Más importante será ver si los cálculos de las encuestas están acertados, después del bochorno estadístico en el lado Demócrata en New Hampshire. De manera que, si le creemos a las encuestas, lo que debería pasar es lo siguiente:
Hillary Clinton debería ganar en Nevada, por un estrecho margen. Prácticamente todas las encuestas que se han dado a conocer la pone a ella como ganadora, por márgenes variables, que van (si consideramos sólo las realizadas en enero) desde unos estrechos 3 puntos a unos más cómodos 9 puntos porcentuales sobre Barack Obama. El senador sólo aparece como favorito en la encuesta de Research 2000, pero aún ahí su ventaja es una anécdota: 2 puntos sobre Clinton. En promedio, entonces, Hillary Clinton tiene una ventaja de 3,7 puntos. Sigue siendo un margen estrecho, lo que augura una pelea dura, un buen grado de incertidumbre -a esta hora- y una repartición más bien pareja de los 25 delegados en juego.
John McCain debería ganar en South Carolina, un estado clave para la carrera Republicana, al menos en la historia. Tradicionalmente, el que gana South Carolina termina ganando la nominación (aunque, convengamos, esta está lejos de ser una carrera tradicional). Pero ahí sí que el margen es estrecho: Real Clear Politics promedia una ventaja de 1.8 puntos para el senador de Arizona por sobre el sorprendente Mike Huckabee. Si gana el senador, puede al fin comenzar a consolidarse como líder en la carrera nacional. Si gana el pastor, empezará a ser un candidato real. El que está muy atento a la disputa es Giuliani, que necesita anular a McCain y que todos lleguen lo más desarmados posibles a Florida, donde los está esperando. El tercer lugar se lo pelearían entre Mitt Romney y Fred Thompson. Para este último la campaña luce como una gira de despedida, a menos que hoy nos sorprenda a todos: el ex senador-actor necesita ganar para seguir vivo. Si es así, las encuestas ya le pusieron una etiqueta en el dedo gordo del pie y lo están mandando al cajón refrigerado.
Mitt Romney debería ganar en Nevada. Es una estación que los Republicanos no toman mucho en cuenta, pero sus delegados igual valen, y como lo contamos en un posteo anterior, Romney decidió ir por ellos en lugar de esperar sentado a perder en South Carolina. Su promedio de ventaja es de 5 puntos porcentuales sobre John McCain.
Estaremos atentos a ver cómo se dan las cosas en el paraíso de los matrimonios desechables y los apostadores. Muy buena gente, en todo caso.
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