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martes, 28 de octubre de 2008

El convicto Stevens y las otras carreras


El senador de Alaska Ted Stevens -el más longevo del partido Republicano, con más de 40 años de servicio en el Capitolio- estaba un punto atrás en la carrera senatorial de Alaska antes de ser declarado culpable, el lunes, de siete cargos de corrupción. Concretamente, fue encontrado culpable de mentir en varios documentos oficiales sobre los regalos que recibió de parte de una compañía petrolera de Alaska, que pagó por una completa renovación de su casa (en realidad Stevens pagó la mitad de los trabajos). Fue declarado culpable, pero aún no se sabe la sentencia: podrían ser hasta cinco años de cárcel por cada uno de los siete cargos. 

Él había pedido una investigación rápida con la esperanza de ser declarado inocente antes de las elecciones del próximo martes. Ahora irá a la elección (y legalmente puede ser elegido) como culpable, y como tal no podrá votar. Un voto menos para Stevens, cuya renuncia al senado John McCain tardó un día en exigir. (Sarah Palin, gobernadora de Alaska y quien ha mantenido una relación a veces más distante que otras veces con Stevens, coincidió con McCain)

Con el veredicto de culpable encima y con una sentencia que podría llegar a los 35 años de prisión, es casi seguro (uno nunca sabe, de ahí el "casi") que será desbancado del Senado por su rival, el alcalde Demócrata de Anchorage, Mark Begich. 

Se espera que Obama gane la presidencia, pero en una carrera apretada que no da para confiarse. Con las carreras parlamentarias, sin embargo, se espera un resultado amplio para los Demócratas y catastrófico para los Republicanos. Se calcula que los Demócratas podrían llegar a sumar 60 senadores, lo que haría las cosas mucho más expeditas para la agenda legislativa de una eventual administración Obama. Entre otros estados que arriesgan perder los Republicanos (aparte de Alaska) está Carolina del Norte, Kentucky y Minnesota (donde postula al senado el comediante y locutor de la radio liberal Air America Al Franken). 

Los Republicanos arriesgan perder 12 senadores. Los Demócratas no arriesgan ninguno, según la mayoría de los análisis. De esos 12, es muy probable que pierdan siete, según la estimación hecha por David Corn, de la revista Mother Jones, en el show de Rachel Maddow en MSNBC (ahora disponible en su integridad en formato de videopodcast en iTunes) La "marca Republicana" está tan desprestigiada que, por ejemplo, en Oregon el candidato Gordon Smith  ha hecho avisos junto a Obama, John Kerry y Ted Kennedy, no precisamente emblemas Republicanos, como destaca Corn. Es una estrategia común de los candidatos Republicanos en esta elección: desmarcarse de su partido. 

martes, 6 de mayo de 2008

En vivo: Indiana y Carolina del Norte


1.35: ¿Qué pasó hoy? Ya empiezan a salir los análisis. En resumen: Hillary tenía una última oportunidad de presentarse como una candidata lo suficientemente fuerte como para convencer a los superdelegados de que, a pesar de que terminara con menos delegados al final de estas primarias, sería una mejor candidata. 
Y perdió esa oportunidad. 
Si es cierto que hay docenas de superdelegados esperando un momento para volcarse en favor de Obama, ese momento llegó esta noche. 
Hillary Clinton, mientras tanto, promete seguir peleando, aunque tiene menos posibilidades que nunca. Jugando al populismo con los votantes rurales mientras la carrera ya está definida, a la senadora ya empiezan a compararla con Mike Huckabee, el Republicano que no dejaba la carrera aunque McCain ya estaba con el traje de nominado puesto hacía rato. 
Además, parece que su campaña está en bancarrota. Ben Smith, de Politico.com, le preguntó al gerente de campaña, Terry McAuliffe, si Hillary se había "autoprestado", nuevamente, dinero para hacer campaña en Carolina del Norte. "Puede ser, puede que no sea", fue la respuesta del gerente.
Barack Obama, por su parte, ha sobrevivido las peores semanas de su campaña. Ahora puede decirles a los superdelegados que además es un candidato resistente. 
Esperen una avalancha de presiones, anuncios y presiones a partir de mañana. 
(Y léanlos acá, por supuesto, para eso estamos)

Gracias por su sintonía, buenas noches.   



01.20: CNN y NBC proyectan un estrecho (ni que lo diga) triunfo para Hillary Clinton en Indiana.  Con un 99% de los votos contados, el resultado es 50.89% para Hillary, 49.11% en Obama


12.45: Tim Russert en MSNBC: "Ya sabemos quién es el nominado Demócrata: Barack Obama". 
Con el 95% de los votos contados, la diferencia entre Clinton y Obama es de menos de dos puntos: 50.7% para Hillary, 49.3% para Obama

12.30: ¿No habíamos prometido suspenso? Bueno, con in 92% de los votos siguen 51-49, con el alcalde de Gary, Rudy Clay, adelantando un sólido apoyo para Barack Obama. Hillary Clinton canceló sus entrevistas programadas para los programas matinales de mañana (hoy). 
Insisto, apuesto a una semana agitada y probablemente decisiva, con bastantes superdelegados pronunciándose. 

11.52: TODAVÍA NO ES OFICIAL. Y la brecha se sigue estrechando en Indiana. Con un 91% de los votos contados, Hillary Clinton suma un 51% de los votos, contra un 49% de Barack Obama. Lake county todavía NO informa.  
Mientras en Carolina del Norte se han informado un 98% de los votos. Resultados Obama 57%, Clinton 43%

11. 10: Resumen: Hillary no se piensa bajar, pero sabe que a partir de mañana enfrentará una avalancha de presiones y que, además, no tiene dinero suficiente. A los superdelegados: voy perdiendo, pero soy más fuerte. Su discurso debía celebrar su triunfo en Indiana, pero eso aún no es oficial, y cuando lo sea será muy estrecho. Oficialmente. 

10.58: Hillary Clinton al escenario. Comienza recordando la afirmación de Obama sobre Indiana como "el rompedor del empate". "Vine desde atrás y gracias a ustedes ahora estoy a toda velocidad hacia la Casa Blanca". Bill Clinton está justo detrás de ella, algo que no se había visto en mucho tiempo. 
Apuntes: 
-Felicita a Obama por NC. "Estamos en un mismo emprendimiento", dice.
-Yes we will, dicen los originales.
-Sólo podemos seguir ganando si podemos seguir compitiendo, y estamos compitiendo contra un candidato que ha gastado mucho más que nosotros. (O sea: está pidiendo plata)
-Habla de su familia de clase trabajadora
-Habla de lo cara que está la gasolina, la comida y la salud. 
-Los veo y los escucho. Veo lo duro que trabajan. Pelearé por ustedes
-Seré una presidenta lista desde el día uno y seré una comandante en jefe que mantendrá segura a su familia (la de "ustedes") 
-Tenemos un debate importante sobre cómo ayudar a la gente con los altos precios de la gasolina. Creo que debemos darle a los americanos (sic) un descanso este verano. (No está claro que su idea de la suspensión temporal de los impuestos a la gasolina le haya dado mucho resultado bien). 
-Es importante que mientras avanzamos en esta campaña, reconociendo que estamos en el mismo buque, veamos quién los representa y defiende mejor a ustedes. 
-Sé que la gente está viendo esta carrera pensando "él ganó, ella ganó... es una carrera muy ajustada. (Ehh...) 
-Habla como habló en New Hampshire: "me rompe el corazón" ver lo mal que lo está pasando la gente. 
-"Nunca dejaré de defenderlos". 
-Ofrece sus condolencias a las víctimas del ciclón en Birmania y le pide a la junta militar que deje entrar la ayuda internacional. Es toda una líder mundial. ¿Y ninguna palabra para las víctimas del volcán Chaitén en Chile? ¡Por favor!
-Da las gracias a su familia. "¿Acaso Chelsea no hizo un gran trabajo? Y sé que mucha gente disfrutó viendo nuevamente a mi esposo"
-"Ahora vamos a West Virginia, Kentucky y Oregon", dice, anticipando lo que viene. 
-Voy a dejar mi corazón en West Virginia y Kentucky
-Quiero que la gente en los estados que quedan sepan que vamos a trabajar duro por ganarnos su voto. 
-Quiero ser presidenta de todos... Por eso es importante que contemos los votos de Florida y Michigan. Sería un poco extraño tener a un nominado elegido por 48 estados. 

El 86% de los votos están contados, siguen 52-48 y CNN sigue diciendo que aún no puede declarar el triunfo de Hillary Clinton en Indiana

10.30: La superdelegada Donna Brazile a Lenny Davis, el partidario de Hillary Clinton en contacto con CNN. "Con mucho respeto, ya es hora de empezar a pensar cómo unir al partido". Uuuu. Donna Brazile no ha declarado a quién apoya.
Si hay que hacer apuestas, apostaría a que en los próximos días vamos a ver a bastantes superdelegados decidiéndose en público

10.25: ¿Por qué no se anuncia el triunfo de Clinton en Indiana? Interesante historia. En Lake County, donde está la ciudad de Gary, en el Noroeste de Indiana, muy cercana a Chicago,  hay un poco más de 11 mil votos "en ausencia" -hechos por adelantado- que aún no se cuentan, y las autoridades dicen que no darán a conocer los resultados del resto de las mesas hasta que no se cuenten esos votos. Y eso podría extenderse hasta la medianoche. Es un condado importante porque se supone que Obama tendrá un buen resultado ahí, por la cercanía de ese condado con Chicago y por la gran cantidad de población negra en ese centro urbano.  Según calcula John King en CNN (con esa pantalla gigante multitouch), Obama necesitaría ganar un 57% de los votos en ese condado para dar vuelta la votación del estado. Muy poco probable, pero aun posible
Es terrible para Hillary Clinton, quien parece estar esperando el resultado definitivo para dar su discurso en Indiana. 
Alex Castellanos, estratega Republicano, en CNN: "Esta es una noche histórica para la política de Estados Unidos. Estamos asistiendo al fin de la era Clinton o al menos al principio del final de la era Clinton. El discurso de Obama fue un discurso de aceptación (de la nominación)". Le contestan que está exagerando (Lenny Davis dice que los Republicanos quieren que Hillary pierda porque ella es una candidata más difícil de derrotar en noviembre), pero tiene un punto. 

10.10: Los partidarios de Hillary Clinton están acusando el golpe: han comenzado recordar que Obama habló (hace semanas, previo a los peores momentos de su campaña, Wright de por medio) de Indiana como "el estado que rompería el empate". Han comenzado a exigirle a los medios que cuenten los votos de los castigados estados de Michigan y Florida cuando hagan sus cálculos. Y con un 83% de los votos contados, todavía no proclaman el triunfo de su candidata. Siguen 52-48. 

10.05:
Con un 82% de los votos contados, la carrera en Indiana sigue muy estrecha. Hillary Clinton va adelante por sólo 4 puntos: 52% versus 48% de Obama. Matemáticamente, con ese margen, es un triunfo apenas simbólico para la senadora. Todavía no informan los votos de Gary, la segunda ciudad más liberal de Estados Unidos, donde obviamente Obama debería ganar. 

9.45: Observaciones sobre el discurso de Obama: Aunque fue un discurso humilde ("sea yo u otro el nominado...") fue un discurso de nominado. O de casi-casi nominado tratando de convecer a los superdelegados. Ese era su público objetivo, sin duda: les dijo que sabe que es imperfecto, que ha sufrido los golpes, pero que eso no es lo importante, que lo importante es lo que se juega en la elección. Que no es ingenuo, que sabe qué clase de ataque recibirá de los Republicanos, pero está listo para enfrentarlos y terminar con esa manera de hacer política. Y muy importante: que el partido estará unido en las elecciones de noviembre. Y que es el más patriota de los patriotas, aunque no use un "pin" de la bandera en su solapa, porque su propia biografía es consecuencia del sueño americano cuyos valores quiere restaurar
Dentro de los próximos días sabremos si el triunfo de esta noche tiene impacto en los superdelegados que no han declarado aún su preferencia

9.36: Barack Obama al escenario. Suena "The Rising", de su partidario Bruce Springsteen. Interesante. Creo recordar que antes esa canción sonaba en las concentraciones de Hillary. 
Felicita a Clinton por lo que "parece ser una victoria" en Indiana, y da las gracias a quienes lo apoyaron en ese estado. Luego, por supuesto, da las gracias a la gente de Carolina del Norte, donde se encuentra. 
Apuntes del discurso: 
-Cuando empezó esta campaña, Washington no nos dio muchas oportunidades. Pero ustedes salieron, tocaron puertas, llevaron a sus amigos y vecinos, porque se opusieron a los cínicos y se mantuvieron en los malos y los buenos momentos. 
-Ahora nos quedan menos de 200 delegados para asegurar nuestra nominación.
-Esta ha sido una de las carreras más largas de la historia. Y es porque tenemos una formidable oponente, Hillary Clinton. Los analistas dicen que estamos divididos, que sus votantes no me apoyarán, que mis votantes no la apoyarán a ella. Pero yo no creeo que sea así. 
Puede que esta carrera no esté terminada, pero cuando lo esté debemos recordar qué partido es este. 
-Este otoño marcharemos como un solo partido Demócrata, unido, porque creemos que somos lo que el país necesita. 
-No podemos darnos el lujo dedarle a McCain la oportunidad de administrar un tercer gobierno de Bush. 
-(Luego habla de las tribulaciones económicas de la gente. El caso de la "persona-real" infaltable en estos discursos: "La mujer que conocí en Indiana que perdió su trabajo, su pensión, su seguro, no puede darse el lujo de otros cuatro años como estos". Luego un estudiante que trabaja de noche para pagar las cuentas médicas de su hermana enferma.  Luego la madre en Wisconsin que perdió a un hijo en Irak. Y luego otros casos). 
-Habla de su biografía como ejemplo del sueño americano. De su abuelo materno (blanco), su abuelo que volvió de la guerra y pudo ir a la universidad por un beneficio a los veteranos, de su madre que pudo educarlos siendo madre soltera y los pudo mandar a él y su hermana a las mejores universidades gracias a las becas. Habla de su suegro, un trabajador portuario negro que pudo darle educación y vivienda a su familia. 
-Valores "americanos": "Una América (sic) que no recompensaba la riqueza, sino al trabajo y a los trabajadores que lo hacen". 
-Luego dice que las ideas de McCain están fuera de contacto con los valores centrales del país. Recuerda que quiere seguir en guerra, que quiere ganar en noviembre de la misma manera que "su lado" ha competido siempre. "Ya sé lo que viene, no soy naive: los mismos nombres y etiquetas, excplotar los errores y las asociaciones esperando que los medios enganchen".
-"No entré en esta carrera pensando que podía evitar este juego político; entré pensando que este era el momento de terminar con eso". 
-"No lo haremos porque yo sea perfecto, porque como ha quedado claro en esta carrera, no lo soy.  Lo terminaremos diciendo la verdad. (...) Esperando que la gente abrazará la necesidad del cambio, aun cuando venga desde un mensajero imperfecto. 
-"El otro lado puede etiquetarme y llamarme como quiera, pero yo confío en la gente. 
-No es debilidad, sino la sabiduría la que restaurará el nombre del país en el extranjero.  
-Confío en el deseo de la gente de no ser definido por sus diferencias", dice. "Aunque podemos tener historias distintas, tenemos esperanzas distintas. Queremos ir en lamisma dirección, a un mejor futuro para nuestros hijos. 
-Sé la promesa de EEUU porque la he vivido. 
-La esperanza puede volver desde el más oscuro rincón. 
-Yes we can. 
-Carolina del Norte y Estados Unidos de América: no olviden nunca que esta elección no es sobre mí u otro candidato. Es sobre ustedes, sobre la gente, sobre nuestros sueños y esperanzas. 
-Esta vez puede ser diferente. Es nuestro momento de responder a la llamada que tantas generaciones han contestado antes. El sueño americano vivirá. 
-Que Dios los bendiga a ustedes y a los Estados Unidos de América. 

Esa frase de cierre es importante: Obama necesita subrayar su vocación patriótica y de dónde viene (el sueño americano encarnado en su familia, en su biografía), porque el escándalo Wright lo afectó muchísimo en ese flanco. 

9.10: CBS proyecta el triunfo de Hillary Clinton en Indiana. Pero con un 68% de los resultados informados el margen de ha estrechado significativamente. CNN todavía no se anima a hacer una proyección. Ahora están 53% para Clinton, 47% para Obama. Y todavía faltan los votos de Lake County, centro urbano cercano a Chicago se espera que tenga buenos resultados. Esta llegada se presume ajustada, lo que sumado a que el margen de triunfo de Obama en Carolina del Norte (hasta el momento por un margen de 20 puntos), estado que además elige mucho más delegados, anticipa una mucho mejor noche para Obama que para Hillary Clinton
Mañana pueden haber consecuencias. 

8.30: "¿Sabes a quién no le va bien con los votantes blancos rurales? A los Demócratas". La mejor aclaración de la noche, de parte de Jeffrey Toobin en CNN, sobre la discusión sobre las posibilidades de Obama con ese electorado. 

8.10: Con un 38% de los votos contados en Indiana, Clinton aventaja a Obama por 56% versus 44%. ¿Por qué todavía no se proyecta el triunfo de Hillary? Falta por informar el resultado en las zonas donde se espera que Obama tenga un buen resultado, como el Noroeste del estado. 

7.59: Aunque ganó el 36% del voto blanco en Carolina del Norte (no es malo), entre los blancos que NO tienen un grado universitario sólo ganó cerca del 25% de los votos.  Aun así, ese 36% es mejor que el voto blanco que ganó en Ohio. Siempre en NC, Obama ganó entre los votantes blancos menores de 65 años, de acuerdo a David Axelrod, el jefe de campaña del senador

7.31: Barack Obama gana Carolina del Norte. CNN proyecta un triunfo del senador en el estado que debía ganar. El margen de triunfo será un dato importante, pero dado que la proyección llegó a tan poco de haber cerrado las mesas, parece que será un margen amplio. Dada la gran cantidad de delegados que reparte NC, eso podría significar que solidifique su liderazgo sobre Hillary Clinton, dependiendo del margen por el que la senadora gane en Indiana. En ese estado las cosas están demasiado ajustadas para hacer proyecciones, pero con un 19% de los votos informados Clinton mantiene una ventaja de 58-42 sobre Obama. 

6.41:  Exit poll en Indiana
-Sobre la campaña negativa: ¿Atacó Hillary Clinton injustamente a su oponente? Sí: 63 % . ¿Atacó Barack Obama injustamente a su rival? No: 54%
-¿Apoyarían los partidarios de Clinton a Obama en noviembre si él fuera el nominado? Sólo un 48%. En Carolina del Norte, sólo 45%. 
-¿Apoyarían los partidarios de Obama a Hillary en noviembre? 59% en Indiana lo haría. Un 70% de los partidarios en NC votaría por Clinton. 
Esta pregunta, en todo caso, dice más sobre el ánimo confrontacional de la campaña que sobre lo que efectivamente vaya a suceder en noviembre. 
Voto afroamericano: Carolina del Norte: 91 %  por Obama. Indiana: 92% por Obama. 
Voto blanco: Carolina del Norte: 59% para Clinton. 

Más temprano, Al Gore dijo que "no ha descartado apoyar públicamente" a  uno de los candiatos antes de la convención. Dependiendo de lo que pase esta noche (y cómo pase) a partir de mañana podríamos empezar a ver a los superdelegados indecisos tomar partido. 

(Fotos: New York Times)

"SuperMartes 3": Cuenta regresiva


218 delegados en juego
. 134 de ellos en Carolina del Norte, 84 en Indiana. Los números totales no deberían cambiar de manera importante esta noche, con Obama liderando el conteo de delegados elegidos y ligeramente perdiendo el de superdelegados, a la espera de la definición de los superdelegados que no se han decidido, y que estarán mirando con mucho interés no sólo los resultados de esta noche, sino también las encuestas a boca de urna, para distinguir el factor cualitativo.

Algunos datos útiles para anticipar escenarios (o explicaciones). El caso del Reverendo Wright ocupó el 42 por ciento de las noticias políticas de la semana pasada. Leyó bien, 42 por ciento, según un estudio del Project for Excellence in Journalism. Otra cosa que podría afectar determinantemente el rendimiento de Obama en Indiana está relacionada con lo mismo: se contaba con que el Noroeste de Indiana -fuertemente influenciado por Chicago, ciudad del vecino estado de Illinois que es muy cercana, cuyos canales de televisión ven en esa zona de Indiana-, sería tierra favorable para Obama. Pero al mismo tiempo la televisión de Chicago ha sido más activa -"obsesiva, si no más", según First Read , el blog de MSNBC-en la cobertura del caso Wright. ¿Cómo va afectar eso al rendimiento del senador en esa zona? Lo sabremos dentro de unas horas. 

Barack Obama estará siguiendo los resultados en Raleigh, Carolina del Norte, el estado que cuenta con ganar esta noche. Hillary Clinton estará en Indianapolis, Indiana, el estado que ella cuenta con ganar. Desde ahí hablarán ambos, y ambos dirán que ha sido una gran noche y que van viento en popa.

Las de hoy en Indiana son las últimas primarias donde el resultado está en duda. Desde mañana, y con los resultados restantes, asistiremos al show de quién interpreta convenientemente los resultados de manera más convincente. 
 
Para quienes estén interesados (los comentarios son siempre bienvenidos), esta tarde-noche estaremos actualizando en vivo los resultados, encuestas, discursos e interpretaciones acá en Factor 2008.  

La gran división Demócrata




Como ha quedado claro a lo largo de estas primarias Demócratas, como quedó mucho más claro en Pennsylvania y como evidencian los últimos días de campaña enfrentando las primarias de hoy en Indiana y Carolina del Norte, en esta carrera los candidatos están recogiendo el apoyo de electorados muy distintos, aun cuando sean todos Demócratas (o independientes participando de las primarias Demócratas). La gente con menos ingresos y menos educación ha votado por Hillary, la gente con más ingresos y educación ha votado por Obama. Los mayores votan por Hillary; los jóvenes, por Obama. Más que divisiones étnicas (que las hay, con los afroamericanos alineados tras Obama y los latinos y los blancos en general votando por Hillary) o religiosas (los católicos votan por Clinton), estamos hablando de una gran división demográfica, principalmente definida por el cruce nivel económico-nivel de educación-edad.  

David Brooks lo explicó en su columna del martes pasado en el New York Times: la demografía manda. "Hoy hay una masa educada. Quienes fueron a la universidad y quienes no fueron probablemente viven en pueblos distintos. Tienen tasas de divorcio distinta y diferentes maneras de criar a sus hijos. Quienes no fueron a la universidad no sólo ganan menos; fuman más, son más obesos y mueren más pronto", escribe Brooks. "Retailers, inmobiliarias y ejecutivos de televisión identifican y refuerzan estos grupos de estilos de vida. Hay más ofertas de nicho y menos experiencias comunes. La consecuente segmentación ha reformado la política", explica. "La elección de este año ha revelado una profunda brecha cultural dentro del Partido Demócrata". 

Es una brecha de la que los adversarios de Obama están explotando a la caza del voto rural y el del trabajador de los centros industriales. La campaña de Hillary Clinton, por supuesto, explotando la acusación de que Obama es un elitista (por eso fue tan dañinos su propio comentarios sobre la gente que "se amarga y se aferra a las armas y la religión": reforzó exactamente esa narrativa), mientras ella se esfuerza en destacar que ama las armas, toma cerveza en jarro y juega bowling. También diversos candidatos Republicanos -compitiendo en elecciones locales- se han dado un festín con el "Obama elitista", que se enmarca convenientemente dentro de la lógica con que los Republicanos han enfrentado y presentado esta creciente diferenciación demográfica: la guerra cultural, donde los Demócratas representan a "las elites educadas", snobs, desconectados de la realidad del "pueblo americano" (sic).  Ahora con el gentil auspicio de la campaña Clinton ven reforzada como nunca su narrativa. 

La Hillary "representante del pueblo" ha encontrado una perfecta oportunidad para marcar ese perfil gracias a la última maniobra electoral para conquistar el voto trabajador de Indiana y Carolina del Norte: la suspensión temporal del impuesto a la gasolina. Como comenta John Dickerson en Slate (uno de muchos columnistas que han destacado el punto), economistas y especialistas de todo el espectro ideológico han dicho que es una mala idea, no sólo inútil (no se traducirá en beneficio de los consumidores), sino también dañina (porque puede aumentar el déficit presupuestario y alentar un comportamiento ambientalmente perjudicial). Dickerson destaca que además escritores, juntas editoriales y políticos como Michael Bloomberg, el gobernador de Nueva York David Paterson y la líder Demócrata Nancy Pelosi han hablado en contra de la iniciativa, que es original de un tal... John McCain

Obama ha denunciado el "ofertón" como un barato truco político de última hora. Sin embargo, es muy posible ser que todas esas objeciones racionales tengan nula resonancia en el público objetivo de Hillary Clinton. 

El domingo en "This Week", de ABC, a Clinton le pidieron que nombrara a UN economista que adhiriera a la idea de la suspensión  temporal del impuesto a la gasolina. Traduciendo libremente, dijo "no voy a presentar mi caso a los economistas". Cuando el conductor del programa, George Stephanopoulos, le comentó las dudas con su plan presentadas por el columnista y autor Paul Krugman, Clinton dijo homologó a Krugman con la administración Bush y dijo que no escucharía a la gente que ha sido responsable por los últimos  siete años de gobierno.  

Esas intervenciones las destacó David Brooks en su columna de hoy en el New York Times, en la que comparó la aparición de Hillary en "This Week" (combativa, frontal, agresiva) con la de Obama en "Meet the press" (reflexivo, explicativo, diplomático). La columna se titula "Combate y compostura". Un contraste que, según Brooks, "define la carrera". "La posición de Hillary es que la política es por definición un negocio sucio", comenta. "El argumento implícito de Obama es que la política no tiene por qué ser así". 

En sus apariciones públicas, Hillary ha dicho que Obama "no quiere que el dinero de las compañías petroleras llegue a los bolsillos de los trabajadores", y en su último aviso de campaña se pregunta "¿Qué le pasa a Barack Obama?". Luego contesta: "Él está atacando el plan de Hillary para darte un alivio en los precios de la gasolina porque él no tiene uno". (La campaña de Obama contestó con un aviso donde acusa a Hillary de recurrir a los ataques, ejemplificando con una cita del New York Times en que se dice que su campaña "ha tomado el camino bajo")

Esta mañana, Jonathan Mann de CNN fue a la legendaria pista de carreras de Indianápolis a preguntarle a la gente que estaba viendo las prácticas para las "500 millas" -en día hábil, hora hábil, todos blancos, los hombres sin polera, enrojeciendo con el sol- por quién votarían. 

En esa mini encuesta informal ganó Hillary Clinton. 

Esta noche veremos si Obama fue capaz de ganar parte de ese público. 

lunes, 5 de mayo de 2008

El día antes


Las cosas están así:
En Indiana las encuestas van desde el empate hasta una ligera ventaja de Hillary Clinton (5 puntos). En Carolina del Norte (North Carolina) apuntan a una ventaja de Obama siete puntos en promedio. Como apunta el posteo de Noam Scheiber en el blog de The New Republic, la tendencia de los sondeos durante la última semana apunta hacia un leve crecimiento de Obama en Indiana y a un crecimiento de Hillary en Carolina del Norte. O sea, suspenso garantizado para mañana. 

Lo que es probable que pase mañana: Que Hillary gane Indiana por cerca de 10 puntos y que Obama gane Carolina del Norte  por el mismo margen. Eso dejaría las cosas más o menos igual, matemáticamente, aunque con Hillary mejor proyectada a espera de las primarias en West Virginia (13 de mayo) y Kentucky (20 de mayo). En ambos estados tiene una cómoda ventaja en las encuestas. Dado que ella está apostando a llegar hasta junio y más allá trabajando el argumento de que aunque tenga menos delegados que Obama sería una nominada más fuerte para noviembre, seguir en carrera ganando estados no puede ser un mejor escenario para la senadora. Si ganara Indiana por un margen más amplio y perdiera Carolina del Norte por uno estrecho, prepárense para la avalancha Clinton. Y si llegara a ganar en NC -lo que parece muy improbable- esta carrera se va a dar vuelta, no en números, pero sí presión a favor de Hillary. 

Si Obama ganara por un margen más amplio en Carolina del Norte y perdiera por un margen estrecho en Indiana, podría llamar el de mañana un muy buen día. Si llegara a ganar Indiana, podría irse tranquilo al hotel y esperar que al día siguiente una avalancha de superdelegados anunciara su apoyo a su candidatura. Sin embargo, eso parece muy poco probable, sobre todo tras una semana particularmente dura para el senador, gentileza del Reverendo Wright, que ha servido para revivir los peores temores y prejuicios contra Obama. 
 
Algo que podría tener a Barack Obama durmiendo un poco menos tenso esta noche es el factor votación-adelantada: se ha reportado que mucha gente ha votado en forma anticipada en Carolina del Norte y, en menor proporción, en Indiana. Como en NC le estaba yendo mucho mejor antes, da para pensar que en esos votos adelantados lo favorecerían. Y no son pocos: se calcula que han sido cerca de 500 mil, y se espera que mañana voten 1,5 millones. En Indiana el voto anticipado es muchísimo menos, proporcionalmente, cerca del cuatro por ciento. 

Mañana será un día de suspenso. Un relator deportivo amante del cliché diría que será "no apto para cardíacos" y otro peor diría que será "propio de Hitchcock". Pero acá preferimos las exageraciones propias de este rubro: llamémoslo SuperMartes 3

viernes, 2 de mayo de 2008

Dos campos de batalla

Quién lo habría dicho. Se supone que la carrera Demócrata sería el choque del establishment del partido y de la tremenda, aceitada y aplastante maquinaria pesada de los Clinton contra la fuerza renovadora y desafiante del "outsider" Barack Obama. Y así partió, y muchos capítulos de esta historia se han escrito así, con Obama movilizando a gente -sobre todo jóvenes- que no solía participar, e imponiendo con rotundo éxito el modelo de financiamiento de "muchos donantes pequeños" versus los no-tantos donantes millonarios de Hillary. Todo eso es verdad, pero la dinámica de las cosas ha ido cambiando en las últimas semanas. Tanto, que ahora parece ser Obama el candidato del establishment del partido, y Hillary la que pretende desafiarlo a punta de victorias electorales significativas. 

Después de su victoria en Pennsylvania, Hillary Clinton dejó claro que seguiría en carrera. Su oportuno anuncio del récord de donaciones online esa noche espantó -al menos por un rato- el fantasma de la bancarrota (aunque, como escribió Kenneth P. Vogel en Politico.com, era un dato que generó muchas suspicacias pero era imposible de verificar de manera independiente). Si bien los principales objetivos del mensaje de la senadora son los superdelegados que tendrán que definir quién será el nominado para las elecciones de noviembre, su repunte en las encuestas y sus perspectivas en las primarias que vienen, combinado con problemas potencialmente tan dañinos para Obama como el episodio del Reverendo Wright, podría transformarse en su mejor aval para rentabilizar aquello que llaman "momentum", el vuelo, la imagen de triunfo y la cobertura de los medios en ese sentido. Al apoyo que ha ganado de figuras tan relevantes como el gobernador de North Carolina, Mike Easley se ha sumado ahora el apoyo editorial del periódico Indianapolis Star

Obama, por su parte, ha visto cómo su liderazgo en las encuestas nacionales ha desaparecido (ahora sólo gana por menos que el margen de error), cómo su ventaja sobre Hillary Clinton en North Carolina se estrecha (de 15 a 7 puntos) y, peor, cómo su empate en Indiana ahora se ha transformado en una desventaja de seis puntos bajo la senadora Clinton.  
Y sin embargo los superdelegados parecen seguir inclinándose más por Obama que por Clinton. Como reportan Adam Nagourney y Carl Hulse en el New York Times, Obama ha ido ganando el favor de los superdelegados a un mejor ritmo que la senadora Clinton, básicamente porque éstos parecen más convencidos de que deben acatar la decisión de los votantes expresadas en número de delegados elegidos ganados al final de las primarias. Y en eso el liderazgo de Obama es prácticamente incontrarrestable. Como explica el gerente de la campaña del senador, David Plouffe, en la misma nota, si en lo que queda de primarias Hillary ganara el 55 por ciento de los delegados que quedan por elegir, igual necesitaría el apoyo de dos tercios de los superdelegados que aun no se definen para alcanzar el número mágico (2.025) para ser electa. La campaña de Clinton no disputó esa afirmación. Y el superdelegado aún indeciso Chris Redfern, de Ohio, lo dijo más claramente (anoten): "Esto es sobre los números y los números son los números", dijo.  "Y el senador Obama va ganando". 

A esto se suman casos tan visibles como el de Joe Andrew, un ex líder partidario designado en su momento por Bill Clinton y quien estaba apoyando a Hillary, anunció que había cambiado de opinión y ahora apoyaría a Obama. Al día siguiente, otro superdelegado y ex líder del partido, Paul Kirk, se subió al carro de Obama.  Y según reportó Politico.com, en el congreso hay "docenas" de superdelegados esperando el momento oportuno para exteriorizar lo que ya decidieron: su apoyo a Barack Obama. En la campaña de Hillary, por supuesto, no dan las cosas por perdidas y apuestan a un cambio de opinión. El problema que tienen es que los únicos que han cambiado de opinión lo han hecho en sentido contrario. 

Hoy, el senador realizó una conferencia de prensa a la salida de una reunión con contribuyentes de todo el país en Indianapolis. "Obviamente, hemos tenido que luchar a lo largo de la semana pasada con un montón de ruido. Es un hecho", comentó. Luego dijo que los votantes no querían drama, querían soluciones. Según Jeff Zeleny en el blog del New York Times, algunos de sus colaboradores andaban con poleras con la leyenda "Stop the drama. Vote Obama"

Mientras Hillary sigue creciendo en las encuestas en Indiana y North Carolina con vista a las primarias de este martes 6 de mayo, Obama libra su propia batalla en los pasillos por donde pasan -o desde donde escuchan- los superdelegados. 

domingo, 27 de abril de 2008

No más debates

Han sido cuatro debates exclusivos entre Hillary Clinton y Barack Obama, y 21 debates de los precandidatos Demócratas desde que comenzó la campaña. Ahora Hillary Clinton está desafiando a Obama a un nuevo debate, en Indiana, antes de las primarias del 6 de mayo. Barack Obama está diciendo que no, y recordando que antes Hillary se rehusó a realizar un debate en North Carolina.

¿Qué cálculos se están haciendo? En general, Hillary no ha tenido malos debates, y Obama sí. El último fue particularmente dañino, si no claramente en el voto final de Pennsylvania, sí en la percepción pública de qué tan sólido es el candidato en momentos en que uno de los principales argumentos de su rival es que él no resistirá la pelea contra los Republicanos en noviembre. Fue un debate tras el cual los anfitriones de ABC News fueron muy criticados por la dudosa profundidad de algunas de sus preguntas y por lo que algunos juzgaron como una especial agresividad contra Barack Obama, quizás para escapar de la caricatura sobre el favoritismo de los medios por el senador. Como sea, Barack Obama no salió bien de ese debate.

El desafío de Hillary Clinton tuvo una dosis de nostalgia: invitó a Obama a participar en un debate al estilo Lincoln - Douglas (usando el modelo de debates entre Abraham Lincoln y Stephen Douglas en 1858. Quizás John McCain se acuerde). O sea, sin moderadores, con los candidatos hablando frente a frente, con tiempos para contestarse y distribuyendo el tiempo (90 minutos) entre los temas de debate que quieran, como quieran. Pero la campaña de Obama mantuvo su negativa, enfatizando que prefieren ocupar el tiempo en "hablar directamente a los votantes" de Indiana y North Carolina.

Es fácil ver que con un estado donde no tiene opción (North Carolina), Hillary Clinton tiene que
tratar de que Obama tropiece antes de llegar a Indiana, donde aparecen empatados en las encuestas. Un debate, como se han dado las cosas, sería ideal para eso: obliga a invertir tiempo en la preparación y abre el flanco a críticas, comentarios e interpretaciones. Hillary Clinton se burla de las quejas de Obama sobre el trato que recibió en el último debate, justamente enfatizando el mensaje de que el candidato no es todo lo fuerte que se necesita. "Después del último debate, los partidarios del senador Obama se quejaron por las preguntas rudas", dijo sarcásticamente ayer a su público en South Bend, Indiana.

Y pensar que antes era ella la que se quejaba de que en los debates la trataban mal.

sábado, 26 de abril de 2008

La importancia de Indiana


El próximo 6 de mayo será otro "SuperMartes". Votarán North Carolina e Indiana, pero es este segundo estado el que podría darle un cierre a todo: considerando que en North Carolina Barack Obama mantiene un amplio liderazgo en las encuestas (superior a 15 puntos, en promedio), todo el suspenso estará puesto en Indiana

Y ahí sí que hay suspenso. Barack Obama y Hillary Clinton están técnicamente empatados en las encuestas, como pueden ver en la foto de arriba con el resumen de los promedios de Real Clear Politics, que tiene a Obama con una ventaja de 3 puntos. Otras encuestas -citadas por CNN- dan a ambos candidatos en un empate, cada uno con 45 puntos porcentuales y con un 10 por ciento de indecisos. 

¿Y cómo es Indiana? De partida, es un estado con sitios como Kokomo (sí, como la canción de la película "Cocktail"), un lugar donde el famoso "cambio" no es precisamente un hit en el electorado, como cuenta esta nota del New York Times. "¿A qué se supone que nos vamos a cambiar?", se pregunta un ciudadano consultado. En general, la zona norte -más cercana a la influencia de Chicago, en Illinois- es vista como territorio proclive a Obama. También la muy urbana Indianapolis. El sur, sin embargo, es territorio más del tipo Hillary, en una división demográfica que ya parece un patrón invariable en estas primarias. 

La gran importancia de Indiana -una a la que sus habitantes no estaban acostumbrados, ya que normalmente las primarias llegaban cuando estaba todo cocinado- radica en un asunto muy simple: 

Si gana Barack Obama su triunfo será visto como el fin de la racha de Hillary y sería EL momento para que todo el peso de quienes quieren terminar el proceso de una vez por todas aumenten la presión sobre Clinton, sobre sus donantes y, más importante, sobre los cerca de 300 superdelegados que aún no han decidido su voto. Serían dos semanas que Obama tendría que aprovechar muy bien, dado que el 13 de mayo vota West Virginia, donde Hillary Clinton tiene una amplia ventaja en las encuestas, y el 20 de mayo votan Kentucky -otro estado donde Hillary es la favorita- y Oregon -donde Obama debería ganar con comodidad. 

Si gana Hillary Clinton su aura de renacida de las cenizas y candidata fuerte, invencible, que no se da por vencido, crecería hasta rozar el mito. Y dado que su pelea es por convencer a los superdelegados que no elijan a quien termine con más delegados, sino a quien sea más fuerte para enfrentar a John McCain en noviembre, el triunfo en Indiana sería un muy poderoso argumento.  

Esa posibilidad -de que los líderes del partido no elijan a quien gane en votos- parecía prácticamente imposible, sobre todo por declaraciones de líderes tan importantes como Nancy Pelosi, la líder de la Cámara de Representantes del Congreso. Pero ayer Howard Dean, presidente de la Convención Nacional Demócrata, le dio a la campaña de Clinton una buena razón para mostrar los dientes, esta vez sonriendo. En una entrevista al Financial Times, dijo: "Creo que la carrera se va a reducir a la percepción en las últimas seis u ocho carreras sobre quién será el mejor oponente contra John McCain. No creo que en el largo plazo se resuelva con el voto popular ni algo más". 

Justo a continuación, sin embargo, Dean agregó que era "altamente improbable" que los superdelegados contradijeran al voto popular. "Nunca ha sucedido. Pero es posible y tienen el derecho a hacerlo", dijo Howard Dean, quien además dijo estar seguro de que la carrera no pasaba de junio. "Uno de los dos se va a retirar después de las últimas primarias", apostó. 
 

miércoles, 23 de abril de 2008

Post Pennsylvania


6 de mayo: 
North Carolina (Obama tiene una ventaja de 15,5 puntos en las encuestas)
Indiana (Clinton tiene una ventaja de 2,2 puntos en las encuestas: va a ser un estado peleado. Será la batalla que defina quién es "perdedor" y quién es "ganador" en esa jornada)

13 de mayo: 
West Virginia

20 de mayo: 
Kentucky
Oregon
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cómo?     

sábado, 29 de marzo de 2008

¿Y cuándo se acaba todo?


No se acaba hasta que la señora gorda cante, reza el dicho -inspirado en la ópera, no malinterpreten-, y en el caso de las primarias Demócratas, no se acaba hasta que la señora Clinton se convenza. 

Como se preveía aún antes de las victorias de Hillary en Texas y Ohio (aun cuando a fin de cuentas en Texas Obama terminó ganando, en términos de delegados), Obama prácticamente ya ganó la carrera. La gran mayoría de los analistas ahora se han dedicado a hablar de las escasas posibilidades de Hillary Clinton de arrebatarle la nominación a Obama o derechamente a preguntarse cuándo irá la senadora a admitir su derrota. Algunos -como David Brooks en esta columna en el New York Times o la siempre aguda Maureen Dowd en su tribuna en el mismo diario- han especulado con la idea de que para Clinton la situación es "si no soy yo la nominada, prefiero que las elecciones generales las ganen los Republicanos". Esto porque la prolongación de una campaña donde tiene tan escasas posibilidades estaría sólo dañando al probable candidato Obama frente al seguro candidato McCain. Otros, sin embargo, aseguran que la continuación de la pelea no daña al partido Demócrata, porque al fin y al cabo le asegura presencia constante en la prensa. 

Sobre lo que pase en las próximas semanas hay un par de asuntos en los que parece haber consenso. 
-Que en las primarias de Pennsylvania, el 22 de abril, va a ganar Hillary Clinton. Tiene más de quince puntos de ventaja en las encuestas y parece muy improbable que Obama dé la sorpresa. 
-Que la victoria en Pennsylvania no le sirve a Hillary si es por menos de 20 puntos. Como todo el mundo sabe que va a ganar en ese estado, tiene que dar una verdadera paliza. Aún así seguiría abajo en la tabla de delegados y de voto popular, pero al menos mostraría que aún tiene fuerza para seguir en carrera. 
-Que tras ganar en Pennsylvania, Hillary necesitaría ganar North Carolina, el 6 de mayo. Ahí Obama tiene en las encuestas una ventaja de más de 12 puntos. Si gana Clinton, puede presentarse como una amenaza. Algunos analistas aseguran que Hillary se va a retirar de la carrera después de perder en North Carolina

Son cálculos que pueden mantener entetenida la carrera, pero para que el resultado final cambie -que Barack Obama sea el nominado Demócrata-, Hillary necesita un milagro, o un desastre, depende de por dónde se mire. 

Hillary Clinton creyó que ese "milagro" se había producido hace un par de semanas, cuando empezaron a circular videos con extractos de las prédicas del Reverendo Jeremiah Wright, el pastor que lidera la iglesia a donde asiste Barack Obama y su familia desde hace 20 años. Los extractos resultaban incendiarios para la sensibilidad "americana" -"Dios maldiga a América", decía- aunque hay que decir que para un observador extranjero su lógica no tiene nada de irracional: básicamente planteaba que Estados Unidos mató a mucha más gente bombardeando Hiroshima y Nagasaki que los que murieron en los atentados a las torres gemelas. 

Fue quizás la crisis potencial más seria que ha enfrentado la campaña de Obama -a quien Wright casó y cuyos hijos el pastor bautizó-, pero el senador la superó con destreza. El 18 de marzo se paró en el Constitution Center de Philadelphia (Pennsylvania) y abordó el tema racial en un discurso , titulado "A more perfect union" ("Una unión más perfecta"), que algunos analistas saludaron como un hito -o un hito si se llega a convertir en presidente, de la manera en que el discurso de John Kennedy sobre el catolicismo se convirtió en un hito en su propia carrera- y otros acusaron como insuficiente. Como sea, Obama dijo que no compartía los dichos de su pastor, pero que no podía condenarlo, tal como no podía condenar a los afroamericanos que se sentían y pensaban como Wright y tal como no podía condenar a su propia abuela materna, "una señora blanca que una vez me confesó que sentía miedo de los negros que pasaban cerca de elle en la calle y que a menudo expresaba epítetos raciales que me hacían tiritar". En resumen, planteó que el racismo -y los resentimientos de uno y otro lado- era un punto pendiente en la vida de Estados Unidos que su país tenía dificultades en enfrentar pero que había que hacerlo de una buena vez. Y, quizás más importante, encerró el resentimiento racial en un tema generacional: no culpemos a Wright ni a mi abuela por lo que vivieron; pero nosotros (yo, Obama) somos otra generación. Y yo (Obama) como nadie (porque soy negro y blanco) puedo sintetizar esa unión más perfecta que el país necesita. Brillante. 

Ha sido quizás el hito más importante en estas semanas sin primarias en la carrera presidencial. Primero, porque puso sobre la mesa un tema que puede ser muy complicado para la campaña de Obama en las elecciones generales: la resistencia del votante blanco asustado con los negros "extremistas". Y segundo, porque Obama salvó por el momento una crisis que podría haberlo hundido y, según muchos analistas, salió fortalecido.

Hillary Clinton pudo haber aprovechado mejor el momento difícil de la campaña de Obama, pero se topó con dos grandes contratiempos

Primero, el ex precandidato Demócrata y gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, apareció declarando su apoyo a Barack Obama. Richardson no sólo es latino, sino que principalmente es un prominente superdelegado. Y en una carrera que Hillary Clinton tiene perdida en cantidad de votaciones, cantidad de delegados y probablemente en voto popular, los superdelegados son su última esperanza. Su problema es que los superdelegados parecen estar mirando con más simpatías al senador Obama, y el apoyo de Richardson fue visto como el certificado de que los Clinton ya no eran imprescindibles ni para los más partisanos de los Demócratas (algo que antes de estas primarias era prácticamente un dogma). 

Segundo, la pillaron en una burda mentira. En enero y luego en marzo, Hillary Clinton contó una emocionante anécdota: en 1996 fue en su calidad de Primera Dama a Bosnia, y según su relato, el avión aterrizó en un momento de tanto peligro que debieron suspender la ceremonia de bienvenida y tuvieron que "correr con la cabeza escondida" porque estaban bajo el fuego de francotiradores. Una muestra más de su experiencia internacional y su paso por zonas de conflicto. Desde un principio hubo recuentos que disputaban su versión -la supuesta peligrosidad de la situación-, pero ella los desestimó. Hasta que CBS encontró el video del aterrizaje aquel... con ceremonia de bienvenida incluida, con Hillary muy sonriente saludando a una niña chica que le cantó, y muy acompañada de su hija Chelsea. Ups. Enfrentada a un desmentido tan irrevocable, Hillary se excusó diciendo que se había expresado mal, que en realidad se acordaba de que al aterrizar le comentaron en el avión que debían tener mucho cuidado porque estaban en una zona de guerra (aunque era marzo de 1996, cuando la guerra ya se había terminado). No le sirvió mucho. Hillary Clinton quedó como mentirosa. El ex Watergate y biógrafo de Hillary Carl Bernstein ya habla de "la debacle de Bosnia". 

Bonus Track: el popular senador de Pennsylvania Bob Casey, quien en 2006 ganó su puesto con un 59 por ciento de los votos, apoyó públicamente a Barack Obama. Casey es un católico irlandés, y es un líder prominente para el público esquivo de Obama: trabajadores blancos

De manera que ahora la canción se llama "Cuándo se baja Hillary". Ella sigue repitiendo que seguirá hasta la convención en Denver, el 25 de agosto. El senador y ex precandidato Demócrata Chris Dodd dice que la carrera se tiene que terminar ahora. El senador Patrick Leahy llamó a Clinton a bajarse definitivamente porque estaba afectando las posibilidades de Obama en las elecciones generales mucho más que cualquier cosa que John McCain hubiera dicho. Barack Obama dice que "Hillary puede seguir todo lo que quiera en carrera". Y Jonathan Alter, en Newsweek, escribió que Hillary ya tiene un premio de consuelo: ser gobernadora de Nueva York. 

(La foto es de Damon Winter de The New York Times. Please don't sue me, Damon).

lunes, 25 de febrero de 2008

¿Se terminó la carrera?


Si uno lee la
prensa política en esta última semana, es fácil llegar a la conclusión de que la históricamente disputada carrera por la nominación Demócrata ya terminó, y que el candidato elegido para enfrentar a John McCain en noviembre es el senador Barack Obama. Tal cual. 

Por cierto, matemáticamente -ese adjetivo que se suele igualar con "cierto, pero intrascendente"- Hillary Clinton tiene posibilidades de tomarse revancha y ganar la nominación; y matemáticamente es muy probable, casi seguro, que las primarias se terminen sin que ninguno de los dos candidatos haya alcanzado la "cifra mágica" de 2.025 delegados. Pero vamos, asumámoslo, nos gritan los entendidos, los "insiders", los columnistas y analistas: no hay manera de que Obama no sea el candidato. 

¿Cuál es el cálculo detrás de tan categórica conclusión? 

Hillary Clinton necesita ganar Ohio y Texas el próximo martes 4 de marzo (cuando también voten Vermont y Rhode Island). Eso para empezar. Bill Clinton lo dijo clarísimo: no hay posibilidades de seguir si no gana esos dos estados. Las cosas podrían no lucir tan mal para su campaña: en Ohio gana en las encuestas -aunque por un margen que se estrecha y que ya va en siete puntos- y en Texas... bueno, en Texas ya están empatados. El problema, su problema, es que no sólo tiene que ganar: tiene que barrer. Y eso no se ve tan probable. Paso a copiarle a Al Kamen, del Washington Post, quien el viernes pasado escribió que la carrera estaba terminada y explicó por qué: Para recuperar el liderazgo en el conteo de delegados elegidos (dígase "normales", dígase "no-súper"), Hillary Clinton necesita ganar el 58 por ciento de todos los que quedan por elegirse. Ahora, si Obama gana en los estados donde es favorito, Vermont, Mississippi, North Carolina y Oregon, Clinton necesitaría un 65 por ciento de los votos en los estados clave -repitan conmigo-: Ohio, Texas y Pennsylvania. 

Como apunta Kamen, la razón de fijarse tanto en los delegados normales y no en los superdelegados es porque parece claro que el partido -y sus super-duper-lo-que-sea- van a adoptar la vieja costumbre de hacerle caso a la mayoría (lo contrario provocaría una crisis de legitimidad con los votantes y dentro del partido). Si se trata del voto popular, Obama lleva una ventaja de cerca de un millón de votos. Si la campaña de Clinton lograra hacer valer las elecciones "de mentira" en los estados castigados de Michigan y Florida -donde Obama no estaba en el voto-, el senador aún tendría 300 mil votos de ventaja, en caso de que a alguien en el partido le importe.   

Al Kamen está tan seguro que ya llamó a los lectores a sugerir un candidato a vicepresidente que acompañe a Obama en el voto Demócrata. El mail, por si quieren ayudarle, es obamaveep@washpost.com. 

Con tal soga en el cuello, Hillary Clinton se juega por lo menos su supervivencia el próximo martes.  Y no sólo el empate estadístico en las encuestas en Texas parece preocupante para su campaña: el sistema de votación en ese estado es una mezcla de Primarias con Caucus (Tan mezclado como la comida tex-mex, bromeó Bill Scheider en CNN). La campaña de Obama ha demostrado una eficiencia arrolladora en motivar y movilizar gente, y por lo tanto los caucus son su fuerte. 

Dos piezas en la prensa del fin de semana que pintan más negras las nubes sobre Hillary Clinton. "Campaña de Clinton dividida en cuanto a la estrategia", escriben John F. Harris y Mike Allen en The Politico. La división estaría dada entre la opinión del muy, muy cuestionado jefe de la campaña Clinton, Mark Penn, y la del resto del mundo en el avión Hillary. Penn aboga por una estrategia frontal y agresiva contra Obama, enfatizando que el pobre hombre no está listo para ser comandante en jefe en un tiempo de desafíos urgentes a la seguridad nacional (Me permito recordándoles que seguimos hablando del partido Demócrata, aunque no lo crean). El resto del mundo opina que Hillary no debe ir al ataque, porque eso hasta el momento no ha resultado y porque en caso de que Obama gane la nominación le estarían dando argumentos en bandeja a John McCain para la campaña presidencial y pondrían en riesgo -oh, horror- la oportunidad de recuperar la Casa Blanca. Además, la estatura de Hillary Clinton se vería severamente dañada en el Senado, que sería el lugar donde la señora tendría que volver a trabajar. 

La otra pieza dominical, gentileza del New York Times, donde Patrick Healy escribe que en la campaña de Hillary la moral está abajo, y que algunos trabajólicos ya no lo son tanto. Ahora se permiten apagar la BlackBerry, irse a casa temprano y descorchar un vino. Tal cual. En la campaña además, según la nota de Healy, se comenta un cambio de actitud de la candidata: antes, cuando era "la inevitable", decía "cuando sea presidenta". Ahora no. Ahora les habla a sus colaboradores sobre la importancia de concentrarse en el trabajo del día a día (a lo mejor por eso después se van a tomar vino: el día se acabó). Algunos se han peleado a gritos entre sí, y los contribuyentes que actuaban como recaudadores de fondos ahora le piden a la prensa que sólo se refieran a ellos como "donantes". 

El lunes, Hillary enfrentó a la prensa con cara de "no me duele, estoy feliz de la vida" y desestimó las historias sobre la baja moral en su equipo. 

El gran Frank Rich dedicó su columna dominical del NYTimes al desastre en la campaña de Hillary Clinton, con especial mención a Mark Penn, el estratega que -según apunta Rich- aunque ha cobrado millones de dólares por sus servicios a la campaña no ha dejado de lado su trabajo normal, como ejecutivo de relaciones públicas de la firma Burson-Marsteller. Rich describe en detalle cada uno de los "malos cálculos" de la campaña, el desorden y la ineficiencia con que han salido a terreno, versus la disciplinada campaña de Barack Obama. "Esta es la candidata que repite que es tan competente que estará lista para gobernar desde el día uno", escribe Rich. 

Por el enérgico tono en sus alocuciones de ayer lunes, uno puede deducir que la doctrina Penn ganó: Hillary está yendo a la ofensiva, repitiendo frases como "comandante en jefe", "seguridad nacional" y, por supuesto, "lista desde el día uno". 

Es Hillary Clinton entrando a la semana que definirá su continuidad en la carrera por la nominación que en diciembre pasado daba por segura. El próximo martes, su éxito será seguir (políticamente) viva.