Si la campaña de McCain había tenido éxito hasta el domingo pasado en centrar la carrera en temas de carácter personal (a quién le cree más, quién ha servido mejor a su país, quién es más "patriota", quién le da más confianza), algo acentuado con el "efecto Palin", la crisis bursátil de esta semana fue una tormenta perfecta para la campaña de Obama, que lleva todo este tiempo tratando de hablar de los problemas económicos, para a partir de ahí recordarle a los votantes que el señor que está gobernando -y su equipo- son del mismo partido que McCain-Palin, la dupla que curiosamente hace campaña prometiendo "cambio".
La campaña de Obama reaccionó rápidamente para subrayar que la crisis bursátil era consecuencia de las políticas adoptadas por el gobierno, particularmente la deficiente regulación de las instituciones financieras, y recordar que McCain se ha definido como un "des-regulador". McCain no pareció reaccionar bien, por su parte. El lunes volvió a repetir una línea que le ha traído problemas y que resulta difícil de explicarle a los votantes que están sufriendo las consecuencias de la crisis: "los fundamentos de la economía están sólidos", dijo. Luego dijo que por "fundamentos" se refería al gran valor de los trabajadores estadounidenses (Anoten eso para el nuevo glosario de campaña). La campaña de Obama no perdió tiempo y de inmediato lanzó un aviso televisivo usando la frase de McCain seguida por una simple pregunta: "¿Cómo va a arreglar las economía si no entiende que está mal?"
Otro autogol de John McCain fue la solución que ofreció para la crisis: crear una comisión bipartidista parecida a la comisión 9-11, para explorar las causas del problema y las posibles soluciones. Una comisión, tal cual. "Esto no es 9-11. Sí sabemos cómo nos metimos en esto", dijo. "McCain ha propuesto el truco más viejo del libro en Washington: crear una comisión", agregó. Poco lo ayudaron las declaraciones de Carly Fiorina, la ex CEO de Hewlett Packard y una de las principales -y más visibles- asesoras económicas de McCain, que dijo en un programa radial que la candidata a vicepresidente Sarah Palin no estaría capacitada para manejar una corporación como HP. "Pero no está compitiendo para hacerlo", agregó. Más tarde Fiorina salió a aclara que en su opinión tampoco Obama, Joe Biden y John McCain lo estaban, pero que, nuevamente, no era eso lo que estaba en juego en la elección.
Con todo, después de semanas dominadas por temas provocados e instalados por las campañas (la Convención Demócrata, la nominación de Sarah Palin, la Convención Republicana, y el descubrimiento y escrutinio a Palin, con acusaciones cruzadas de por medio), esta semana la campaña se debió dedicar a un tema real, serio y con consecuencias claras: la crisis económica. Por lo visto en los últimos días, los Republicanos están tratando de que la atención vuelva a la personalidad de McCain y sobre todo Palin (ahora la están dejando hablar con la prensa y contestar preguntas). Los Demócratas, por su parte, no parecen dispuestos a soltar el tema económico. Y confían en que el "fenómeno Palin" sea más bien una burbuja.
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