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miércoles, 14 de mayo de 2008

Lecciones del triunfo de Hillary en West Virginia


Hillary Clinton ganó ayer en West Virginia por 41 puntos. Lo que se llama una victoria categórica. Obama no ganó ningún condado del estado. Reforzando su mensaje a los superdelegados (voten por la que tenga más posibilidades, no por el candidato que gane más delegados), la senadora dijo en su discurso: "Estoy en esta carrera porque creo que soy la candidata más fuerte. Y la presidenta más fuerte". 
 
Aunque esta derrota no hace tambalear a Obama en su casi sellado camino a la nominación, sí es preocupante en la perspectiva de sus posibilidades para ganar en noviembre porque enfatiza la gran división demográfica del partido Demócrata y el problema de Obama con el voto rural, pobre y blanco. Algunos  datos de las encuestas a boca de urna:  

Un 37% de los votantes de West Virginia dijo que el hecho de que Bill Clinton haya hecho campaña (por su mujer, obviamente) había sido "muy importante" para ellos. De ellos, un 84% votó por Hillary (ya sé, yo me pregunto lo mismo: ¿qué piensa ese 16% que encontró tan importante la presencia de Clinton pero no votó por Hillary?). O sea, para Obama sería importante reconciliarse con el viejo Bubba.

Sólo un 25% de los partidarios de Clinton dijeron que estarían conformes si Obama ganara la nominación (y un 38% de los partidarios de Obama lo estarían si Hillary fuera la nominada). 
Un 53% de los votantes Demócratas aseguró que no votaría por Obama en noviembre si él gana la nominación. Por mucho que esta pregunta sea muy distinta en el fuego de la batalla de las primarias al momento mismo de la decisión en noviembre, es igual preocupante para el senador. 

La raza también volvió a ser un tema importante, y preocupante. Dos de cada 10 votantes dijeron que la raza había sido un factor importante en su decisión de voto. De aquellos influenciados por la raza, el 80 % votó por Hillary Clinton. 

Fiel a su nueva estrategia de comportarse como el candidato Demócrata -aunque en sus palabras sea cauto y asegure que las primarias no han terminado- Obama no sólo no estuvo en West Virginia ayer, sino que además decidió hablar antes del cierre de los locales de votación; no en una gran concentración sobre un podio, sino en una pequeña reunión con partidarios, micrófono en mano ("palabras" más que un discurso) y en Missouri, estado que votó hace rato pero que es importante para la elección general de noviembre. Hoy va a ir a Michigan, estado donde tiene que empezar a construir simpatías considerando que es uno de los castigados con la exclusión de sus delegados del Comité Nacional Demócrata por haber adelantado sus primarias -por lo que Obama no sólo no estuvo en el voto, sino que tampoco hizo campaña- y considerando además que en muchos discursos el senador ha hablado con orgullo del duro discurso que dio hace un tiempo frente a los fabricantes automotrices de Detroit. Hoy visitará una planta de Chrysler y se reunirá con sus trabajadores. 

Un dato a considerar en West Virginia es el 7% que obtuvo John Edwards, quien ya no está en carrera, clara señal de que hay parte de ese electorado que no está conforme ni con Clinton ni con Obama. 
En la vereda del frente, otro ex candidato, Mike Huckabee, obtuvo el 10% de las preferencias. Y Ron Paul, que sigue compitiendo, sacó un 5%. Fue un recado para un partido donde hace rato que John McCain aseguró su nominación: hay un 15% del electorado Republicano de ese estado que no está tan convencido con el candidato. 

Cómo queda la carrera después de West Virginia. 
Según NBC News, hasta el momento, van así (contando delegados y superdelegados). Obama 1880; Hillary Clinton 1.717,5 (no es que haya delegado sea muy chico, es que algunos valen por medio voto). Eso significa que para la meta de los 2.025 delegados que aseguren la nominación a Obama le faltan 145 y a Clinton 307,5. (Aunque, como ya lo dijimos, la campaña de Clinton desde la semana pasada dice que la meta real es de 2.209 delegados)

(Foto: Stephen Crowley/The New York Times)

sábado, 19 de enero de 2008

John McCain gana en South Carolina



El senador John McCain ha matado a su bestia negra: ha ganado en South Carolina, el estado donde fue derrotado por la maquinaria electoral de Bush, la campaña sucia y las energizadas fuerzas conservadoras en 2000. 
Fue una pelea hasta último minuto contra Mike Huckabee, quien, como se esperaba, tuvo un muy buen desempeño en la parte norte del estado, condados más conservadores. Pero no fueron suficientes. 
   Hasta el momento, las cifras son: John McCain 33%, Mike Huckabee 29%. Siguen Thompson, Romney y -ojo con esto- Ron Paul sobre Rudolph Giuliani. 
Uno que en la práctica ya no tiene mucho que hacer en esta carrera (salvo "postularse" para candidato a vicepresidente, un premio de consuelo siempre posible) es el ex senador Fred Thompson, quien terminó en tercer lugar, muy ligeramente por encima de Mitt Romney.  Thompson hizo un discurso agradeciendo a quienes lo han apoyado, pero no se retiró de la carrera. Al menos no todavía, porque ya se habla de que está "considerando sus opciones". 
Las cifras que se están dando a conocer indican que Thompson reclutó al 15% de los votantes evangélicos. Es decir, sin el actor-ex senador Huckabee estaría rezando plegarias de agradecimiento en lugar de pedir fuerza. 
Mañana será día de análisis, especulaciones y proyecciones. Ahí estaremos. 

martes, 15 de enero de 2008

Michigan: Romney sigue vivo...


La carrera Republicana sigue abierta. Los enormes esfuerzos de Mitt Romney en Michigan le dieron resultados y ganó las primarias de ese estado. A esta hora hay 56% de los votos escrutados y Romney supera por nueve puntos a John McCain: 39% versus 30%. 
Ya habíamos explicado lo crucial que era para Romney anotarse este triunfo. Uno que puede respirar tranquilo es Giuliani: McCain dejó de crecer, por ahora (aunque en las anteriores primarias, en 2000, ganó en Michigan dejando a Bush en el piso; y ya sabemos lo que pasó después). Algunos ya lo dan por casi muerto, claramente exagerando. "McCain está siendo acosado por el fantasma del pasado de John McCain: no puede ganar entre los Republicanos", dijo recién Ari Fleischer en CNN. La frase es buena, a pesar de la escasa credibilidad de quien la pronunció: el ex portavoz de la Casa Blanca (a cargo de los comunicados en la época de la invasión a Irak). 
"Nos fue bastante bien", dijo McCain a su gente. "Y creo que les demostramos que no nos importa pelear". Los analistas más serios de CNN coinciden en que el hombre vendió el mensaje equivocado, apelando más a la base de centro que a la Republicana clásica. Un ejemplo: habló de calentamiento global en un estado definido por el orgullo de fabricar automóviles. 
  Mitt Romney salió a celebrar con su gente. No mostraron un plano general, pero curiosamente no se escuchaba precisamente a una multitud (quizás eligieron un lugar demasiado chico). 
"Esta noche marca el inicio de un regreso: un regreso para América (sic)", partió diciendo Romney, en un mensaje que no dio para discurso. Debe haber sido la peor pieza oratoria de ganador de caucus o primaria desde que partió el proceso. Parecía más bien una mezcolanza de conceptos prestados ("regreso", "cambio", "podemos lograrlo") pero convertido en una arenga de estadio de béisbol. "Hace una semana esto parecía imposible, pero ustedes salieron y dijeron lo que Estados Unidos (dijo "América", pero ya saben...) necesitaba escuchar", continuó luego. "Celebramos esta noche en Michigan; pero adivinen qué pasa en Washington: se están preocupando", agregó, reforzando la idea de que él es un individuo ajeno a los mecanismos de poder político, que es un outsider que viene a parar los carros a los poderosos". 
Al final habló de quiénes lo inspiraban: "Me inspiro en Ronald Reagan y George Herbert Walker Bush", dijo.  Luego en CNN Ari Fleischer dijo "debe haber sido un error que no nombrara a George W. Bush, porque si tienes a un presidente en ejercicio popular en la base Republicana, por qué no nombrarlo". Si de verdad piensa que Bush junior es tan popular en la base y que Romney lo omitió por error, no puedo explicarme por qué lo están elevando a la categoría de "analista". 
Un par de conclusiones interesantes: la preocupación principal de los votantes de Michigan era la economía (el centro del discurso de Romney). Y Romney le ganó a Mike Huckabee en el voto de quienes se declararon evangélicos. "No es un voto monolítico", dijo Huckabee a Larry King, y dijo no sentirse decepcionado.  "Vamos a ganar South Carolina el sábado", prometió (ese estado celebra primarias Republicanas este sábado 19, a diferencia de los Demócratas, que lo harán el 26)
Otra cosa digna de apuntar: en cuarto lugar (tras Romney, McCain y Huckabee) terminó Ron Paul. Detrás, Fred Thompson y Rudy Giuliani, en ese orden. "Estamos contentos", dijo Steve Forbes, co-director nacional de la campaña de Giuliani, a Larry King. "No perdimos, porque no competimos. El resultado demuestra lo sabio que fue Giuliani en no competir ahí", dijo, predeciblemente. Luego habló de la importancia de Florida (eso ya lo sabíamos) y basureó un rato a John McCain, que al no ganar le dio a su causa la mejor noticia del día.  
De vuelta al cuarto lugar: algo está pasando con Ron Paul, un candidato con pocos votos pero con muy movilizados adherentes, y con una billetera muy bien nutrida. 
Para los Republicanos la próxima parada es South Carolina, este sábado. Al mismo tiempo estarán compitiendo en los caucus de Nevada. Como están las cosas, el domingo no sabremos mucho más sobre el nominado del "Grand Old Party" para las elecciones generales de noviembre. 
En otra parte del mundo -o en otra parte de ver el mundo- los Demócratas debatieron en Nevada, en preparación de los caucus del próximo sábado 19 de enero. Pero esa es otra historia. Al menos de otro posteo. 

domingo, 13 de enero de 2008

Cómo llegan los Republicanos a Michigan


Los
Republicanos están viviendo las primarias más disputadas que hayan visto. No hay un claro favorito y cómo se defina esta carrera dependerá de lo que pase estado a estado. Una nota acá sobre los sistemas en las primarias. Al votar, ambos partidos eligen delegados, que en la convención nacional del partido deberán elegir al candidato. Esos delegados son mandatados con un voto determinado (por eso no hay que esperar a las convenciones para saber quiénes serán los candidatos en noviembre), pero Demócratas y Republicanos tienen diferentes maneras de repartirse a sus delegados. Mientras los Demócratas eligen proporcionalmente (el número de votos de cada candidato le da derecho a determinado número de delegados), los Republicanos tienen el sistema de "el ganador se lleva todo" ("The winner takes it all", como la canción de Abba, si me perdonan el recuerdo). O sea, si no se gana, no se gana nada (en el sistema Demócrata, en cambio, un perdedor igual suma delegados; de hecho, dado el estrecho margen de derrota, en New Hampshire Hillary Clinton y Barack Obama eligieron el mismo número de delegados). 
Eso, como nos enseña Michael Tsai, de Slate, en la siempre útil columna "The Explainer", explica que Rudy Giuliani haya corrido el riesgo de ser apenas un fantasma en estas primeras primarias -donde nunca tuvo posibilidad de salir primero- concentrándose en los estados que eligen mayor número de delegados y donde él es más fuerte, partiendo por Florida (que vota este 29 de enero). En ese sentido, las opciones de Giuliani siguen intactas. Bueno, casi, porque su pésima votación en Iowa y New Hampshire parece haber afectado su imagen de triunfador: el promedio de encuestas nacionales lo da en un distante tercer lugar de la carrera, detrás de John McCain y Mike Huckabee. Ya lo aprendimos el martes pasado: las encuestas son sólo encuestas. Aún así, el ex alcalde de Nueva York debe estar muy preocupado. Su desafío será perder por "no tanto" en Michigan este martes 15, y en South Carolina, el sábado 19. Ahora, en el muy, muy improbable caso de que no ganara Florida, adiós Rudy. 
Uno que se lo juega todo este martes en Michigan es Mitt Romney, el hombre que pretendía, a estas alturas, tener un buen número de delegados en el bolsillo y no ha ganado casi ninguno (ganó Wyoming, un estado invisible en la carrera). Tanto dinero, tanto tiempo, tanto insistir en su "experiencia ejecutiva" como gobernador de Massachusetts, no le ha reportado mayor ganancia. Romney no sólo es nativo de Michigan, sino que su padre, George Romney, fue gobernador. El problema es que eso fue hace casi 40 años. Como cuenta Jonathan Martin en The Politico, la campaña de Romney ha estado plagada imágenes del recuerdo y promesas de "no olvidarse de dónde viene". Pero el principal problema de Romney es que los votantes no se han olvidado de lo que él sí parece haberse olvidado: su "cambio de opinión" en temas tan sensibles para los Republicanos como el aborto y los impuestos (Massachusetts es un estado Demócrata y para ganar esa gobernación su discurso fue más bien liberal) parece estar pesándole en estas primarias. Tan decisivo es Michigan para Romney que está haciendo promesas como "si soy Presidente no descansaré hasta que Michigan regrese", refiriéndose al mal momento económico del estado. En las encuestas, Romney lidera por escaso margen sobre John McCain. 
Por su lado, McCain disfruta del momento. El Lázaro republicano ya estaba creciendo antes del martes, pero tras su victoria en New Hampshire su candidatura parece estar creciendo como una bola de nieve (analogía repetida, pero apropiada dado el clima en los estados donde se está votando). Ya es líder en las encuestas nacionales, y su juego es administrar el buen momento para llegar al SuperDuperMartes del 5 de febrero convertido en un tanque. Es, además, quien aparece mejor posicionado para hacer frente al nominado -o nominada- Demócrata en las elecciones generales de noviembre. Si Hillary Clinton se consolida en la vereda del frente, esas podrían ser buenas noticias para McCain: los Republicanos harían cualquier cosa para evitar el regreso de los Clinton a la Casa Blanca. Ese argumento alguna vez funcionó para Giuliani, pero ahora parece ser John McCain quien baila al ritmo de esa canción. 
Para Mike Huckabee el juego es "de atrás pica el indio". O el evangélico, si prefieren. Ya está segundo en las encuestas nacionales, y tras su triunfo en Iowa su campaña empezó a crecer porque empezó a verse como algo factible. Su problema es su poca organización y sus pocos recursos a nivel nacional. Pero si logra buenos resultados en las próximas estaciones podría mantener viva su opción en febrero. Es muy poco probable que llegue a ser finalmente el nominado, en todo caso. Algunos le ven más cara de candidato a Vice Presidente. 
Finalmente, Fred Thompson despertó. En el debate del jueves en la noche en South Carolina -organizado por Fox News- Thompson levantó la voz y buscó pelea con todos. Si antes sólo peleaba con Mitt Romney, ahora también se enganchó en polémicas con Giuliani, con McCain y con Mike Huckabee ("parece que despertó y se dio cuenta de que había una carrera", apuntó el siempre ingenioso Huckabee). Era de esperarse: para sus expectativas, los números de Thompson  -alguna vez la gran esperanza Republicana- han sido malos en las primeras estaciones de la carrera. La apuesta es la siguiente: a este ritmo, de South Carolina no pasa. 
Y ojo con otro factor de la carrera: Ron Paul, el outsider-populista de los Republicanos, ha obtenido muchísimos mejores resultados que los que se esperaban. Eso sumado a su impresionante recaudación, lo transforma en un elemento relevante. Algunos analistas especulan con una posible candidatura independiente en noviembre. 

martes, 8 de enero de 2008

El primer ganador de la noche: McCain


Basados en las encuestas a boca de urna y en cerca del 10% de los votos reales escrutados, CNN proyecta que John McCain ya ganó las primarias Republicanas. Le ha sacado cerca de diez puntos porcentuales a Mitt Romney, mientras Huckabee aparece tercero, pero amenazado de cerca por Rudy Giuliani y, ojo con esto, Ron Paul
En el lado Demócrata, con cerca el 10% de los votos revisados, Hillary Clinton aventaja a Barack Obama por cerca de dos puntos porcentuales. Lo único seguro a esta hora de la noche es que John Edwards llegará tercero. 

viernes, 4 de enero de 2008

Los autitos chocadores


Los Republicanos están jugando a la destrucción del uno por el otro. Es interesante ver cómo mueven sus piezas. Anoche, por ejemplo, no se trataba de Mike Huckabee, sino de Mitt Romney: todos los demás querían verlo perder, por el mayor margen posible. Romney no sólo es el que se ve más preparado para la "carrera larga" -por su millonaria cuenta corriente y su muy eficiente organización-, sino que además es quien ha sido más agresivo en su campaña. Ha gastado una millonada en avisos negativos contra Giuliani (cuando era el claro líder de la carrera), contra Huckabee (cuando emergió como un fenómeno de bajo presupuesto y mucha fe en Iowa) y ahora último contra McCain (quien amenaza seriamente con convertirse en el Lázaro de esta historia). 
Es un gran trabajo en equipo, en ese sentido. Sin necesidad de ponerse de acuerdo, se han repartido las funciones. Rudy Giuliani, por ejemplo, pasó el día de los caucus de Iowa en Florida, donde las primarias (que las tiene en el bolsillo) son el 29 de enero. Se fue "con los suyos" mientras dejaba que su útil Huckabee le diera el primer golpe en el harto más helado Estado del caucus. Claro que Giuliani, por mucho que anoche saliera en CNN con una sonrisa y su predecible argumento de "no perdimos porque no competimos", de seguro no esperaba que su votación de anoche fuera tan insignificante: sexto lugar, con sólo un 3.5% de las preferencias. Ron Paul, el que se supone es el Republicano "marginal" de la carrera (si no contamos a Tom Tancredo y Duncan Hunter, cuyas candidaturas son apenas nominales), obtuvo un 10%. Este martes no sueña con ganar New Hampshire, pero de seguro necesita una derrota un poco más digna o llegará a Florida convertido en una caricatura: gran parte de su ventaja en las encuestas nacionales tenía que ver con la sensación de "mal peor" de los Republicanos. En la medida que emerja un candidato fuerte, más genuinamente Republicano y, sobre todo, más confiable y respetado (dígase McCain), Giuliani pasará a ser un candidato derechamente innecesario
El martes el la película será una secuela: todos contra Romney, segunda parte. Una derrota en New Hampshire dejaría al mormón ex gobernador de Massachusetts en un pésimo pie. Mike Huckabee puede aspirar a un digno segundo o tercer lugar -no hay tantos evangélicos en New Hampshire-, pero no le conviene que McCain gane por mucho. McCain, por su parte, necesita ganar: si lo logra su campaña despegará y comenzará a escribir una historia de regreso que calificará de caso de estudio para los estudiosos del asunto por años. Nada es mejor que la narrativa de un regreso desde las cenizas. 
Los Republicanos debaten este sábado en New Hampshire. Será un estupendo show de autitos chocadores.