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martes, 4 de marzo de 2008

SuperMartes 2: Resultados en vivo


CONCLUSIONES

 Hillary Clinton recuperó a su público. O sea, los Demócratas que ganan menos de 50 mil dólares anuales, los ciudadanos mayores y los latinos (que rindieron como se esperaba en Texas; incluso entre los latinos jóvenes, que se sabía votarían mayoritariamente por Obama, Clinton fue superada por poco). Básicamente recuperó el apoyo que ganó en el "primer Supermartes", el 5 de febrero, y que había perdido gradualmente en las primarias que constituyeron la racha de Barack Obama. Para el senador, fue perder todo lo avanzado con ese público. 

Como plantea John B. Judis en The New Republic, Barack Obama tiene un problema con lostrabajadores blancos, que Bill Clinton conquistó, pero tanto Al Gore en 2000 como John Kerry en 2004 fallaron en atraer. Es una debilidad importante a la hora de argumentar que debe ser el nominado Demócrata. 

¿Qué ganó Hillary Clinton ahora? La posibilidad de seguir en carrera, un gran argumento para convencer a los superdelegados que se queden con ella y mayor fortaleza para presionar al partido de considerar a los delegados "castigados", los que ella ganó sin competencia en los sancionados estados de Florida y Michigan. Su campaña presionará con el hecho de que ganar en los grandes estados es más importante que ganar en el conteo de delegados. Pero principalmente "ganó" la revelación de cómo atacar efectivamente a Obama. Hillary es un boxeador que encontró el punto para darle duro al riñón de su rival. Obama va a necesitar movimientos nuevos para defenderse. 

Esto sigue por lo menos hasta Pennsylvania el 22 de abril. Esa es la nueva fecha en que "podría", terminar esta teleserie. Y si no, en mayo. O si no, en junio. O si no, en agosto, cuando se celebre -o se dispute, mejor dicho- la Convención Nacional Demócrata y queden menos de tres meses para hacer campaña. ¿Hasta dónde pueden permitirse los Demócratas mantener el suspenso con todo el desgaste y guerra sucia entre medio? 


06.30 am: (Esto pasó antes, pero el autor de este blog tenía que dormir). Es oficial: Hillary Clinton ganó las primarias de Texas. Los números: 50.8% para Clinton, 47.4% para Barack Obama. Fue una noche redonda para la senadora, cuya campaña empezará a enfatizar la tesis de que la victoria en los estados más populosos es más importante que la suma de delegados (como nadie va a llegar al final de todo esto con el número requerido de 2.025 delegados, saben que la solución va a tener que ser negociada). 

El número definitivo con el que quedan en el conteo de delegados queda pendiente hasta que se informen los resultados de los caucus de Texas (donde se reparte un tercio de los delegados de ese estado), en los que Barack Obama mantenía una moderada ventaja sobre Hillary Clinton. Pero sin contar los 154 delegados pendientes por repartirse en  Texas, según los cálculos de A.P., Barack Obama sigue liderando con 1.477 delegados, mientras Hillary Clinton cuenta 1.391


02.30 am: Mientras en las primarias de Texas siguen Clinton 50, Obama 48 (con los centros urbanos donde se supone que Obama es más fuerte aún pendientes), los primeros resultados de los caucus de Texas han comenzado a informarse: con un 5% informado, Obama lidera por 56% versus un 42% de Clinton.   

La historia de esta noche ya se contó, en todo caso, y la que se fue a dormir feliz fue Hillary Clinton. La hora de las matemáticas comenzará mañana. Y no será la única asignatura pendiente en un curso al que le queda por lo menos seis semanas. 

Próximas primarias: este sábado 8 en Wyoming y el martes 11 en Mississippi. Y luego el largo y tenso camino a Pennsylvania, que vota el 22 de abril

01.44 am: Barack Obama al micrófono. Está en San Antonio, Texas. "Estamos en el medio de una carrera muy cerrada en Texas", dice. "Puede que no sepamos los resultados hasta mañana", advierte. Luego felicita a Hillary Clinton por sus triunfos. "No importa lo que pase esta noche, tenemos la misma ventaja en delegados que teníamos esta mañana y estamos en camino de ganar la nominación", avisa. "Si se puede", dice después, en español. Luego hace referencia a su experiencia como organizador social y de lo que sirve tener motivación y ganas de cambiar las cosas. 

Es su discurso clásico: "nos dijeron que no se podía, y la gente de Iowa salió a decir 'yes we can'". Habla del "movimiento" que es su campaña. Habla de las visiones diferentes que se enfrentarán en la elección general y critica a John McCain -luego de avisar que lo llamó para felicitarlo, claro-. Incorpora temas de diplomacia internacional y destaca que Kennedy y Reagan sí hablaron con sus adversarios en el mundo (refiriéndose a una crítica recurrente a sus declaraciones en la campaña). 

"John McCain y Hillary Clinton han despreciado este llamado al cambio diciendo que son elocuentes pero vacías", dice. "Pero no es mi voz, es la voz de los trabajadores..." (y menciona distintos tipos de votantes). Luego viene el cliché testimonial: "no hay nada vacío en la llamada de un estudiante que trabaja en dos partes para pagar sus estudios", etc. Y pegado el otro cliché: la plata que manda la señora pobre. Esta era más pobre que la de Hillary, recién: sólo mandó 3 dólares y un centavo. "No permitiré que nos distraigan las mismas políticas que buscan dividirnos", advierte. "Le debo lo que soy a este país. ¿Dónde más un tipo que creció cuidando cabras en Kenya podría estudiar y conocer a una mujer blanca de Kansas?", pregunta, echando mano a su biografía. "Los ojos del mundo están mirando para ver si podemos", dice (en eso tiene razón, senador; saludos). "El mundo está mirando lo que hacemos acá. El mundo está prestando atención a cómo nos manejamos, cómo nos portamos, cómo nos tratamos, qué les mostramos", dice. "¿Podemos guiar a una comunidad de naciones?", pregunta. "Hablamos, tenemos esperanza, creemos", dice. 
Se va con su canción de siempre: Stevie Wonder cantando "Sign, sealed, delivered, I'm yours". Aunque, como dijo Jeffrey Toobin en CNN después de su derrota en New Hampshire, "no hay nada firmado, sellado y repartido acá". 

En Texas siguen Clinton 50, Clinton 48. La gente de Obama tiene esperanzas en los centros urbanos y universitarios, donde hay muchos votos y su campaña es más fuerte. 

01.31 am: Hillary Clinton al micrófono. Está en Columbus, Ohio. Suena Bruce Springsteen, con "The Raising", muy apropiado (aunque podría ser "the raisin"). Subió con Chelsea. Parece que Bill sigue castigado. Habla de tropezar y recuperarse, de nunca rendirse. "Esta nación está de vuelta y también esta campaña", promete. "Vamos hasta el final".  Destaca que ningún candidato ha ganado las elecciones presidenciales sin haber ganado las primarias de Ohio. Menciona todos los estados que ha ganado en las primarias, y menciona incluso los estados donde corrió sola: Florida y Michigan. Luego con la lista de problemas: las guerras y la economía. Y la solución: "quién está lista desde el día uno". "Estamos recién empezando", dice. Y destaca los millones que aún no han votado (una nueva advertencia sobre lo dispuesta que está para seguir hasta el final). Y claro, invita a la gente a meterse a su página web (donde serán cordialmente invitados a donar). Luego aplica la fórmula: "durante un año he recorrido el país y he escuchado sus voces: la madre soltera que trabaja dos turnos..." (Podría recitarlo de memoria, Clinton y Obama lo han recitado mil veces). Después, por supuesto, llega el momento de decir que los discursos no sirven y las "acciones" (las suyas) sí. Luego el fantasma de la seguridad nacional, con aquello de "cuando hay una crisis y el teléfono de la Casa Blanca suena a las 3 am, necesitamos a alguien que esté listo para manejarlo". Se refiere a ella, por si acaso, y es el tema de su controversial y aparentemente muy efectivo comercial de televisión en el que el mensaje era, básicamente, como escribió John Dickerson en Slate, "si votas por Obama tus niños van a morir en su cama". 
Ah, y le dio gracias a Bill (cuya ausencia parece ser clave para la recuperación de Hillary) y a Chelsea. Y, tomando el papel de la triunfadora, agradece a Barack Obama, diciendo que espera con entusiasmo "seguir esta discusión". 
Después, otro cliché: el de la señora que suuestamente le envió un sobre con diez dólares y alguna nota diciendo lo pobre y esperanzada que está (un infaltable en los discursos de esta temporada).  
Luego inaugura un lema de campaña: YES WE WILL. No estoy bromeando.
Bueno, en política a nadie lo castigan por copiar. 

¿Cómo van en Texas? 50% Clinton, 48% Obama. Eso en las primarias. Para los resultados de los caucus (donde se elige un tercio de los delegados en disputa en ese estado) todavía falta.  
 
12.58 am: Es oficial: Hillary Clinton gana Ohio. Con más de la mitad de los votos contados, la senadora tiene 57% de las preferencias, versus 41% de Obama. Era lo que se preveía, y era lo que Clinton necesitaba. Obama no está en-ohio (está en Texas), pero debe estar preocupaio. Uf. (es el sueño hablando, discúlpenme) 

12. 48 am: Texas: Mientras en los locales donde se realizan los caucus reina el caos por la gran cantidad de gente que asiste, en el conteo de los votos emitidos más temprano, en las primarias, la carrera está tan peleada que con un 25% de los resultados ambos candidatos cuentan un 49% de los votos, con Hillary Clinton ligeramente adelante por un poco más de mil votos de ventaja. Es importante quién gane Texas, pero con esta lucha tan cerrada, en el conteo de delegados la diferencia difícilmente va a sufrir alteraciones. Eso puede ser bueno para Obama, que va adelante en el total, pero es preocupante también para el senador porque por primera vez la campaña de Hillary Clinton le pegó, en los últimos días, donde más le hizo daño: en temas de seguridad nacional y acusaciones de inconsistencia en su discurso. 
Aun si termina ganando Texas, la campaña que va a tener que replantearse su modous operandi desde mañana va a ser la de Barack Obama

12.20 am: Un vistazo de lo que viene: en Texas, los que decidieron su voto en los últimos tres días votaron mayoritariamente (61%) por Hillary Clinton. La agresiva ofensiva de los últimos días parece haber rendido frutos para la senadora. La campaña de Obama va a necesitar planificar muy bien sus próximas semanas. 

12.07 am: En Texas (en las primarias, no en los caucus) con un 12% de los votos escrutados, están prácticamente empatados: 50% para Obama, 48% para Clinton. Dicen que los locales de los caucus están colapsados: demasiada gente fue a votar. 

12.05 am: Se informa que a las 1.15 pm ET (3.15 pm en Chile) el Presidente George W. Bush va a recibir a McCain en la Casa Blanca. Un tema que podemos asumir que NO estará en la agenda: las primarias Republicanas de 2000. Si se acuerda, no será un buen recuerdo para el candidato McCain. 

11.58 pm: John McCain al micrófono, en Dallas. Si habla 15 minutos, este blog puede proyectar que va a usar la frase "my friends" 20 veces. Habla de seguridad nacional, servir al país, la guerra larga y difícil con extremistas, y esos temas tan Republicanos. Dice que defendió la decisión de entrar a Irak, criticó la estrategia inicial y que ahora que ya están ahí hay que arreglar el pastel sin comprometer la... seguridad nacional. My friends. Luego habla de economía, salud pública y política energética... ¡no vaya ahí, senador! Luego habla del futuro, que en su caso es una planificación de corto plazo. Ja. Y habla de esperanza ¿dónde habré escuchado eso antes?  

11.39 pm: En Texas (donde la ventaja de Obama, con un 4% de los votos informados, ha disminuido a un 53%), hay pelea. La campaña de Clinton se queja de que sus partidarios están siendo obstaculizados por los parciales de Obama en los caucus. En medio de una conferencia telefónica en que la campaña de Hillary estaba acusando los problemas, un abogado que trabaja en la campaña de Obama interrumpió para decir que estaban reclamando sólo porque estaban perdiendo. Esto va a ser peleado-peleado. 

11.33 pm: Hillary Clinton gana Rhode Island. Estaba previsto. Es la primera victoria de Hillary Clinton en casi un mes, después de 12 victorias consecutivas de Barack Obama. Hasta el momento, todo va según el libreto. 

11.25 pm: Mike Huckabee al micrófono. Dice que felictó a John McCain y le ofreció su trabajo para unir al partido y al país. "Ganó una campaña honorable, porque es una persona honorable", dice el pastor. Para ser un hombre que no cree en la evolución, hay que reconocer que con pocos recursos Huckabee aplicó cierto diseño inteligente, hasta donde pudo. Además hizo referencia a los pocos recursos con que se las arregló. Como para darle el diezmo. Se le quiebra la voz: es su momento Hillary, aunque este parece más auténtico, considerando que no tiene nada que ganar. Luego habla de lo pobre que era su familia, pero sin chistes (ya saben, del tipo "mi familia era tan pobre tan pobre que teníamos que la única vez que comíamos carne era cuando nos mordíamos la lengua"). En el blog del NYTimes le dicen Huckabye. Buena. 

11.00 pm: Paren las prensas: tras ganar Rhode Island, John McCain es oficialmente el nominado Republicano. Hace unos meses fue dado por muerto (en la carrera, no me refiero a su avanzada edad). Me imagino que le van a contar de a poco: un sobresalto a estas alturas puede ser peligroso. Ja. 

10.58  pm: Hay quince locales de votación en Ohio que permanecen abiertos en el condado de Cuyahoga, donde está Cleveland, por orden judicial. La campaña de Obama presentó la solicitud para evitar que el mal tiempo en esa parte de Ohio no impidiera a los Demócratas de Cleveland y sus alrededores votar. Como pueden adivinar, Obama esperaba buenos números en ese importante centro urbano, por eso la solicitud que el juez acogió. 

10.47 pm: Sentado con el autodenominado "Mejor equipo político" de CNN, está Carl Bernstein, biógrafo de Hillary Clinton y conocido por ser la mitad de la dupla más famosa del periodismo mundial, gracias a Watergate (Dustin Hoffman, en la película, para que se ubiquen). Si quieren ver qué piensa (sobre estas primarias, por supuesto) la otra mitad de "Woodstein", Bob Woodward, pueden verlo en vivo en la página de video de Newsweek-Washington Post, ACÁ

10.35 pm: CNN informa que probablemente mañana el presidente George W. Bush va a apoyar formalmente a John McCain como el nominado oficial del Partido Republicano. Tendría que ir McCain de visita a la Casa Blanca. ¿Buena idea, sacarse una foto abrazando a Bush? Mmm... "Es lo mejor que nos puede pasar", dicen los analistas Demócratas invitados a la mesa de CNN. 

10.25 pm: En Texas ya comienzan los caucus. En las primarias llevan sólo un uno por ciento de los votos contados y Barack Obama aparece arriba con un 58%. Además, se destaca que la participación en ese estado ha sido muy alta. Son buenas señales para Obama, aunque a estas alturas apenas es un indicio menor. Obama necesita ganar Texas esta noche -considerando que la victoria de Hillary Clinton en Ohio parece segura-; de otra manera las próximas semanas van a ser muy duras para su campaña, aún cuando siga liderando el conteo de delegados

10.02 pm: ¿Es posible que uno de los dos Demócratas llegue al número que necesita para asegurar la nominación cuando todos hayan votado? John King, en CNN, usó su pantalla mágica para decir que, por ejemplo, si Hillary gana Rhode Island, Ohio y Texas en un margen 55-45 y ganara todos los 10 estados que quedan en las próximas semanas, aún no llega al número mágico (2.025 delegados), aunque sí pasaría a la delantera. Si Obama lo gana todo, tampoco llega (aunque llega más cerca). Como decíamos antes, esta no es una guerra de matemáticas, sino de percepción. O, para hablar más a tono, de "momentum". 
Está claro que esto se va a definir con presiones y gestiones; los votos no bastan. Repitan después de mí: Su-per-de-le-ga-dos.

9.55 pm: Sólo menos de un 1% de los votos de Ohio informados, Hillary Clinton va ganando con 56% de los votos. Es poco, pero es esperable que así es como vendrá la mano en ese estado. 

9.43 pm: Algunas pistas sobre Ohio, basados en encuesta de boca de urna: los votantes sin educación universitaria votaron más por Clinton que por Obama . En cuanto a votantes con educación superar, favorecieron a Obama. Entre los trabajadores no sindicalizados, entre Obama y Clinton empataron. Entre los trabajadores que sí están sindicalizados, votaron más por Hillary. Mala señal para Obama, que fue apoyado por los más poderosos sindicatos del estado. Las cosas indican que la fortaleza prevista de Hillary Clinton en Ohio está cumpliéndose. 

9.32 pm: John McCain gana Ohio. Está a instantes de lograr la "cifra mágica" que lo convierte oficialmente en el nominado Republicano. Y Mike Huckabee (que sigue en carrera, por si lo han olvidado) tendrá que renunciar al milagro que estaba esperando. Eso sí que era fácil de adivinar.

9.00 pm: Obama gana Vermont, como se esperaba. Es una proyección, de manera que no sabemos aún las cifras.
Ah, y en el lado Republicano John McCain ganó Vermont. Pero ahí sí que no hay suspenso. 
Falta media hora para que cierren las urnas en Ohio. Se espera que esos resultados, en todo caso, sean lentos, porque en ciudades como Cleveland tienen que contar votos de papel (Cleveland y Chile, ahí hay algo en común). 

La noche será larga, no sólo por Cleveland, sino porque en Texas, con su sistema mixto de votación, sabemos que las primarias, en las que se eligen 126 delegados, cierran a las 8pm (10 pm, hora de Chile), pero luego vienen los caucus, en el que se eligen 67  delegados . 

SuperMartes 2: Guerra de percepciones


La guerra en la
política es una guerra de percepciones, y esta noche -y el resto de la semana- veremos ese principio puesto en práctica. A menos de dos horas del cierre de los locales de votación en Ohio, Texas, Vermont y Rhode Island, vemos cómo ambas campañas han ajustado sus discursos frente a lo que podría venir.

-Si Hillary Clinton gana Ohio y Texas, dirá que está de vuelta, y la historia será "el regreso de Hillary", "Comeback girl", "Hillary da el golpe y frena a Obama", etcétera. Es lo que quiere obviamente su campaña, consciente de que aún si ese resultado se da en el esquema ganar-perder, en la práctica, en el conteo de delegados, es muy poco lo que puede acortar la brecha que la separa de Obama. Pero esta semana, y proyectando lo que viene después, es el relato lo que cuenta. O eso dirán en la tierra de Clinton. Y la campaña de Obama, por su parte, se esforzará en dar cuenta de que la ventaja en el conteo de delegados sigue siendo para su candidato, y que queda menos tiempo para definir al nominado.
De hecho, puede darse el caso de que Obama gane más delegados que Clinton en Texas, aun perdiendo en número de votos. O puede que pierda las "primarias" de Texas, pero gane los "caucus" de Texas, dado el sistema mixto de votaciones. 

-Si Clinton gana Ohio y Obama gana en Texas. Será complicado. Ambas campañas reclamarán triunfos. La de Obama dirá que ya es tiempo de que Hillary baje su candidatura para que esta disputa (que en los últimos días se ha puesto muy sucia y agresiva) no siga dañando las posibilidades Demócratas de llegar a la Casa Blanca. Se dice que sería el momento en que prominentes líderes del partido empezarán a apoyar a Obama y presionar por la bajada de Hillary. Además, recordarán las palabras del mismísimo Bill Clinton, quien dijo que si Hillary no ganaba Ohio y Texas no tendría posibilidades de seguir. Gracias, Bill. 
En la campaña de Hillary Clinton, quien ayer dijo que estaba lista para una batalla larga, destacarán que Hillary sigue en carrera, que está preparada para dar el gran golpe en la próxima gran ciudad: Pennsylvania (22 de abril). En todo caso, tendrán una gran presión que sacarse de encima. 

-Si Obama gana Ohio y Texas. Parece muy improbable. Pero si eso sucede, es el fin de la historia. Aunque Hillary Clinton insista en que el juego sigue, se cree que sería imposible que resistiera la presión de "bajarse". 

-¿Qué pasa con Vermont y Rhode Island? No son relevantes esta noche, a menos que el resultado lógico se quiebre. Se espera que Obama gane en Vermont y Clinton en Rhode Island. Si eso no sucede, será una noticia, aunque siempre en el campo de las percepciones, no de la suma de delegados. 

Finalmente, la pregunta es: ¿Qué es ganar? Fríamente mirando, ganar la mayor cantidad de delegados. O terminar la jornada con mayor número. Pero en la guerra de las percepciones, es sacar más votos y "resucitar". Adivinen quién cantará qué canción.  

Estaremos... a quién engaño, estaré actualizando un posteo con resultados a medida que vayan conociéndose. Mañana me uniré a los próceres de "Hablemos en Off", de Radio Duna, para comentar resultados, pasadas las 8 am, hora de Santiago. 
(El montaje fotográfico de AP lo tomé prestado del Huffington Post. Gracias, Arianna

domingo, 2 de marzo de 2008

A horas del "SuperMartes 2"

Es el inicio de la que podría ser la semana decisiva para la carrera Demócrata. El próximo martes 4 de marzo votan Texas, Ohio, Vermont y Rhode Island. El resultado en los dos primeros estados va a determinar cómo sigue la carrera... si sigue

Actualmente, en Texas, en las encuestas Barack Obama y Hillary Clinton están empatados (Obama tiene en promedio una ventaja estadísticamente insignificante: un punto). En Ohio, Clinton tiene una ventaja de cuatro puntos en promedio. El problema para Hillary Clinton es que en Texas el sistema de votación -que es "mixto", o sea, la gente vota en primarias en el día y luego, en la tarde, participa en "caucus" para elegir una fracción más pequeña de los delegados- favorece a Obama, porque su campaña ha probado ser más efectiva en organización en terreno y movilización de votantes. 

De manera que el martes Texas será el epicentro de la expectativa. O de la esperanza, para algunos. Un vistazo resumen de lo que está en juego: 

Bill Clinton estaba tratando de motivar al electorado cuando el 20 de febrero dijo: "Si ella (Hillary) gana en Texas y Ohio, creo que será la nominada. Si no gana ambos estados, no creo que pueda serlo". En la primera parte estaba un tanto confundido: lo que ganaría Hillary Clinton en caso de quedarse con la victoria en esos dos estados no sería la nominación, sino la posibilidad de seguir en carrera. Y ganará el título de "la que está de vuelta", lo que le permitiría presentarse como una candidatura "heroica". Los números que necesita son mucho más complicados que simplemente tener la mayoría en esos dos estados del "Supermartes 2". Pero Bill Clinton tenía razón en la segunda parte de su afirmación: si Hillary Clinton NO gana AMBOS estados, su candidatura empezará a oler tan mal que no necesitará de estrategas políticos, sino de investigadores forenses. 

El viernes pasado, sin embargo, la campaña de Hillary Clinton trató de dar vuelta la presión, con un comunicado en el que aseguraban que si Barack Obama NO gana los cuatro estados que votan el martes 4, después de todos los recursos y toda la campaña que ha hecho ahí (¿no es lo que hace cualquier candidato?), sería una señal de "hay un problema" con la campaña de Obama. 

Parece una manera bastante burda de invertir la balanza. Pero hay algo en lo que tienen razón: Obama es ahora el favorito -y para muchos el inevitable, el que ya ganó- y cualquier obstáculo en cerrar el asunto de una vez por todas sería indudablemente un tropiezo que lo pondría a prueba. 

Lo que más preocupa a los líderes Demócratas es qué pasará en el partido si la pelea sigue. "Hillary Clinton está como los Beach Boys cuando llegaron los Beatles: no puede creer que llegó alguien nuevo a tomar su lugar", dijo muy apropiadamente Bob Shrum en Meet the Press, el clásico dominical de NBC. "Hay una gran lucha dentro del partido, entre el viejo orden y el nuevo orden que está emergiendo", sentenció. Shrum, un estratega Demócrata de larga data que ha trabajado con John Kerry y Ted Kennedy comentó que incluso quienes apoyan a Hillary Clinton le han comentado que prefieren que si su candidata pierde este martes, pierda en Texas y en Ohio, para que la carrera se termine de una vez. 

Por supuesto, es lo que quiere la campaña de Obama también: dar el golpe definitivo. Y, como cuenta esta nota de Adam Nagourney en el New York Times, está invirtiendo el doble que la campaña de Clinton en Texas y Ohio. Y hoy fue el día de exigencias: tanto los Demócratas que apoyan a Obama (cómo no) como otros líderes que no han apoyado a ninguno de los dos, comoel ex precandidato Bill Richardson, pusieron presión en la campaña de Clinton. Como dijo Richardson: "El martes es el Día D". 

miércoles, 27 de febrero de 2008

La verdad del chiste


ACTUALIZACIÓN: (Lo revela Time, pero el dato lo rescata Michael Crowley en el blog de elecciones de The New Republic) Después del skit de SNL, Bill Clinton llamó a Tina Fey para darle las gracias. Oh-my-God. 


La campaña de Hillary Clinton se ha quejado insistentemente sobre la supuesta preferencia de los medios de comunicación por Barack Obama. Lo dice ella cada vez que puede, lo dijo muy enérgicamente Bill Clinton en aquellos lejanos días de New Hampshire, lo dice insistemente cualquier operativo de su campaña ahora que se acerca el "Supermartes 2": la votación del 4 de marzo en que Hillary Clinton debe ganar Texas y Ohio para mantenerse en carrera.
 
La noche del martes pasado en el debate presidencial de MSNBC en Cleveland, OH (eso es "Ohio, no es un signo de sorpresa), Hillary Clinton tenía una nueva carta en la que apoyarse para validar la queja sobre el "Obamismo" de los medios: El skit de apertura del sábado pasado en Saturday Night Live. Se trataba de una parodia sobre el debate anterior, organizado por CNN y Univisión en Texas, y en ella los periodistas caían rendidos ante cualquier gesto del senador Obama (interpretado por Fred Armison, debutando en ese personaje), mientras rechazaban cómicamente cualquier intento de intervención de Hillary Clinton (Amy Poehler). 

Para el equipo de SNL fue un alivio encontrar a un imitador de Obama -aunque no parece tener al personaje particularmente dominado. En una entrevista con el imperdible programa "On the Media", de WNYC-NPR,  el comediante y jefe del equipo de guiones del programa, Seth Myers comentaba las dificultades de abordar al personaje. En la anterior parodia a los precandidatos demócratas, Barack Obama había sido interpretado por Barack Obama, interactuando en una fiesta de Halloween con los imitadores de sus entonces numerosos contendores y explicando que no estaba disfrazado porque no tenía "nada que ocultar". Ahora necesitaban tener a un Obama en el elenco, sobre todo con la perspectiva de que podría transformarse en el candidato Demócrata y eventualmente en el próximo presidente

Para Hillary Clinton fue una certificación -y más encima "cool"- de su queja histórica. Claro, la senadora no es particularmente una comediante, pero trató de hacer comedia en el debate del martes al citar al skit de SNL: "En los últimos debates siempre me hacen a mí la primera pregunta", dijo. "Es curioso, si alguien vio Saturday Night Live, a lo mejor le deberíamos preguntar a Barack si está cómodo o si necesita otra almohada". Cric... cric... 

Cuenta James Downey, el libretista del skit, que su teléfono casi reventó de llamadas el martes en la noche. Y que el productor ejecutivo del programa, Lorne Michaels, ya le encomendó escribir más material relacionado con la campaña para este sábado.  
¿Se habrá comprado SNL la tesis de su miembro estable Tina Fey, quien en el mismo programa apoyó expresamente a Hillary Clinton? (Fey lo hizo con gracia, claro: "Mucha gente dice que Hillary es una perra...Sí, lo es", dijo. "Y eso es bueno: las perras logran que las cosas se hagan")  

Por supuesto, SNL y Tina Fey de lado, la pregunta es si efectivamente la prensa ha favorecido tanto a Barack Obama. Probablemente sea materia de discusión por mucho tiempo, pero en la lectura constante da la impresión de que efectivamente Obama tiene mejor "llegada". Como explica Ben Smith, en Politico.com, los periodistas son por definición el grupo donde Obama tiene mejor llegada: gente con formación universitaria que viven en grandes ciudades, en su mayoría hombres y jóvenes (aunque estas dos últimas habría que chequearlas, en el caso del gremio). 

Por sentido común, es fácil entender que la de Obama es la mejor historia de la campaña -en términos de potencial narrativo: un personaje nuevo, con una historia personal potente y singular que parece encarnar cada capítulo del "sueño americano", etcétera. Y a un buen periodista le gusta contar buenas historias. A esto se suma que efectivamente su irrupción y su campaña ha sido un fenómeno, o un "movimiento", como les gusta decir (el miércoles en la mañana llegaron al millón de contribuyentes). Además, como es nuevo en este circo, tiene poco registro público en el cual indagar. Y lo que sí podría haber sido peligroso (su época de consumidor de drogas, por ejemplo) él mismo se encargó de neutralizarlo contándolo en sus memorias, que son anteriores a sus aspiraciones presidenciales e incluso parlamentarias. 

Hillary Clinton, por otro lado, tiene el problema de que es un personaje ya conocido y muy escrutado, que nunca se ha caracterizado por su calidez y cercanía, y que tiene un jefe de campaña, Mark Penn (que, por lo visto, será el gran villano de la historia de estas primarias) que ante la sugerencia de que Hillary se mostrara "más humana" dijo que "lo humano está sobrevalorado". 

¿Y usted qué opina?

lunes, 25 de febrero de 2008

¿Se terminó la carrera?


Si uno lee la
prensa política en esta última semana, es fácil llegar a la conclusión de que la históricamente disputada carrera por la nominación Demócrata ya terminó, y que el candidato elegido para enfrentar a John McCain en noviembre es el senador Barack Obama. Tal cual. 

Por cierto, matemáticamente -ese adjetivo que se suele igualar con "cierto, pero intrascendente"- Hillary Clinton tiene posibilidades de tomarse revancha y ganar la nominación; y matemáticamente es muy probable, casi seguro, que las primarias se terminen sin que ninguno de los dos candidatos haya alcanzado la "cifra mágica" de 2.025 delegados. Pero vamos, asumámoslo, nos gritan los entendidos, los "insiders", los columnistas y analistas: no hay manera de que Obama no sea el candidato. 

¿Cuál es el cálculo detrás de tan categórica conclusión? 

Hillary Clinton necesita ganar Ohio y Texas el próximo martes 4 de marzo (cuando también voten Vermont y Rhode Island). Eso para empezar. Bill Clinton lo dijo clarísimo: no hay posibilidades de seguir si no gana esos dos estados. Las cosas podrían no lucir tan mal para su campaña: en Ohio gana en las encuestas -aunque por un margen que se estrecha y que ya va en siete puntos- y en Texas... bueno, en Texas ya están empatados. El problema, su problema, es que no sólo tiene que ganar: tiene que barrer. Y eso no se ve tan probable. Paso a copiarle a Al Kamen, del Washington Post, quien el viernes pasado escribió que la carrera estaba terminada y explicó por qué: Para recuperar el liderazgo en el conteo de delegados elegidos (dígase "normales", dígase "no-súper"), Hillary Clinton necesita ganar el 58 por ciento de todos los que quedan por elegirse. Ahora, si Obama gana en los estados donde es favorito, Vermont, Mississippi, North Carolina y Oregon, Clinton necesitaría un 65 por ciento de los votos en los estados clave -repitan conmigo-: Ohio, Texas y Pennsylvania. 

Como apunta Kamen, la razón de fijarse tanto en los delegados normales y no en los superdelegados es porque parece claro que el partido -y sus super-duper-lo-que-sea- van a adoptar la vieja costumbre de hacerle caso a la mayoría (lo contrario provocaría una crisis de legitimidad con los votantes y dentro del partido). Si se trata del voto popular, Obama lleva una ventaja de cerca de un millón de votos. Si la campaña de Clinton lograra hacer valer las elecciones "de mentira" en los estados castigados de Michigan y Florida -donde Obama no estaba en el voto-, el senador aún tendría 300 mil votos de ventaja, en caso de que a alguien en el partido le importe.   

Al Kamen está tan seguro que ya llamó a los lectores a sugerir un candidato a vicepresidente que acompañe a Obama en el voto Demócrata. El mail, por si quieren ayudarle, es obamaveep@washpost.com. 

Con tal soga en el cuello, Hillary Clinton se juega por lo menos su supervivencia el próximo martes.  Y no sólo el empate estadístico en las encuestas en Texas parece preocupante para su campaña: el sistema de votación en ese estado es una mezcla de Primarias con Caucus (Tan mezclado como la comida tex-mex, bromeó Bill Scheider en CNN). La campaña de Obama ha demostrado una eficiencia arrolladora en motivar y movilizar gente, y por lo tanto los caucus son su fuerte. 

Dos piezas en la prensa del fin de semana que pintan más negras las nubes sobre Hillary Clinton. "Campaña de Clinton dividida en cuanto a la estrategia", escriben John F. Harris y Mike Allen en The Politico. La división estaría dada entre la opinión del muy, muy cuestionado jefe de la campaña Clinton, Mark Penn, y la del resto del mundo en el avión Hillary. Penn aboga por una estrategia frontal y agresiva contra Obama, enfatizando que el pobre hombre no está listo para ser comandante en jefe en un tiempo de desafíos urgentes a la seguridad nacional (Me permito recordándoles que seguimos hablando del partido Demócrata, aunque no lo crean). El resto del mundo opina que Hillary no debe ir al ataque, porque eso hasta el momento no ha resultado y porque en caso de que Obama gane la nominación le estarían dando argumentos en bandeja a John McCain para la campaña presidencial y pondrían en riesgo -oh, horror- la oportunidad de recuperar la Casa Blanca. Además, la estatura de Hillary Clinton se vería severamente dañada en el Senado, que sería el lugar donde la señora tendría que volver a trabajar. 

La otra pieza dominical, gentileza del New York Times, donde Patrick Healy escribe que en la campaña de Hillary la moral está abajo, y que algunos trabajólicos ya no lo son tanto. Ahora se permiten apagar la BlackBerry, irse a casa temprano y descorchar un vino. Tal cual. En la campaña además, según la nota de Healy, se comenta un cambio de actitud de la candidata: antes, cuando era "la inevitable", decía "cuando sea presidenta". Ahora no. Ahora les habla a sus colaboradores sobre la importancia de concentrarse en el trabajo del día a día (a lo mejor por eso después se van a tomar vino: el día se acabó). Algunos se han peleado a gritos entre sí, y los contribuyentes que actuaban como recaudadores de fondos ahora le piden a la prensa que sólo se refieran a ellos como "donantes". 

El lunes, Hillary enfrentó a la prensa con cara de "no me duele, estoy feliz de la vida" y desestimó las historias sobre la baja moral en su equipo. 

El gran Frank Rich dedicó su columna dominical del NYTimes al desastre en la campaña de Hillary Clinton, con especial mención a Mark Penn, el estratega que -según apunta Rich- aunque ha cobrado millones de dólares por sus servicios a la campaña no ha dejado de lado su trabajo normal, como ejecutivo de relaciones públicas de la firma Burson-Marsteller. Rich describe en detalle cada uno de los "malos cálculos" de la campaña, el desorden y la ineficiencia con que han salido a terreno, versus la disciplinada campaña de Barack Obama. "Esta es la candidata que repite que es tan competente que estará lista para gobernar desde el día uno", escribe Rich. 

Por el enérgico tono en sus alocuciones de ayer lunes, uno puede deducir que la doctrina Penn ganó: Hillary está yendo a la ofensiva, repitiendo frases como "comandante en jefe", "seguridad nacional" y, por supuesto, "lista desde el día uno". 

Es Hillary Clinton entrando a la semana que definirá su continuidad en la carrera por la nominación que en diciembre pasado daba por segura. El próximo martes, su éxito será seguir (políticamente) viva. 

martes, 19 de febrero de 2008

Barack Obama gana Wisconsin


El primero en darlo por ganador fue John McCain. En los resultados oficiales, Obama ganó por un margen superior al 15% de los votos a Hillary Clinton (algo digno de mención dado que en las encuestas sólo la superaba en un 4%; ¿qué pasará el 4 de marzo en Texas, donde Obama está hoy abajo por seis puntos en promedio?). Los datos de las encuestas a boca de urna resultan interesantes para ver cómo ha funcionado la campaña día a día para Barack Obama, sobre todo proyectando las peleas que podrían definir todo el 4 de marzo si el senador llegara a ganar en Texas y Ohio, ambos estados hoy en el lado de Clinton, si hacemos caso a las encuestas. 

Por ejemplo, un 62% de los votantes que decidieron en el último mes se inclinó por Obama. Eso quiere decir que eso de que mientras más tiempo para hacer campaña tiene, mejores resultados obtiene. A ver cómo van a ser esas dos semanas en Texas y Ohio. 
Un golpe a Hillary Clinton, cuyo fuerte tradicional es el trabajador golpeado por la crisis económica: entre quienes citan la economía como su principal problema, un 55% por ciento se inclinó por Obama. 

Otras preguntas de las encuestas a boca de urna: ¿El que más puede "unir el país"? Obama, por 63%.  ¿El que tiene as posibilidades de ganar en noviembre? Obama, con 63% (versus un 37% de Clinton). 

Hillary Clinton a sus partidarios en Ohio: 
"Quiero hablarles de la alternativa que tienen en esta elección: elegir a un presidente entre quien habla con palabras y quien habla con trabajo". Luego: "no necesitamos discursos, necesitamos soluciones". Luego: "las mejores palabras del mundo no son suficiente si es que no se acompañan con acciones". 

Es lo que podríamos llamar un mensaje... majadero. Pero así son las campañas. La línea de transformar la habilidad oratoria de Obama en un defecto y convertirlo en un sinónimo de vacío argumental. 

Luego cita a una madre que le mandó diez dólares y a un conservador que dice que ella puede sacar adelante al país (o sea: "¡yo sí puedo ser unificadora!"). 
El senador-que-habla bonito (según le "celebran" McCain y Clinton) salió a hablar en su propia concentración en Houston, Texas y, al menos en CNN, interrumpió el discurso de Hillary Clinton. 

Obama al micrófono
"Empezó el proceso de votación anticipada: empiecen a votar ya". Eso fue directo. Y no tan bonito. "Lleven a sus amigos y su familia", dice luego, como si estuviera vendiendo Tupperwares. 

"El cambio que buscamos está aún a meses y millas lejos, y necesitamos a la gente de Texas", dice. "El problema que tenemos no es la falta de buenas ideas; es que Washington se transformó en el lugar donde las buenas ideas van a morir", agrega más tarde. 

Luego adoptó el tono populista-económico que se ha transformado en el tenor de los discursos de ambos candidatos Demócratas, herencia de John Edwards y de la composición de los votantes del 4 de marzo: la gente que ha perdido trabajos "a causa de malos tratados comerciales como el Nafta", los trabajos que se han perdido "por las empresas que se han ido al extranjero". Después le hizo un "cariño" a los inmigrantes, punto importante en Texas: "Haremos que el tema de la inmigración siga siendo una pelota de juego en la política", dijo. "Somos una nación de inmigrantes", agregó, no muy brillantemente. 

Luego advirtió que como comandante en jefe "no dudará" en ser agresivo con quienes "nos dañen", sonando todo rudo en política exterior, lo que sin duda es uno de sus puntos débiles. Pero concluyó con su conocido argumento en favor de la diplomacia internacional y su decisión de "terminar la política basada en el miedo". 

Ya son nueve victorias consecutivas para Obama (que serán diez más rato, cuando se sepan los resultados de Hawai, donde "Barry" -como le dicen en Wonkette- nació.  Para cuando lleguen a Texas y Ohio, Hillary Clinton cumplirá un mes sin ganar. Si Obama da el golpe en alguno de esos estados, la carrera más apretada y emocionante que hayan visto los Demócratas (al menos en los últimos 50 años, según comentarios que reproducía John Dickerson en el podcast de Slate la semana pasada) estará empezando a definirse. Hillary Clinton cuenta con que sus estados cortafuegos van a cortar la fiesta de Obama.  Ahí estará la acción las próximas dos semanas. 

domingo, 17 de febrero de 2008

¿Puede el Premio Nobel lograr la Paz?


Ya estoy de regreso a mi estación de trabajo después de un viaje profesional por otras latitudes. Mis disculpas por el obligado silencio y mis agradecimientos por volver a sintonizar factor20008
El título, por supuesto (que pudo ser "Una película Gore", o "El premio Gore-do", o "El pacificador"), se refiere a Al Gore, el supra-Demócrata, ganador del Premio Nobel de la Paz por denunciar con fuerza el calentamiento global y quien ahora tiene otro problema entre manos con un calentamiento progresivo: la carrera Demócrata por la nominación del partido. 
Como se habrán enterado, en esta semana pasaron cosas importantes en las primarias de ese partido, que podemos resumir en una frase: Barack Obama lo ganó todo. Como resultado, ahora Obama lidera la carrera Demócrata, aunque por un margen estrecho. Y si antes se hablaba mucho de los delegados, ahora toda la atención -y la tensión- está puesta sobre los superdelegados, que son los delegados que pertenecen a la estructura del partido, una especie de consejo de ancianos que admite también entre sus filas a gente post-púber con un currículum de "insider" del partido (el otro día en CNN Anderson Cooper entrevistó a un superdelegado de ¡21 años!).  
En corto, se supone que en una situación tan estrecha como esta, donde es muy posible que ninguno de los dos candidatos termine las primarias con los 2025 delegados que se requieren para asegurar la nominación (y por lo tanto convertir la convención Demócrata de agosto en una lluvia de globitos azules y rojos sobre el o la nominado-a), los superdelegados, como representantes del partido -y que ya están contando en la suma de uno y otro candidato- deben desequilibrar la balanza. ¿Cómo lo deben hacer? Ja. Esa es la pregunta que tiene a las campañas peleando. Si le preguntan a la campaña de Hillary Clinton, los superdelegados deben votar por el o la candidata para la cual fueron elegidos -aun cuando ellos son por definición libres de votar por quien quieran. Claro, Clinton lidera cómodamente el conteo de superdelegados en sus filas. (Aunque uno muy prominente, el representante John Lewis,  ya anunció que votaría por Obama). 
Si le preguntan a la campaña de Barack Obama, los superdelegados no pueden distorsionar -o sea, producir un resultado distinto- que lo expresado en el voto popular, representado en la cantidad de delegados-a-secas elegidos proporcionalmente. Claro, Obama lidera cómodamente el conteo de delegados "rasos". 
Entre medio, a los superdelegados -que son cerca de 800- los llaman varias veces, todos los días, para pedirles que se plieguen a una u otra campaña. Y ellos, en vista del bastante probable escenario de que las primarias terminen sin haber elegido un candidato, ya están tratando de ponerse de acuerdo. 
Y ahí es donde entra en escena... ¡Chachán! Gore, Al Gore. El hombre Nobel es un superdelegado, por supuesto, y dado que el que solía ser el Demócrata líder espiritual, Bill Clinton, está convertido en un guerrillero de batalla peleando por la opción presidencial de su dulce esposa, Gore, Al Gore, tiene que hacerse cargo. Y ahí está, tratando de conciliar a las partes, conversando mucho y felicitándose de no haber apoyado públicamente a ninguno de los candidatos. La preocupación principal, por supuesto, es evitar que la guerra se torne tan sucia -o simplemente tan peleada- que ponga en peligro la opción Demócrata para ganar las elecciones generales en noviembre, sobre todo ahora que los Republicanos ya tienen clara -aunque no oficialmente- su carta. 
Este martes la carrera sigue en Wisconsin, estado para el que el favorito es Barack Obama, aunque su margen de ventaja en las encuestas es estrecho: apenas cuatro puntos en promedio. De todas formas ya está escrito el libreto: Hillary Clinton está jugando a que no le importa mucho Wisconsin, de manera que perdiendo por poco o ganando -que también es posible- puede hablar de un excelente resultado (tratando de parar el "momentum" de Obama, que viene en racha) en vistas de los estados que realmente le importan: Texas y Ohio, que votan el 4 de marzo y donde la senadora tiene una amplia, muy amplia ventaja.