramente marcado por la economía. 

Otras especulaciones sobre los motivos de McCain: el debate de esta noche tenía un tema, y ese tema no era la economía, sino uno donde McCain aparece mucho mejor posicionado, el de seguridad nacional y política exterior. Con los acontecimientos de las últimas semanas, por supuesto que hacer el debate sin referirse a la economía -un tema donde, crecientemente, Obama es mucho mejor evaluado que su rival- era inconcebible. Posponerlo después de que estalló  el escándalo de los pagos regulares de Freddie Mac al director de campaña de McCain y después de que el candidato Republicano mostró un comportamiento tan errático frente al tema que más preocupa al electorado (pasó de repetir que "los fundamentos de la economía son sólidos" a comparar la crisis con los atentados del 11 de septiembre, un día después de admitir que no había leído el texto de la propuesta de plan de rescate de Bush - Paulson, que consta de tres páginas) tenía perfecto sentido. 

Otro factor: la entrevista de Sarah Palin con la periodista Katie Couric en CBS, donde se vio a la candidata errática, nerviosa, vaga en sus respuestas hasta lo insólito (cuando Palin dijo que McCain había sido un legislador destacado en poner límites a Wall Street, Couric le pidió un ejemplo de ello, en los 26 años de trabajo legistativo de McCain. Ante sus evasivas, Couric insistió. Al final, ella contestó con un insólito "trataré de encontrar un ejemplo y te lo haré saber").  No parecía suficientemente sólida ni preparada para el primer debate de candidatos a la vicepresidencia contra Joe Biden el próximo 2 de octubre. Aplazar el debate de esta noche y moverlo para el 2 de octubre, daría más tiempo a Palin para prepararse (si es eso posible) mejor. Además, como destaca Michael Crowley blogueando para The New Republic, las noticias del miércoles no estuvieron dedicadas a la dudosa Palin, sino a la noticia de McCain. 

La entrevista de Couric a Sarah Palin aquí y aquí. No se la pierdan. 

Ayer los líderes del Congreso y de los partidos Demócrata y Republicano -incluidos Obama y McCain- concurrieron a la Casa Blanca respondiendo a un llamado del presidente Bush para  abordar la crisis y tratar de llegar un acuerdo sobre su propuesta de plan de rescate para las instituciones financieras, pero no llegaron a un acuerdo. Fue un triunfo para los Republicanos en el sentido de que igual obligaron a Obama a viajar a Washington y en la práctica suspender varias actividades de campaña para hacerlo, pero Obama y su partido fueron suficientemente cuidadosos de no aparecer respaldando gratis a Bush y un plan que ha sido criticado por representantes de ambos partidos (incluido McCain, algunos días). Algunos analistas apuntaron a que McCain estaba muy interesado a asociar el nombre de Obama a un plan criticado y con mala recepción entre la gente. 

Pero los Demócratas se manejaron con cuidado. Denunciaron la reunión en la Casa Blanca como un teatro político, una maniobra diseñada como un plan de rescate para la campaña de McCain que para la economía. De hecho, no se llegó a un acuerdo. Y eso mantiene hasta esta hora en duda la realización del debate de esta noche.   

La campaña de Obama insiste en que el candidato estará esta noche en Oxford, Mississippi, en el sitio del debate. Y más vale que McCain aparezca. Si no, será un evento público televisado con Obama como único invitado. "El pueblo de americano (sic) merece enterarse escuchar de mí y del senador McCain sobre cómo pretendemos liderar el país", comentó Obama. 

Sobre la "suspensión" de la campaña de McCain y su urgencia por volar a Washington para liderar el esfuerzo por llegar a un acuerdo: el senador siguió en Nueva York por varias horas más (le dijo a David Letterman que debía cancelar su aparición de esa noche porque estaba "corriendo al areopuerto"; luego Letterman se dio cuenta de que McCain estaba a la hora de la grabación en otro estudio del mismo canal, listo para dar una entrevista en el noticiario)  y el jueves en la mañana, aún en Nueva York, asistió a un acto de la fundación de Bill Clinton, The Clinton Global Initiative, donde volvió a repetir que estaba suspendiendo su campaña, aún cuando seguía aplazando su llegada a Washington (sobre Bill Clinton podemos hablar después: no parece estar precisamente apoyando a Obama). Con toda la "suspensión de campaña", sus comerciales en televisión siguen emitiéndose y sus oficinas en todos los estados en disputa siguen trabajando como cada día. Y Sarah Palin hoy estuvo en Nueva York, recorrió Ground Zero y, en un acto de audacia, aceptó preguntas de la prensa. ("¿Cómo cree que Bush ha manejado la "guerra al terrorismo"?", le preguntaron. "Estoy de acuerdo en lo que ha hecho al llevar la guerra a ellos y nunca más dejar que la traigan a nuestro territorio, tratando de destruir nuestra democracia y comunidades como... como Nueva York ", contestó)

¿Ganó o perdió McCain en esta vuelta? Adam Nagourney y Elisabeth Bumiller escriben en el New York Times: "El senador John McCain había intentado correr de vuelta a Washington como un líder que pone a un lado la política de la campaña presidencial para ayudar a llegar a una solución a la crisis financiera. En lugar de eso, se encontró en el medio de un notable show partisano, sin un mensaje público claro sobre cómo resolverlo". 

Las negociaciones seguirán hoy viernes. ¿Habrá debate? 


La mesa está puesta


BONUS TRACK: LA VENGANZA DE LETTERMAN

miércoles, 24 de septiembre de 2008

(Freddie) McCain pide posponer el debate del viernes por "patriotismo"



Ya lo habíamos comentado: la crisis en Wall Street aterrizó el tema central de campaña a la principal preocupación de los estadounidenses, la economía, algo que claramente perjudica más a John McCain. Sobretodo después de que se diera a conocer que Freddie Mac, una de las compañías en el centro de la crisis bursátil, le pagó 15 mil dólares mensuales desde fines de 2005 hasta el mes pasado a una empresa dirigida  por el jefe de la campaña de McCain, Rick Davis. Algo que no sólo es un bochorno porque McCain ha adoptado la aproximación populista de criticar "los pagos escandalosos en Wall Street" como reacción a la crisis, sino porque recién el domingo pasado había negado explícitamente el vínculo de Davis con Freddie Mac, diciendo que hacía años que no tenían relación. En rigor, el vínculo ya no era el mismo: hasta fines de 2005 Freddie Mac la había pagado 30 mil dólares a la empresa de Davis, Davis Manafort. El New York Times cita a dos fuentes cercanas al acuerdo que dicen que la empresa de Davis sólo se mantuvo en la nómina de pagos de Freddie Mac ante la expectativa de que McCain postulara a la presidencia este año, sin realizar ningún servicio real que ameritara el pago. 

(¿Freddie Mac-Cain? les regalo el slogan)

Con este escándalo entre manos y con el congreso de Estados Unidos, controlado por los Demócratas, poniendo en duda el plan de salvataje del gobierno de Bush ante la crisis (con voces de disenso desde el partido Republicano también); y con las encuestas acusando el golpe (en promedio Obama aventaja ahora a McCain por -todavía escasos- 3.7 puntos nacionalmente, pero una encuesta de hoy del Washington Post y ABC NEWS lo sitúa 9 puntos abajo ), la campaña del Republicano dijo hoy que suspendería su campaña para atender la prioridad "patriótica" de volver a Washington D.C. a  trabajar por una solución a la crisis, comparó la crisis de Wall Street con la emergencia del 9-11,  y llamó a la campaña de Obama a hacer lo mismo y posponer el debate presidencial televisivo programado para este viernes. 

La apuesta de McCain es la evidente de esquivar un debate en un pésimo momento de su campaña, pero también la de aprovechar la pasada para mostrarse como un líder nacional capaz de suspender las mezquindades partisanas por las "causas nacionales". Y de paso, es de sospechar, acusar a Obama y a los Demócratas del Congreso de priorizar la política electoral antes que el bien superior. 

En la misma línea, Bush se dirigirá al país esta noche a las 9, pidiendo apoyo nacional para su plan de salvataje de 700 mil millones de dólares. 

En una entrevista con CBS News, la especialista y candidata Republicana a la vicepresidencia Sarah Palin advirtió que si el congreso no apoyaba el plan de Bush, Estados Unidos enfrentaría una nueva Gran Depresión. 
Es palabra de Palin. 
Os invito a escucharla:



¿Qué dicen? ¿Le va a resultar la movida a John McCain? 

(La foto se la robé al Huffington Post) 

jueves, 18 de septiembre de 2008

Para Obama, una tormenta perfecta



Después de semanas perdiendo terreno en las encuestas nacionales, la campaña de Barack Obama recuperó el liderazgo en el
promedio de los sondeos hoy jueves, con un alza que comenzó el lunes pasado, coincidiendo con el lunes negro en Wall Street y las reacciones de los candidatos al respecto.

Si la campaña de McCain había tenido éxito hasta el domingo pasado en centrar la carrera en temas de carácter personal (a quién le cree más, quién ha servido mejor a su país, quién es más "patriota", quién le da más confianza), algo acentuado con el "efecto Palin", la crisis bursátil de esta semana fue una tormenta perfecta para la campaña de Obama, que lleva todo este tiempo tratando de hablar de los problemas económicos, para a partir de ahí recordarle a los votantes que el señor que está gobernando -y su equipo- son del mismo partido que McCain-Palin, la dupla que curiosamente hace campaña prometiendo "cambio". 

La campaña de Obama reaccionó rápidamente para subrayar que la crisis bursátil era consecuencia de las políticas adoptadas por el gobierno, particularmente la deficiente regulación de las instituciones financieras, y recordar que McCain se ha definido como un "des-regulador". McCain no pareció reaccionar bien, por su parte. El lunes volvió a repetir una línea que le ha traído problemas y que resulta difícil de explicarle a los votantes que están sufriendo las consecuencias de la crisis: "los fundamentos de la economía están sólidos", dijo. Luego dijo que por "fundamentos" se refería al gran valor de los trabajadores estadounidenses (Anoten eso para el nuevo glosario de campaña). La campaña de Obama no perdió tiempo y de inmediato lanzó un aviso televisivo usando la frase de McCain seguida por una simple pregunta: "¿Cómo va a arreglar las economía si no entiende que está mal?" 

Otro autogol de John McCain fue la solución que ofreció para la crisis: crear una comisión bipartidista parecida a la comisión 9-11, para explorar las causas del problema y las posibles soluciones. Una comisión, tal cual. "Esto no es 9-11. Sí sabemos cómo nos metimos en esto", dijo. "McCain ha propuesto el truco más viejo del libro en Washington: crear una comisión", agregó. Poco lo ayudaron las declaraciones de Carly Fiorina, la ex CEO de Hewlett Packard y una de las principales -y más visibles- asesoras económicas de McCain, que dijo en un programa radial que la candidata a vicepresidente Sarah Palin no estaría capacitada para manejar una corporación como HP. "Pero no está compitiendo para hacerlo", agregó. Más tarde Fiorina salió a aclara que en su opinión tampoco Obama, Joe Biden y John McCain lo estaban, pero que, nuevamente, no era eso lo que estaba en juego en la elección.  

Con todo, después de semanas dominadas por temas provocados e instalados por las campañas (la Convención Demócrata, la nominación de Sarah Palin, la Convención Republicana, y el descubrimiento y escrutinio a Palin, con acusaciones cruzadas de por medio), esta semana la campaña se debió dedicar a un tema real, serio y con consecuencias claras: la crisis económica. Por lo visto en los últimos días, los Republicanos están tratando de que la atención vuelva a la personalidad de McCain y sobre todo Palin (ahora la están dejando hablar con la prensa y contestar preguntas). Los Demócratas, por su parte, no parecen dispuestos a soltar el tema económico. Y confían en que el "fenómeno Palin" sea más bien una burbuja.

martes, 6 de mayo de 2008

La gran división Demócrata




Como ha quedado claro a lo largo de estas primarias Demócratas, como quedó mucho más claro en Pennsylvania y como evidencian los últimos días de campaña enfrentando las primarias de hoy en Indiana y Carolina del Norte, en esta carrera los candidatos están recogiendo el apoyo de electorados muy distintos, aun cuando sean todos Demócratas (o independientes participando de las primarias Demócratas). La gente con menos ingresos y menos educación ha votado por Hillary, la gente con más ingresos y educación ha votado por Obama. Los mayores votan por Hillary; los jóvenes, por Obama. Más que divisiones étnicas (que las hay, con los afroamericanos alineados tras Obama y los latinos y los blancos en general votando por Hillary) o religiosas (los católicos votan por Clinton), estamos hablando de una gran división demográfica, principalmente definida por el cruce nivel económico-nivel de educación-edad.  

David Brooks lo explicó en su columna del martes pasado en el New York Times: la demografía manda. "Hoy hay una masa educada. Quienes fueron a la universidad y quienes no fueron probablemente viven en pueblos distintos. Tienen tasas de divorcio distinta y diferentes maneras de criar a sus hijos. Quienes no fueron a la universidad no sólo ganan menos; fuman más, son más obesos y mueren más pronto", escribe Brooks. "Retailers, inmobiliarias y ejecutivos de televisión identifican y refuerzan estos grupos de estilos de vida. Hay más ofertas de nicho y menos experiencias comunes. La consecuente segmentación ha reformado la política", explica. "La elección de este año ha revelado una profunda brecha cultural dentro del Partido Demócrata". 

Es una brecha de la que los adversarios de Obama están explotando a la caza del voto rural y el del trabajador de los centros industriales. La campaña de Hillary Clinton, por supuesto, explotando la acusación de que Obama es un elitista (por eso fue tan dañinos su propio comentarios sobre la gente que "se amarga y se aferra a las armas y la religión": reforzó exactamente esa narrativa), mientras ella se esfuerza en destacar que ama las armas, toma cerveza en jarro y juega bowling. También diversos candidatos Republicanos -compitiendo en elecciones locales- se han dado un festín con el "Obama elitista", que se enmarca convenientemente dentro de la lógica con que los Republicanos han enfrentado y presentado esta creciente diferenciación demográfica: la guerra cultural, donde los Demócratas representan a "las elites educadas", snobs, desconectados de la realidad del "pueblo americano" (sic).  Ahora con el gentil auspicio de la campaña Clinton ven reforzada como nunca su narrativa. 

La Hillary "representante del pueblo" ha encontrado una perfecta oportunidad para marcar ese perfil gracias a la última maniobra electoral para conquistar el voto trabajador de Indiana y Carolina del Norte: la suspensión temporal del impuesto a la gasolina. Como comenta John Dickerson en Slate (uno de muchos columnistas que han destacado el punto), economistas y especialistas de todo el espectro ideológico han dicho que es una mala idea, no sólo inútil (no se traducirá en beneficio de los consumidores), sino también dañina (porque puede aumentar el déficit presupuestario y alentar un comportamiento ambientalmente perjudicial). Dickerson destaca que además escritores, juntas editoriales y políticos como Michael Bloomberg, el gobernador de Nueva York David Paterson y la líder Demócrata Nancy Pelosi han hablado en contra de la iniciativa, que es original de un tal... John McCain

Obama ha denunciado el "ofertón" como un barato truco político de última hora. Sin embargo, es muy posible ser que todas esas objeciones racionales tengan nula resonancia en el público objetivo de Hillary Clinton. 

El domingo en "This Week", de ABC, a Clinton le pidieron que nombrara a UN economista que adhiriera a la idea de la suspensión  temporal del impuesto a la gasolina. Traduciendo libremente, dijo "no voy a presentar mi caso a los economistas". Cuando el conductor del programa, George Stephanopoulos, le comentó las dudas con su plan presentadas por el columnista y autor Paul Krugman, Clinton dijo homologó a Krugman con la administración Bush y dijo que no escucharía a la gente que ha sido responsable por los últimos  siete años de gobierno.  

Esas intervenciones las destacó David Brooks en su columna de hoy en el New York Times, en la que comparó la aparición de Hillary en "This Week" (combativa, frontal, agresiva) con la de Obama en "Meet the press" (reflexivo, explicativo, diplomático). La columna se titula "Combate y compostura". Un contraste que, según Brooks, "define la carrera". "La posición de Hillary es que la política es por definición un negocio sucio", comenta. "El argumento implícito de Obama es que la política no tiene por qué ser así". 

En sus apariciones públicas, Hillary ha dicho que Obama "no quiere que el dinero de las compañías petroleras llegue a los bolsillos de los trabajadores", y en su último aviso de campaña se pregunta "¿Qué le pasa a Barack Obama?". Luego contesta: "Él está atacando el plan de Hillary para darte un alivio en los precios de la gasolina porque él no tiene uno". (La campaña de Obama contestó con un aviso donde acusa a Hillary de recurrir a los ataques, ejemplificando con una cita del New York Times en que se dice que su campaña "ha tomado el camino bajo")

Esta mañana, Jonathan Mann de CNN fue a la legendaria pista de carreras de Indianápolis a preguntarle a la gente que estaba viendo las prácticas para las "500 millas" -en día hábil, hora hábil, todos blancos, los hombres sin polera, enrojeciendo con el sol- por quién votarían. 

En esa mini encuesta informal ganó Hillary Clinton. 

Esta noche veremos si Obama fue capaz de ganar parte de ese público. 

domingo, 4 de mayo de 2008

Domingos dominicales de Obama y Clinton

Barack Obama fue a responder las preguntas de Tim Russert en "Meet the Press", de NBC (aunque en rigor el programa fue a él, que está haciendo campaña en Indianapolis). Hillary Clinton fue a responderle a George Stephanopoulos a "This Week", de ABC. (En este último caso hay una observación importante que hacer, léelo al final de este posteo). 

Obama partió contestando preguntas sobre el Reverendo Wright ("tema que nos distrae de temas importantes como Irak, el precio de la gasolina y el precio de los alimentos", dijo), habló de la suspensión temporal de los impuestos a la gasolina, al que se opone, que propuso McCain y que luego adoptó Hillary Clinton. Esta suspensión temporal del impuesto -o "gas tax holiday"- ha sido descartada como inútil por todos los expertos del país, y Obama lo ha denunciado como un típico truco electoral de "los políticos de Washington" que en vez de solucionar los problemas les da la posibilidad de levantar votos para seguir a la próxima elección. 

Pero lo más noticioso -y recogido por el resto de los medios- fueron sus comentarios sobre los dichos de la senadora Clinton sobre Irán: cuando le preguntaron qué haría si Irán atacara nuclearmente a Israel, Hillary se mostró dura y combativa. "Si soy presidenta (y atacan a Israel) quiero que sepan que los vamos a atacar", dijo. "Los vamos a borrar del mapa". Uy. 

"No es el lenguaje que necesitamos. Es el lenguaje de George W. Bush; hablar rudo, hacer sonar los sables, ignorar la diplomacia", comentó Obama. "Sin duda responderíamos si atacan a un aliado como Israel", aclaró, pero dijo que responder a esa clase de situaciones hipotéticas con ese lenguaje era peligroso. "Es importante que le dejemos claro al mundo que estamos dejando la diplomacia de cowboy de George W. Bush". 

En "This Week", de ABC -programa que también se movió hasta Indiana- Hillary Clinton defendió su comentario sobre "borrar del mapa a Irán". "Creo que tenemos que ser muy claros sobre lo que haríamos", dijo. 

Ahora a lo que nos referíamos con la "peculiaridad" de la entrevista de Hillary hoy en ABC: George Stephanopoulos -quien ya ha entrevistado antes a Hillary Clinton en esta campaña- fue jefe de comunicaciones en la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992 y luego asesor estratégico de su gobierno. Ahora es jefe de política de ABC News, lo que lo convierte en un especímen inusual en el éticamente quisquilloso periodismo gringo: fue al lado oscuro de la Fuerza y volvió. El problema que tiene, obviamente, es que cada vez que se enfrenta a la senadora hay una perturbación en la Fuerza. Como en el debate pre-Pennsylvannia, donde Stephanopulos fue particularmente inquisidor con el senador Obama, lo que despertó muchas suspicacias. O como cuando Hillary le refriega en la cara que trabajaban juntos (con frases como "tú sabes como es esto, George", o "tú debes recordar"). 

Eso hizo hoy en "This Week". Cuando Stephanopoulos le preguntó por su oposición retórica al Nafta en estas primarias -aun cuando el tratado fue promovido y aprobado por el gobierno de Bill Clinton-, Hillary jugó la carta: "George y yo nos oponíamos al Nafta", le dijo al público. "Estoy hablando de él en su vida previa, antes de que fuera un periodista objetivo". (Eso de "periodista objetivo" encendió el enojo de varios comentaristas en el blog de Ben Smith en Politico.com). 

jueves, 24 de abril de 2008

La raza y la pesadilla Demócrata


Al final no fueron 10 puntos de diferencia los que favorecieron a Hillary Clinton sobre Barack Obama en Pennsylvania; fueron 9.2. En delegados, el triunfo es insignificante. Pero las matemáticas de delegados -que se supone definirían las primarias- están pasando a segundo plano. Fue suficiente como para que la historia de esta semana fuera la supervivencia de Hillary, su milagrosa recuperación económica por las donaciones online y la imposibilidad de Obama de "cerrar el negocio".  

Después de esa victoria ni-muy-estrecha ni-muy-holgada, muchos en el partido Demócrata han comenzado a expresar su terror de que la prolongada pelea entre los candidatos y sus partidarios termine por torpedear fatalmente las posibilidades de recuperar la Casa Blanca en noviembre. La prensa post Pennsylvania, ayer y hoy, ha estado salpicada de esa preocupación, que no sólo pasa por lo destructiva y negativa que puede ser para el candidato o candidata que se imponga (como dijo el martes en la noche alguna de las analistas en CNN, Clinton está diciendo que Obama no está capacitado para dirigir el país, y el Obama está diciendo que Clinton no es confiable); sino también porque el más probable nominado, Barack Obama, no ha sido capaz de construir una coalición lo suficientemente potente como para imponerse de una vez por todas. Es la misma persistencia de Hillary Clinton la que está torpedeando la contundencia del triunfo -matemáticamente inevitable- de Obama. Con sus triunfos -reales, por supuesto- en los grandes estados  del "cinturón industrial" de Estados Unidos, Hillary Clinton está sembrando dudas sobre la capacidad de Obama de ganar en una elección general en noviembre, y su objetivo es que los superdelegados Demócratas decidan elegirla a ella aun cuando llegue al final de la carrera con menos delegados elegidos, menos estados ganados y, muy probablemente, menos votos. Convencerlos de que el candidato que llegue segundo (o sea, ella) al final de la carrera el 6 de junio, será un mejor representante que el candidato que llegue primero (Obama), es su única posibilidad de poner su nombre en el voto de noviembre. 

Que Obama sea incapaz de ganar en estas primarias en estados que pueden ser clave en la elección general es en cierto sentido un argumento tramposo: se supone que en la elección de noviembre los votos de Obama y los de Hillary en las primarias se sumarían para enfrentarse a McCain. Ahí las preguntas más pertinentes son más bien cuánta gente que vota por Hillary no votaría por Obama en la elección general (y vice versa, en caso de ser ella la nominada).  

También hay que considerar un factor: los estados grandes que Hillary Clinton presenta como ejemplos de su fortaleza para noviembre son estados que sí o sí votan Demócrata en las elecciones generales (Nueva York y California), y por lo tanto estarían en el bolsillo de Obama en la elección general; o son estados que votan Republicano o son "swing states", estados históricamente complicados o imposibles para cualquier candidato Demócrata (o sea, no se puede contar con ellos en el cálculo), como Texas, Ohio y el mismo Pennsylvania. 

La pregunta sobre votos en noviembre se hizo en las encuestas a boca de urna en Pennsylvania. 
Y en las respuestas se asomó un factor que comienza a perturbar a los Demócaratas: la raza
Un 63 por ciento de los blancos votaron por Hillary Clinton, y un 90 por ciento de los negros votaron por Barack Obama. Un 18 por ciento de los Demócratas que votaron el martes admitieron que la raza había sido un factor que consideraron al decidir su voto, y sólo un 63 por ciento de esos votantes dijeron que apoyarían a Obama en la elección presidencial de noviembre

Como destaca el análisis de Adam Nagourney en el New York Times, "la raza presenta dos problemas potenciales para Obama: votantes que se le oponen simplemente porque es negro, y Demócratas que no lo apoyarán porque no creen que un negro pueda ganar una elección general". 

La instalación de la raza como duda legítima sobre la "electibilidad" del candidato Demócrata favorece más a Hillary Clinton ("yo no soy racista, pero seamos realistas ¿vamos a arriesgarnos a perder?") y la posibilidad de que sea su campaña la que esté subrayando el tema hace que todo alcance dimensiones maquiavélicas aterradoras, incluso para los estándares de Hillary. Hay un lado opuesto, también: es probable que si la senadora termina imponiéndose en estas primarias no tenga el apoyo del voto negro en la elección de noviembre. Pero eso puede pasar con votantes de todos los colores si ven que el candidato Demócrata no es quien terminó primero en la carrera. 

domingo, 6 de abril de 2008

Mark Penn, fuera de la campaña de Hillary Clinton



Mark Penn pasó de ser el hombre más poderoso de la campaña electoral de quien sería la segura próxima presidenta de Estados Unidos a ser un hombre cesante. Bueno, no tanto.

La semana empezó terrible para Mark Penn, la cabeza de la criticada pero siempre sorprendente campaña de Hillary Clinton. Primero, se supo que el lunes, en su calidad de jefe ejecutivo de la conocida firma internacional de relaciones públicas (perdón, comunicaciones estratégicas) Burson-Marsteller se había reunido con el embajador del gobierno colombiano ante Naciones Unidas para darle algunas recomendaciones. Esto porque Colombia contrató a la firma para que representara sus intereses en Estados Unidos, particularmente en lo que se refiere a las negociaciones para lograr un tratado de libre comercio entre ambos países. Un problema, considerando que parte importante del electorado Demócrata, los trabajadores (importantes en Pennsylvania) detesta los TLC porque los culpan de haber aumentado el desempleo en el país. 

La retórica anti-TLC, enarbolada principalmente por John Edwards al principio de la campaña y luego por Barack Obama y Hillary Clinton, todos con un tono bastante populista,  ha sido relevante en las primarias. De hecho, antes de las primarias de Ohio Hillary Clinton se esforzó para convencer al electorado de que ella no había sido partidaria del NAFTA, aprobada durante el gobierno de un tal... Bill Clinton. Le sirvió para ganar Ohio, y era una pieza importante de su mensaje hacia los trabajadores Demócratas de Pennsylvania. Que se supiera que su jefe de campaña al mismo tiempo estaba ayudando a un gobierno latinoamericano para lograr su propio TLC no podía ser bueno. 

Mark Penn se disculpó por su "error de juicio", y el gobierno colombiano decidió despedirlo. O sea, prescindir de los servicios de su firma. En el comunicado del gobierno se consideró "una falta de respeto" que Penn hablara de la reunión del lunes como "un error de juicio. Peor aún, una representante de ese gobierno dijo que no había quedado claro si la reunión del lunes había sido con Penn como mano derecha de Hillary Clinton o con Penn como ejecutivo de Burston-Marsteller. (Ahora, para qué nos vamos a hacer los ingenuos: Penn era las dos cosas al mismo tiempo, y eso lo convertía en un mejor contacto)

Ya se había criticado a Penn por no dejar -o al menos congelar- su puesto en la firma para dedicarse a lo que se dedicaba: dirigir la campaña de Hillary. Si las dobles militancias son complicadas, aquellas donde una de las patas está puesta en una empresa de relaciones públicas (o lobby), son bastante más complejas. Y este era uno de esos casos. Pero como en Burson le seguían pagando su sueldo, Mark Penn no se quejaba. Ganaba por los dos lados.

Pero la fiesta se le acabó. Esta tarde, la campaña de Hillary Clinton emitió un comunicado declarando que el señor Mark Penn ya no trabaja con ellos, por decisión del propio Penn. No es que el hombre se quede sin voz en el comando, en todo caso: su empresa, Penn, Schoen y Berland Asociados, seguirá prestando el servicio de encuestas y consultoría política. 

Mark Penn, quien antes de trabajar para Hillary trabajó para Bill Clinton, había sido extensamente criticado dentro y fuera del comando de campaña de la senadora por los errores cometidos en la carrera. De hecho, esta salida se ha leído como una buena excusa de sus enemigos dentro del equipo de campaña para sacarlo del camino. A él se le atribuye la opción de haber presentado a Hillary Clinton como una mujer fría y racional, no haber previsto que la campaña se prolongaría más allá del SuperMartes del 5 de febrero -fecha en la que pretendían ganar cuando todo se veía tan fácil, por allá por diciembre-, y no haber logrado revertir las cosas. Su lugar será ocupado por Geoff Garin y Howard Wolfson, este último jefe de comunicaciones de la campaña. 

domingo, 30 de marzo de 2008

McCain y el factor Irak

John McCain tenía un problema: todos estaban pendientes de qué pasaba con Hillary y Barack, y nadie se fijaba demasiado en él. Entonces sus asesores tuvieron la idea de mandarlo de gira a Medio Oriente, Irak incluido -una guerra que él dice que Estados Unidos está ganando- y hacerlo actuar como presidente

En su viaje, sin embargo, tuvo un pequeño lapsus. Hablando en Jordania dijo varias veces que "todos saben" que Al Qaeda está siendo entrenada en Irán para luchar en Irak. Unos minutos después, su amigo el senador Joe Lieberman (un ex Demócrata convertido a independiente convertido a McCain), le comentó al oído que estaba cometiendo un "pequeño" error: Al Qaeda es sunni; el gobierno iraní es chiíta. No hay manera en que uno ayude al otro. "Lo siento, me refería a los grupos extremistas, no a Al Qaeda", dijo McCain. 
Sus asesores dicen que fue sólo un lapsus. Y potencialmente podría haberle costado, de no ser por su investidura de experto en temas de guerra por haber sido prisionero de otra: Vietnam. (Imagínense qué habría pasado si Obama comete el mismo error). 

La gira de McCain no sólo le sirvió para sacarse fotos "en terreno" y comportándose como presidente, sino también para aprovechar la cobertura a Irak, justo cuando se cumplían cinco años de la invasión norteamericana y por ende el inicio de la guerra. 

La cobertura a la guerra ha disminuido significativamente, en parte por razones de costos, porque ya no es tan noticia como antes, porque hay noticias más "calientes" como las primarias en Estados Unidos y, según los Republicanos, porque los medios sólo quieren contar malas noticias y, como se supone que ahora están ganando, no quieren informarlo. 

Esta semana el supuesto avance se complicó un poco más con la ofensiva militar del ejército iraquí-entrenado-por-Estados-Unidos contra las milicias afines a Moqtada Al Sadr en Basra. Iba a ser la prueba de fuego, la demostración de que los iraquíes estaban haciéndose cargo de sus propios asuntos gracias a Estados Unidos, o sea, que el plan norteamericano estaba funcionando. Pero se les complicó tanto la ofensiva a los iraquíes que el ejército estadounidense tuvo que apoyar con bombardeos aéreos. La batalla no sólo sigue en Basra, sino que además ha motivado protestas y atentados en el resto del país. 

Curiosamente, todo esto es una buena noticia para John McCain. Con todo el país hablando de la crisis económica -un terreno donde él se muestra débil-, McCain necesitaba que Irak volviera a la pauta. El candidato Republicano necesita que la elección de noviembre gire en torno a temas en los que se maneja, supuestamente, como el de "seguridad nacional", que en Estados Unidos es lo mismo que decir "política exterior", que es lo mismo que decir "guerra". 

sábado, 26 de enero de 2008

¿Una primaria negra?

Ha sido lo que se ha dicho insistentemente sobre las primarias de South Carolina, que Barack Obama acaba de ganar. Es comprensible, dado que en este estado los votantes afroamericanos representan el 50% del electorado -mientras nacionalmente representan cerca del 12%. Con el tema de la raza emergiendo -cortesía de la campaña de Hillary Clinton, como coinciden los analistas-, ese era un factor a seguir de cerca en esta primaria. 
¿Qué ganaba la campaña de Clinton con "racializar" estas primarias? Encapsular el triunfo de Obama: "le va bien con los afroamericanos, pero nacionalmente eso es insignificante". Y detenerlo ahí, antes del SuperMartes. Era importante porque Obama no había tocado el tema de la raza, al menos evidentemente, hasta que se vio enfrascado en esta discusión con los Clinton sobre el legado de Martin Luther King y de pronto estaba hablando de raza, bailando al ritmo del discurso de su competencia. Una de las fortalezas del discurso de Obama siempre ha sido la unidad, la capacidad de convocar gente de todas razas, posiciones políticas y ambos géneros para un objetivo común. Obligarlo a ser simplemente "el candidato negro" era una estrategia brillante. 
Por eso la composición del voto en South Carolina era tan importante. Y lo que dicen esos números (según las encuestas a la salida de urna) favorece a Obama: un 25% de los blancos votaron por él. Como dice el Trailhead de Slate, eso es mucho mejor que lo que las encuestas proyectaban. Eso permite, escriben en Slate, que esta pueda ser descrita como una victoria arrasadora; no una victoria arrasadora entre la comunidad negra. 
Es de suponer que el discurso de Obama enfatizará eso y subrayará el tema de la unidad: ahora tiene que enfrentar un SuperMartes bastante más diverso y desafiante. 
 
(PD: El acierto fotográfico es del New York Times)

miércoles, 23 de enero de 2008

¿Quién gana con la crisis económica?



Un resumen selectivo: a fines de la semana pasada el presidente Bush anuncia un plan de ayuda económica con el que pretende evitar -o suavizar-, la crisis-económica-posible-recesión inminente. El lunes las bolsas de todo el mundo se derrumban porque los mercados desconfían sobre la eficiencia de las medidas anunciadas por el gobierno de Estados Unidos. El martes la Reserva Federal de ese país anuncia la mayor baja en las tasas de interés en 23 años y los mercados se recuperan. 
La recesión ya viene y hace rato que los candidatos Demócratas y Republicanos se dieron cuenta de que la economía ha pasado al primer lugar del ránking de preocupaciones (y motivaciones de voto, en consecuencia) de sus respectivos votantes. Las aproximaciones al tema han sido directo del manual -por si algiuen quiere dibujar las grandes diferencias entre unos y otros-: mientras los Republicanos repiten su mantra favorito, "bajar los impuestos, bajar los impuestos", los Demócratas repiten en suyo, "ayudar a los más desprotegidos, ayudar a los más desprotegidos" (por acción directa). Por ejemplo, Huckabee propone directamente eliminar los impuestos a los ingresos, y Giuliani repite casi cada vez que abre la boca -y no son pocas veces- que él tiene el récord de ser quien más ha bajado impuestos. Claramente no están interesados en atraer al electorado trasversal; están en la lucha por cortejar a los más Republicanos de los Republicanos. 
Es sin embargo en el lado Demócrata donde la crisis económica y la inminente recesión 2008 puede tener mayores consecuencias. Por una parte, multiplica las posibilidades de derrotar a los Republicanos en las elecciones generales de noviembre, a la vez que da un flanco abierto para darle duro al presidente Bush ("insuficiente" es lo más suave que le han dicho a su plan). Y dentro de los Demócratas quien más tiene potencial para ganar es Hillary Clinton. Es la que se ha mostrado más agresiva en el discurso contra Bush, pero sobre todo es la mujer de Bill Clinton, y los años de prosperidad de su gobierno hoy son lindos e idealizados recuerdos. La sensación de crisis es perfectamente coherente con su discurso -"experiencia", "lista desde el primer día"- mientras que amenaza al de Obama con una postergación en la lista de prioridades -"cambio", "esperanza", "integridad", "valores personales". 
Es cierto que John Edwards fue quien más agresivamente tomó el tema de la inseguridad económica en su campaña -anti corporativo, protector de los trabajadores, etc-, pero Edwards es ya historia: esta es una carrera entre tres, pero ellos son Bill Clinton y Hillary Clinton contra Barack Obama. 
Hoy en Davos, donde se inició el Foro Económico Mundial, la crisis económica era el tema del momento, y al ser consultado sobre economía y política el millonario y filántropo George Soros delineó tibiamente sus preferencias. "Apoyo a  Obama", dijo, aunque aclaró que no tiene con él ninguna relación (salvo, claro, ayudar en un evento de recaudación de fondos). "Si hablara como yo hablo no tendría ninguna posibilidad de ser elegido: así que le deseo bien, pero no hablo con él", dijo. Si la nominada fuera Hillary Clinton, en todo caso, la apoyaría. Soros le dijo además a la BBC que una recesión "será muy difícil de evitar".
Las turbulencias económicas son un gran cheque que parece cruzado y nominativo para los Demócratas. Sólo queda por ver quién lo cobra en caja.