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miércoles, 30 de enero de 2008

John Edwards, fuera de carrera



Extra extra, paren las prensas. Esta mañana, cuando todos se preparaban para escribir un obituario de carrera presidencial -el de Rudy Giuliani, que en unas horas más debería aparecer en un acto público declarando el fin de su postulación y el apoyo a John McCain- se supo que serían DOS los obituarios de hoy. El Demócrata John Edwards ha decidido abandonar la carrera. 
En un mes de primarias y caucuses, Edwards nunca logró posicionarse como un candidato con posibilidades reales, y en South Carolina -estado en el que nació y que ganó en 2004- sus resultados fueron desalentadores. Sus finanzas de campaña, además, necesitaban una inyección que, con esos resultados, nunca llegó. A pesar de que el sábado, tras el proceso de South Carolina, habló sonriente y seguro de seguir en carrera rumbo al SuperMartes, hoy se informa que esta tarde, a las 1pm ET en New Orleans, anunciará el fin de su intento por ser el nominado Demócrata. 
Según la nota de la agencia AP, Edwards no apoyará de inmediato a uno de los dos candidatos que siguen en carrera. ¡Cómo debe estar sonando ese teléfono!

domingo, 27 de enero de 2008

El factor Kennedy


El triunfo de Barack Obama en South Carolina fue arrasador: logró más votos que Hillary Clinton y John Edwards juntos.  Y, más importante aún, tuvo un 25% del voto blanco (y un 50% del voto de blancos menores de 30 años), lo que es crucial para enfatizar su capacidad de trascender el tema de la raza, en el que la campaña de los Clinton parecía interesada en insistir (Bill Clinton anoche recordó que Jesse Jackson ganó esas primarias en 1988, a todas luces una comparación distorsionada: Jackson, el candidato negro de esa carrera, nunca tuvo posibilidades, tuvo una casi nula votación blanca y, además, ganó en South Carolina -donde se realizaron caucus, no primarias- cuando la carrera ya estaba definida).
Muy distinto a lo que sucedió anoche. El marcador oficial: Obama 55%, Hillary Clinton 27%, John Edwards 18%
Edwards insistió en que seguiría en carrera. 
Obama habló anoche como un ganador. "Tenemos más votos, más delegados y la coalición más diversa que los estadiunidense hayan visto en mucho tiempo". La multitud girtaba: "la raza no importa". En su discurso, Obama enfatizó en lo difícil que serían las próximas semanas, aunque lo dijo en tono casi épico: "No se equivoquen con lo que estamos enfrentando", dijo, y sonó casi enojado, más aguerrido que esperanzador. 
Parte de esa alerta, de esa advertencia de que la pelea será dura, parte de un dato de la realidad: Barack Obama podrá estar ganando en delegados hasta ahora, pero su pronóstico no es bueno. Está muy por detrás de Hillary Clinton en las encuestas de los estados más importantes que votan el SuperMartes. Tiene mucho que remontar si quiere ganar la nominación, y hoy, aun con todo el entusiasmo de su campaña, tiene muy pocas posibilidades de ganar finalmente la nominación Demócrata. Estos días, desde anoche hasta la mañana del martes 5 de febrero, es una carrera contra el tiempo y contra la historia, y va a necesitar correr dando saltos si quiere superar a Hillary Clinton
Las zancadas iniciales han llegado hoy de la mano de la "familia real" del mundo Demócrata: los Kennedy. En una columna editorial del New York Times, Caroline Kennedy, la hija de JFK, apoya enfáticamente a Obama desde su elocuente título: "Un presidente como mi padre".  Y empieza así: 
"A lo largo de los años, me ha conmovido profundamente la gente que me ha dicho que desearía sentirse inspirada y esperanzada sobre Estados Unidos de la manera en que se sintieron cuando mi padre fue presidente. Este sentimiento es incluso más profundo hoy. Por eso es que estoy apoyando a un candidato presidencial en las primarias Demócratas, Barack Obama". Más adelante, Caroline Kennedy alaba la trayectoria de servicio social de Obama, y asegura que mientras en términos de planes y políticas los precandidatos Demócratas son similares,  los tiempos actuales requieren a un líder capaz de cambiar el curso de la historia política de Estados Unidos "como mi padre lo hizo en los 60". Habla de las muchas personas que le han dicho que sólo entraron al servicio público porque su padre se los pidió, y que Obama tiene esa capacidad. Termina hablando de su propia experiencia: "Nunca he tenido un presidente que me haya inspirado de la manera en que las personas me dicen que mi padre las inspiró. Pero por primera vez creo que he encontrado al hombre que puede ser ese presidente - no sólo para mí, sino para una nueva generación de estadounidenses". 
Es lo que se llama un apoyo. Pero fue sólo el primero. Hoy mismo se conoció la noticia de que el senador Ted Kennedy, hermano menor de JFK y prominente líder del partido, anunciará públicamente su apoyo a Barack Obama. Ese puede ser un apoyo más útil que el de Caroline, y a la vez el complemento perfecto. No sólo tiene la carga emotiva y la bendición directa del apellido Kennedy; también tiene todos los votos que el senador por Massachusetts puede acarrear. 
Nota aparte: las comparaciones con John F. Kennedy pueden no ser tan buenas, si consideramos cómo terminó. Un posteo en el brillante Wonkette.com hace notar que anoche los agentes del servicio secreto que cuidan al candidato (que entiendo que son más que los que cuidan a los otros, aunque no he podido confirmar eso) se veían particularmente serios y alerta. El temor de un atentado contra Obama ha sido tema de conversación de cuando en cuando en la campaña. 

sábado, 26 de enero de 2008

¿Una primaria negra?

Ha sido lo que se ha dicho insistentemente sobre las primarias de South Carolina, que Barack Obama acaba de ganar. Es comprensible, dado que en este estado los votantes afroamericanos representan el 50% del electorado -mientras nacionalmente representan cerca del 12%. Con el tema de la raza emergiendo -cortesía de la campaña de Hillary Clinton, como coinciden los analistas-, ese era un factor a seguir de cerca en esta primaria. 
¿Qué ganaba la campaña de Clinton con "racializar" estas primarias? Encapsular el triunfo de Obama: "le va bien con los afroamericanos, pero nacionalmente eso es insignificante". Y detenerlo ahí, antes del SuperMartes. Era importante porque Obama no había tocado el tema de la raza, al menos evidentemente, hasta que se vio enfrascado en esta discusión con los Clinton sobre el legado de Martin Luther King y de pronto estaba hablando de raza, bailando al ritmo del discurso de su competencia. Una de las fortalezas del discurso de Obama siempre ha sido la unidad, la capacidad de convocar gente de todas razas, posiciones políticas y ambos géneros para un objetivo común. Obligarlo a ser simplemente "el candidato negro" era una estrategia brillante. 
Por eso la composición del voto en South Carolina era tan importante. Y lo que dicen esos números (según las encuestas a la salida de urna) favorece a Obama: un 25% de los blancos votaron por él. Como dice el Trailhead de Slate, eso es mucho mejor que lo que las encuestas proyectaban. Eso permite, escriben en Slate, que esta pueda ser descrita como una victoria arrasadora; no una victoria arrasadora entre la comunidad negra. 
Es de suponer que el discurso de Obama enfatizará eso y subrayará el tema de la unidad: ahora tiene que enfrentar un SuperMartes bastante más diverso y desafiante. 
 
(PD: El acierto fotográfico es del New York Times)

Obama gana en South Carolina



Era lo que se esperaba: Barack Obama ha ganado las primarias en South Carolina. Y se espera que la victoria sea categórica. 
Dos cosas a tener en cuenta: qué tan amplia ha sido la victoria de Obama y en qué lugar llega Hillary Clinton. Como hemos dicho, la senadora contaba con perder hoy, pero llegar tercera, por mucho que John Edwards sea nativo de este estado, es una derrota difícil de encajar en su narrativa de campaña. Si la senadora pierde por mucho, el rol agresivo de Bill Clinton será uno de los temas de crítica y análisis
Si Obama ha ganado por un margen amplio (cercano al 20 puntos de ventaja), podrá seguir con su plan: contar el triunfo en South Carolina como el inicio de algo grande, una gran marcha destinada a cambiar el país. O algo así. 
Junto con la campaña, Obama ha debido salir a desmentir una campaña negativa en forma de rumores, emails, llamadas automáticas, boca a boca e internet, que insiste con que él es musulmán (él ha aclarado que es cristiano y que ha asistido a la misma iglesia por 20 años). El rumor va desde la historia de que creció y fue educado como musulmán y luego se convirtió -lo que igual es preocupante para muchos norteamericanos (y que muchos creen, de acuerdo a esta nota del Boston Globe)- a que derechamente es un radical disfrazado, un candidato manchuriano decidido a destruir a Estados Unidos desde dentro. Es la clase de campañas negativas que podrían destruirlo con los votantes más temerosos o paranoicos. 
Noticia en desarrollo. Más tarde, los resultados, discursos y todo eso. 

Hoy: Los Demócratas en South Carolina


Mientras los
Demócratas votan en sus primarias en South Carolina, un pequeño resumen del estado de las cosas. O de lo que debería pasar hoy. 
-Obama va a ganar. Las encuestas lo dicen (ya lo sé, después de New Hampshire, quién cree en las encuestas, pero siguen siendo un indicador) y la fortaleza del voto negro, que es cerca de la mitad del electorado (y que en Nevada lo favoreció en un 82%) deberían llevarlo a una victoria.  En promedio, según el resumen de Real Clear Politics, tiene una ventaja de 11,6 puntos porcentuales sobre Hillary Clinton. Ahora, si Obama pierde, asistiremos esta noche a la adelantada consagración de Hillary Clinton como la candidata presidencial del Partido Demócrata. No sólo eso: como bien lo resume en el mismo título de su artículo Amy Chozick en el Wall Street Journal, "para ganar de verdad, Obama necesita un margen amplio". Cualquier otra cosa es derrota para el senador. Por lo mismo: 
-Para Hillary Clinton, cualquier punto es bueno. Hillary cuenta con perder hoy, de manera que si lo hace por poco, saldrá sintiéndose -y siendo percibida- como ganadora. Como lo explicamos en un posteo anterior, la senadora ha estado menos preocupada de South Carolina que de los estados más suculentos que votan el SuperMartes, y ha dejado en la trinchera del sur a su marido, un tal Bill Clinton. Toda la empresa familiar trabajando. 
-John Edwards enfrenta su hora clave. Este es el estado donde se supone más fuerte a John Edwards. Pero esta carrera es entre dos, y él no está invitado. Nevada le "pateó el trasero", como él mismo dijo. En términos más elegantes: sólo sacó un 4% en ese estado. Para seguir en carrera necesita un muy buen resultado hoy. Las encuestas para hoy lo sitúan en tercer lugar, con cerca de 20 %. En tanto, como hace notar el notable Vasco en Tennessee, Antxon Garrogerrikabeitia en su blog (un colega de este blog, podríamos decir), hay rumores de que la campaña de Obama le habría ofrecido a Edwards el puesto del Fiscal General en una eventual administración suya.  El problema, claro, es que el rumor es de Robert Novak, columnista conservador que, entre otras cosas, se prestó para el juego de sacar del anonimato a la espía de la CIA Valerie Plame, una de las "joyas" de destrucción de imagen de la administración Bush. 
Hablando de rumores, la campaña de Obama ha debido invertir bastante tiempo y recursos en contrarrestar muchas  piezas de guerra sucia. Más de eso más tarde. 

miércoles, 23 de enero de 2008

Los Clinton y Obama: dos contra uno


Con la
temperatura entre las campañas de Hillary Clinton y Barack Obama cada vez más alta, ha sido el ex presidente Bill Clinton quien ha resultado ser el arma más poderosa en esta parte de la campaña. Por algo en el debate del martes en South Carolina Obama se lamentó diciendo "a veces no sé contra cuál Clinton estoy corriendo". Bueno, la respuesta es los dos. Todos los anteriores. Bill y Hillary. Los Clinton. 
Uno de los últimos intercambios se produjo a raíz de una declaración de Barack Obama el lunes, cuando dijo que durante las últimas décadas el Republicano fue el partido de las ideas y que Ronald Reagan cambió el curso del país de una manera que ni Richard Nixon ni Bill Clinton lo hicieron. De inmediato reaccionó el team Clinton: Hillary para hacer notar que eso no solamente era falso, sino también ofensivo para buena parte de la población, porque Reagan había abandonado a las minorías (dígase afroamericanos y latinos, los primeros muy relevantes en la votación de South Carolina este sábado; los segundos muy relevantes en estados clave del supermartes). Bill Clinton, por su parte, reaccionó ofendido por el "ninguneo" de su gobierno. 
Obama se quejó de que sus palabras habían sido intencionalmente malinterpretadas, que lo que él estaba hablando era sobre la necesidad de que los Demócratas recuperaran su protagonismo en las ideas y en los cambios profundos de Estados Unidos. Pero la política es la política, y en una carrera tan estrecha y tan ruda como esta una declaración como esa resultó un error que le puede costar caro. 
Ahora la campaña de Hillary Clinton ha emprendido una estrategia que parece brillante, como lo hace notar Jay Newton-Small en esta pieza de Time: viendo que en las encuestas Obama aparece como seguro vencedor en South Carolina este sábado, la senadora ha dejado de hacer campaña en ese estado y ha comenzado a trabajar en estados muy importantes del SuperMartes del 5 de febrero, como Arizona y California. Pero que ella no esté en South Carolina no significa que Obama no tenga competencia: ahí está Bill Clinton, con una agenda pródiga en apariciones públicas y en declaraciones contra Obama. Eso evita que el senador afroamericano pueda diversificar más libremente sus esfuerzos para preocuparse del SuperMartes. Bill Clinton ganó en ese estado cuando compitió en 1992 y goza de gran popularidad entre la población negra, que compone cerca de la mitad del electorado. 
Esto, de paso, ha gatillado otra pregunta: ¿corresponde que un ex presidente de la nación esté metido en una campaña? ¿corresponde que además juege al "policía malo" en las actividades proselitistas? Varios líderes demócratas han expresado sus reparos ante la idea. Pero hasta el momento a la campaña de Hillary -¿o deberíamos decir "de los Clinton"?- le ha resultado efectiva. Y no hay argumento más poderoso que el de los resultados. 
Por otro lado, si Obama gana el sábado, Hillary Clinton podrá decir que en realidad no compitió ahí y restarle relevancia y dramatismo al hecho. Ahora, si Obama gana por poco o si llega a perder, el sueño afroamericano se despertaría de un costalazo. 
Obama pretende que su triunfo en South Carolina sea el inicio de una "gran marcha" -¿alguien dijo Martin Luther King?- que demuestre su potencia el 5 de febrero. Pero para eso su victoria tiene que ser no sólo categórica; además debe ser un triunfo por goleada. Y es difícil si Hillary se declara "walkover" (años de baby fútbol escolar, no me culpen). 

martes, 22 de enero de 2008

Fred Thompson: el salvador que no fue


Fred Thompson, el ex senador y actor de producciones como "Duro de matar 2" y "La ley y el orden", ha dejado de existir hoy en la lista de candidatos Republicanos para la nominación presidencial. 
Su deserción se produjo después de una no tan larga y bastante penosa candidatura que nunca despegó. Su derrota en las primarias de South Carolina el sábado pasado fue el golpe de gracia. Ese día Thompson dio un discurso de agradecimiento con quienes habían trabajado junto a él, pero en lugar de retirarse de inmediato comentó que estaba "considerando sus opciones". Se demoró tres días en darse cuenta de que sus opciones habían dejado de existir. Fue una agonía corta (tiempo en el cual alcanzó a ir a saludar a su madre enferma), pero sus cercanos estaban preparado para este desenlace. 
Famoso por su interpretación de fiscal Arthur Branch en la serie de televisión "La ley y el orden", Fred Thompson se hizo un nombre en la actuación interpretando roles tan variados como director de la CIA, político, jefe de policía, senador, abogado viejo y fiscal. La Academia siempre ignoró su talento. 
Fue sin embargo como político-de-verdad que Fred Thompson alcanzó sus mayores éxitos. Destacado abogado, lobbista y luego senador por Tennessee (1994-2003) y luego lobbista otra vez, Thompson comenzó a ser considerado a mediados del año pasado como la carta salvadora para un grupo de republicanos que parecían insatisfechos con la oferta que tenían en frente: un Giuliani que parecía tener las mejores opciones pero demasiado liberal en muchas cosas, un McCain a medio morir, un mormón millonario y un evangélico simpático. Thompson, por el contrario, parecía hecho para el trabajo: conservador, serio, ex actor como el cuasi beatificado Ronald Reagan y tan carismático como un tronco. Un Republicano genérico, cuyo proyecto político era irrelevante en tanto fuera suficientemente Republicano. 
Después de meses de especulación y de declaraciones del tipo "estoy probando las aguas", Fred Thompson acudió al más solemne de los foros políticos de la nación para anunciar formalmente su candidatura: The Tonight Show, con su anfitrión, Jay Leno. "Estoy en carrera para ser presidente", dijo solemntemente, seis meses después de que sus camaradas del GOP habían iniciado sus propios recorridos. 
Sin embargo toda la expectativa quedó en nada: el candidato Thompson no logró convocar ni a los contribuyentes ni a los simpatizantes suficientes, y su tradicionalmente histriónico semblante parecía tan empático como el de un cadáver no identificado en la morgue local. Fue sólo en el debate en South Carolina -estado que al principio de su candidatura se consideraba casi un triunfo seguro- que Thompson pareció reaccionar. El chistoso del curso, Mike Huckabee, lo dijo mejor que nadie al defenderse de los manotazos verbales del ex senador: "parece que despertó y se dio cuenta de que había una carrera", dijo.
Si Thompson despertó, fue demasiado tarde. "Espero que mi país y mi partido se hayan beneficiado de este esfuerzo", dijo al expirar. 
Sus camaradas rindieron un sentido homenaje, tratando de paso de transformarse en la opción de los electores huérfanos del hombre de Tennessee. "Defendió firmemente las ideas conservadoras y creyó firmemente en la necesidad de mantener nuestra coalición conservadora unida", dijo Mitt Romney, que espera transformarse en la elección de los conservadores en Florida, el martes 29 de enero (Romney debería ser el más beneficiado con la deserción de Thompson). Como apunta la nota del New York Times, los cristianos evangélicos son cerca del 25 por ciento del electorado de Florida, estado en el que el "otro" religioso, Mike Huckabee, ha dejado de invertir en vista de sus escasas posibilidades. 
"Un tipo muy bueno", comentó por su parte John McCain (quien debería ser el más afectado por la "bajada" del Thomson). "No espero que apoye a nadie". 
 

sábado, 19 de enero de 2008

John McCain gana en South Carolina



El senador John McCain ha matado a su bestia negra: ha ganado en South Carolina, el estado donde fue derrotado por la maquinaria electoral de Bush, la campaña sucia y las energizadas fuerzas conservadoras en 2000. 
Fue una pelea hasta último minuto contra Mike Huckabee, quien, como se esperaba, tuvo un muy buen desempeño en la parte norte del estado, condados más conservadores. Pero no fueron suficientes. 
   Hasta el momento, las cifras son: John McCain 33%, Mike Huckabee 29%. Siguen Thompson, Romney y -ojo con esto- Ron Paul sobre Rudolph Giuliani. 
Uno que en la práctica ya no tiene mucho que hacer en esta carrera (salvo "postularse" para candidato a vicepresidente, un premio de consuelo siempre posible) es el ex senador Fred Thompson, quien terminó en tercer lugar, muy ligeramente por encima de Mitt Romney.  Thompson hizo un discurso agradeciendo a quienes lo han apoyado, pero no se retiró de la carrera. Al menos no todavía, porque ya se habla de que está "considerando sus opciones". 
Las cifras que se están dando a conocer indican que Thompson reclutó al 15% de los votantes evangélicos. Es decir, sin el actor-ex senador Huckabee estaría rezando plegarias de agradecimiento en lugar de pedir fuerza. 
Mañana será día de análisis, especulaciones y proyecciones. Ahí estaremos. 

viernes, 18 de enero de 2008

Hoy: Nevada y South Carolina


Llegó un día decisivo (uno más. Y tampoco TAN decisivo, pero igual): el enfrentamiendo Demócrata en Nevada y Republicano en South Carolina (también votan en Nevada, pero no lo toman mucho en cuenta, salvo Mitt Romney). Durante la tarde-noche estaremos actualizando resultados. Los caucus en Nevada empiezan a las 11:30, hora central, 16:30, hora de Santiago de Chile, si mis cálculos están en lo correcto. 
Más importante será ver si los cálculos de las encuestas están acertados, después del bochorno estadístico en el lado Demócrata en New Hampshire. De manera que, si le creemos a las encuestas, lo que debería pasar es lo siguiente: 
Hillary Clinton debería ganar en Nevada, por un estrecho margen. Prácticamente todas las encuestas que se han dado a conocer la pone a ella como ganadora, por márgenes variables, que van (si consideramos sólo las realizadas en enero) desde unos estrechos 3 puntos a unos más cómodos 9 puntos porcentuales sobre Barack Obama. El senador sólo aparece como favorito en la encuesta de Research 2000, pero aún ahí su ventaja es una anécdota: 2 puntos sobre Clinton. En promedio, entonces, Hillary Clinton tiene una ventaja de 3,7 puntos. Sigue siendo un margen estrecho, lo que augura una pelea dura, un buen grado de incertidumbre -a esta hora- y una repartición más bien pareja de los 25 delegados en juego. 
John McCain debería ganar en South Carolina, un estado clave para la carrera Republicana, al menos en la historia. Tradicionalmente, el que gana South Carolina termina ganando la nominación (aunque, convengamos, esta está lejos de ser una carrera tradicional). Pero ahí sí que el margen es estrecho: Real Clear Politics promedia una ventaja de 1.8 puntos para el senador de Arizona por sobre el sorprendente Mike Huckabee. Si gana el senador, puede al fin comenzar a consolidarse como líder en la carrera nacional. Si gana el pastor, empezará a ser un candidato real. El que está muy atento a la disputa es Giuliani, que necesita anular a McCain y que todos lleguen lo más desarmados posibles a Florida, donde los está esperando. El tercer lugar se lo pelearían entre Mitt Romney y Fred Thompson. Para este último la campaña luce como una gira de despedida, a menos que hoy nos sorprenda a todos: el ex senador-actor necesita ganar para seguir vivo. Si es así, las encuestas ya le pusieron una etiqueta en el dedo gordo del pie y lo están mandando al cajón refrigerado. 
Mitt Romney debería ganar en Nevada. Es una estación que los Republicanos no toman mucho en cuenta, pero sus delegados igual valen, y como lo contamos en un posteo anterior, Romney decidió ir por ellos en lugar de esperar sentado a perder en South Carolina. Su promedio de ventaja es de 5 puntos porcentuales sobre John McCain
Estaremos atentos a ver cómo se dan las cosas en el paraíso de los matrimonios desechables y los apostadores. Muy buena gente, en todo caso.


jueves, 17 de enero de 2008

La pequeña elección de Romney




Este sábado los Demócratas estarán preocupados de sus caucus en Nevada. Pero los Republicanos tendrán que repartir su atención: también celebran caucus en ese mismo estado, pero además tienen primarias en South Carolina (donde los Demócratas votan el 26).

La atención Republicana está prácticamente monopolizada por este último estado. Es comprensible, dado que desde 1980 se ha cumplido la regla: quien gana South Carolina gana la nominación. Pero esta es una carrera distinta a las demás, o al menos en eso confía Mitt Romney, quien no sólo dejó de hacer campaña -y de gastar plata- en ese estado, concentrándose en cambio en Nevada, sino que además salió a declarar que lo más probable era que South Carolina la gane John McCain y que él está pensando en la "carrera larga". Nada de tonto, el ex gobernador: le suma presión a McCain y hace un buen cálculo matemático, considerando que Nevada suma más delegados (34) que South Carolina (24). De paso, si llega a tener un buen resultado en South Carolina, aunque no gane, puede presentarse como todo un ganador.
Y en las primarias, tal como en el mundo de las bebidas de fantasía
, la imagen es todo.

martes, 15 de enero de 2008

Michigan: Romney sigue vivo...


La carrera Republicana sigue abierta. Los enormes esfuerzos de Mitt Romney en Michigan le dieron resultados y ganó las primarias de ese estado. A esta hora hay 56% de los votos escrutados y Romney supera por nueve puntos a John McCain: 39% versus 30%. 
Ya habíamos explicado lo crucial que era para Romney anotarse este triunfo. Uno que puede respirar tranquilo es Giuliani: McCain dejó de crecer, por ahora (aunque en las anteriores primarias, en 2000, ganó en Michigan dejando a Bush en el piso; y ya sabemos lo que pasó después). Algunos ya lo dan por casi muerto, claramente exagerando. "McCain está siendo acosado por el fantasma del pasado de John McCain: no puede ganar entre los Republicanos", dijo recién Ari Fleischer en CNN. La frase es buena, a pesar de la escasa credibilidad de quien la pronunció: el ex portavoz de la Casa Blanca (a cargo de los comunicados en la época de la invasión a Irak). 
"Nos fue bastante bien", dijo McCain a su gente. "Y creo que les demostramos que no nos importa pelear". Los analistas más serios de CNN coinciden en que el hombre vendió el mensaje equivocado, apelando más a la base de centro que a la Republicana clásica. Un ejemplo: habló de calentamiento global en un estado definido por el orgullo de fabricar automóviles. 
  Mitt Romney salió a celebrar con su gente. No mostraron un plano general, pero curiosamente no se escuchaba precisamente a una multitud (quizás eligieron un lugar demasiado chico). 
"Esta noche marca el inicio de un regreso: un regreso para América (sic)", partió diciendo Romney, en un mensaje que no dio para discurso. Debe haber sido la peor pieza oratoria de ganador de caucus o primaria desde que partió el proceso. Parecía más bien una mezcolanza de conceptos prestados ("regreso", "cambio", "podemos lograrlo") pero convertido en una arenga de estadio de béisbol. "Hace una semana esto parecía imposible, pero ustedes salieron y dijeron lo que Estados Unidos (dijo "América", pero ya saben...) necesitaba escuchar", continuó luego. "Celebramos esta noche en Michigan; pero adivinen qué pasa en Washington: se están preocupando", agregó, reforzando la idea de que él es un individuo ajeno a los mecanismos de poder político, que es un outsider que viene a parar los carros a los poderosos". 
Al final habló de quiénes lo inspiraban: "Me inspiro en Ronald Reagan y George Herbert Walker Bush", dijo.  Luego en CNN Ari Fleischer dijo "debe haber sido un error que no nombrara a George W. Bush, porque si tienes a un presidente en ejercicio popular en la base Republicana, por qué no nombrarlo". Si de verdad piensa que Bush junior es tan popular en la base y que Romney lo omitió por error, no puedo explicarme por qué lo están elevando a la categoría de "analista". 
Un par de conclusiones interesantes: la preocupación principal de los votantes de Michigan era la economía (el centro del discurso de Romney). Y Romney le ganó a Mike Huckabee en el voto de quienes se declararon evangélicos. "No es un voto monolítico", dijo Huckabee a Larry King, y dijo no sentirse decepcionado.  "Vamos a ganar South Carolina el sábado", prometió (ese estado celebra primarias Republicanas este sábado 19, a diferencia de los Demócratas, que lo harán el 26)
Otra cosa digna de apuntar: en cuarto lugar (tras Romney, McCain y Huckabee) terminó Ron Paul. Detrás, Fred Thompson y Rudy Giuliani, en ese orden. "Estamos contentos", dijo Steve Forbes, co-director nacional de la campaña de Giuliani, a Larry King. "No perdimos, porque no competimos. El resultado demuestra lo sabio que fue Giuliani en no competir ahí", dijo, predeciblemente. Luego habló de la importancia de Florida (eso ya lo sabíamos) y basureó un rato a John McCain, que al no ganar le dio a su causa la mejor noticia del día.  
De vuelta al cuarto lugar: algo está pasando con Ron Paul, un candidato con pocos votos pero con muy movilizados adherentes, y con una billetera muy bien nutrida. 
Para los Republicanos la próxima parada es South Carolina, este sábado. Al mismo tiempo estarán compitiendo en los caucus de Nevada. Como están las cosas, el domingo no sabremos mucho más sobre el nominado del "Grand Old Party" para las elecciones generales de noviembre. 
En otra parte del mundo -o en otra parte de ver el mundo- los Demócratas debatieron en Nevada, en preparación de los caucus del próximo sábado 19 de enero. Pero esa es otra historia. Al menos de otro posteo. 

domingo, 13 de enero de 2008

Hillary y Obama: género y color


Dos grandes minorías pueden ser la clave en las próximas paradas de las primarias Demócratas. En Nevada, el voto latino es muy importante. En South Carolina, el voto negro es determinante. 
Quizás por eso, y porque la batalla entre Hillary Clinton y Barack Obama está tan peleada, ambos han buscado, por acción y reacción, no sólo cortejar a sus audiencias, sino además darle a sus propias candidaturas el peso de la historia. Hillary puede la primera mujer presidenta en la historia de Estados Unidos. Obama puede ser el primer presidente negro. ¿Cómo quieren ustedes hacer historia?
El género y la raza, temas que en una carrera presidencial nor mal (normal en el sentido de "como siempre había sido") no habrían tenido especial relevancia, son ahora tópicos centrales en el discurso -y en la pelea- de los dos candidatos entre quienes se definirá la nominación. Así lo reporta para el New York Times Adam Nagourney, quien agrega que el domingo ambos candidatos hablaron desde púlpitos de iglesias negras: Obama en Las Vegas y Clinton en South Carolina. Qué tal. 
  El punto que hizo estallar la guerra de declaraciones sobre el tema racial fue un comentario de Hillary Clinton tras las primarias de New Hampshire, cuando le preguntaron sobre el paralelo que se suele hacer de Obama con Martin Luther King. Ella -en lo que a todas luces, no importa lo que diga ahora, fue un error- comentó sobre la importancia del presidente Lyndon Johnson en las conquistas de la causa de los derechos civiles. "Él fue quien hizo los cambios", dijo, aludiendo a que de nada sirve hablar de cambios si no se llevan efectivamente en Washington. Desafortunada salida, pero consecuente con la línea tradicional de Hillary en su distinción con Obama: "él habla, yo hago".
Obama, quien difícilmente había hablado de raza en toda la campaña, no dejó pasar el comentario, reivindicando la importancia del movimiento del Dr. King. La campaña del senador negro tampoco dejó pasar -y relacionar- las declaraciones de Bill Clinton el día de las primarias de New Hampshire, en el que se refería a la candidatura de Obama como "un cuento de hadas". Del lado de Obama, eso se leyó -y se presentó- como una burla más a la "esperanza", central en el discurso de Obama y, si vamos más lejos, como un recordatorio del sueño imposible, bonito, pero irreal, de que los negros lleguen a la Casa Blanca. 
Los Clinton reaccionaron inmediatamente. Hillary precisó sus declaraciones en el clásico de los domingos por la mañana, Meet the Press, de NBC, y acusó a la campaña de Obama de introducir el conflicto racial a la campaña distorsionando sus dichos. Bill Clinton dio varias entrevistas "precisando" que lo del "cuento de hadas" se refería solamente a la posición de Obama sobre la guerra de Irak, y que en ningún caso le estaba restando méritos o posibilidades a su opción presidencial. "Su campaña no es ningún cuento de hadas; él podría ganar", dijo, en unas declaraciones que en otro contexto parecerían insólitas. 
Obama calificó de ridículas las acusaciones de Hillary Clinton. Y su campaña ha recordado a los potenciales votantes sobre los otros episodios en los que personeros de la campaña de la senadora han descalificado a Obama por su raza; el más notable de todos cuando el senador Bob Kerrey insinuó que si Obama consumió drogas -algo que él admitió en sus memorias, hace una década-, los Republicanos podrían preguntarse si también vendió (el prejuicio implícito: el blanco consume, el negro trafica). 
  Si bien Obama ha pasado a la delantera en los sondeos de South Carolina (donde las primarias son el 26 de enero), es un error pensar que tiene el voto negro garantizado por el color de su piel. De hecho, Obama enfrenta la potencial resistencia de quienes en esa 
comunidad lo ven como un aparecido, alguien que no ha estado "en la causa", sino que ha sido un "negro que se ha comportado como blanco", que no ha hecho el trabajo duro, que se ha en cambio integrado a la elite blanca. Por su parte, Hillary Clinton tiene a su aval el apoyo de importantes líderes de esa comunidad, y el gran apoyo que Bill Clinton (apodado alguna vez "el primer presidente negro de Estados Unidos) tuvo con los afroamericanos. 
  En otras palabras, no es un tema que se pueda ver en blanco y negro. Plop. 

Cómo llegan los Republicanos a Michigan


Los
Republicanos están viviendo las primarias más disputadas que hayan visto. No hay un claro favorito y cómo se defina esta carrera dependerá de lo que pase estado a estado. Una nota acá sobre los sistemas en las primarias. Al votar, ambos partidos eligen delegados, que en la convención nacional del partido deberán elegir al candidato. Esos delegados son mandatados con un voto determinado (por eso no hay que esperar a las convenciones para saber quiénes serán los candidatos en noviembre), pero Demócratas y Republicanos tienen diferentes maneras de repartirse a sus delegados. Mientras los Demócratas eligen proporcionalmente (el número de votos de cada candidato le da derecho a determinado número de delegados), los Republicanos tienen el sistema de "el ganador se lleva todo" ("The winner takes it all", como la canción de Abba, si me perdonan el recuerdo). O sea, si no se gana, no se gana nada (en el sistema Demócrata, en cambio, un perdedor igual suma delegados; de hecho, dado el estrecho margen de derrota, en New Hampshire Hillary Clinton y Barack Obama eligieron el mismo número de delegados). 
Eso, como nos enseña Michael Tsai, de Slate, en la siempre útil columna "The Explainer", explica que Rudy Giuliani haya corrido el riesgo de ser apenas un fantasma en estas primeras primarias -donde nunca tuvo posibilidad de salir primero- concentrándose en los estados que eligen mayor número de delegados y donde él es más fuerte, partiendo por Florida (que vota este 29 de enero). En ese sentido, las opciones de Giuliani siguen intactas. Bueno, casi, porque su pésima votación en Iowa y New Hampshire parece haber afectado su imagen de triunfador: el promedio de encuestas nacionales lo da en un distante tercer lugar de la carrera, detrás de John McCain y Mike Huckabee. Ya lo aprendimos el martes pasado: las encuestas son sólo encuestas. Aún así, el ex alcalde de Nueva York debe estar muy preocupado. Su desafío será perder por "no tanto" en Michigan este martes 15, y en South Carolina, el sábado 19. Ahora, en el muy, muy improbable caso de que no ganara Florida, adiós Rudy. 
Uno que se lo juega todo este martes en Michigan es Mitt Romney, el hombre que pretendía, a estas alturas, tener un buen número de delegados en el bolsillo y no ha ganado casi ninguno (ganó Wyoming, un estado invisible en la carrera). Tanto dinero, tanto tiempo, tanto insistir en su "experiencia ejecutiva" como gobernador de Massachusetts, no le ha reportado mayor ganancia. Romney no sólo es nativo de Michigan, sino que su padre, George Romney, fue gobernador. El problema es que eso fue hace casi 40 años. Como cuenta Jonathan Martin en The Politico, la campaña de Romney ha estado plagada imágenes del recuerdo y promesas de "no olvidarse de dónde viene". Pero el principal problema de Romney es que los votantes no se han olvidado de lo que él sí parece haberse olvidado: su "cambio de opinión" en temas tan sensibles para los Republicanos como el aborto y los impuestos (Massachusetts es un estado Demócrata y para ganar esa gobernación su discurso fue más bien liberal) parece estar pesándole en estas primarias. Tan decisivo es Michigan para Romney que está haciendo promesas como "si soy Presidente no descansaré hasta que Michigan regrese", refiriéndose al mal momento económico del estado. En las encuestas, Romney lidera por escaso margen sobre John McCain. 
Por su lado, McCain disfruta del momento. El Lázaro republicano ya estaba creciendo antes del martes, pero tras su victoria en New Hampshire su candidatura parece estar creciendo como una bola de nieve (analogía repetida, pero apropiada dado el clima en los estados donde se está votando). Ya es líder en las encuestas nacionales, y su juego es administrar el buen momento para llegar al SuperDuperMartes del 5 de febrero convertido en un tanque. Es, además, quien aparece mejor posicionado para hacer frente al nominado -o nominada- Demócrata en las elecciones generales de noviembre. Si Hillary Clinton se consolida en la vereda del frente, esas podrían ser buenas noticias para McCain: los Republicanos harían cualquier cosa para evitar el regreso de los Clinton a la Casa Blanca. Ese argumento alguna vez funcionó para Giuliani, pero ahora parece ser John McCain quien baila al ritmo de esa canción. 
Para Mike Huckabee el juego es "de atrás pica el indio". O el evangélico, si prefieren. Ya está segundo en las encuestas nacionales, y tras su triunfo en Iowa su campaña empezó a crecer porque empezó a verse como algo factible. Su problema es su poca organización y sus pocos recursos a nivel nacional. Pero si logra buenos resultados en las próximas estaciones podría mantener viva su opción en febrero. Es muy poco probable que llegue a ser finalmente el nominado, en todo caso. Algunos le ven más cara de candidato a Vice Presidente. 
Finalmente, Fred Thompson despertó. En el debate del jueves en la noche en South Carolina -organizado por Fox News- Thompson levantó la voz y buscó pelea con todos. Si antes sólo peleaba con Mitt Romney, ahora también se enganchó en polémicas con Giuliani, con McCain y con Mike Huckabee ("parece que despertó y se dio cuenta de que había una carrera", apuntó el siempre ingenioso Huckabee). Era de esperarse: para sus expectativas, los números de Thompson  -alguna vez la gran esperanza Republicana- han sido malos en las primeras estaciones de la carrera. La apuesta es la siguiente: a este ritmo, de South Carolina no pasa. 
Y ojo con otro factor de la carrera: Ron Paul, el outsider-populista de los Republicanos, ha obtenido muchísimos mejores resultados que los que se esperaban. Eso sumado a su impresionante recaudación, lo transforma en un elemento relevante. Algunos analistas especulan con una posible candidatura independiente en noviembre.