sábado, 19 de enero de 2008

Hillary Clinton gana en Nevada


Esta vez las encuestas tenían razón. Hillary Clinton ganó los caucus Demócratas de Nevada. Su ventaja fue estrecha, como es la tónica de esta campaña: ganó con cerca del 51% de las preferencias, versus 45% de Barack Obama. Sin duda el senador y sus partidarios tenían esperanzas de arremeter a última hora, pero dentro de todo era un resultado predecible. Por otro lado ya está consagrado que es una carrera de dos cabezas. John Edwards ya puede empezar a despedirse: en Nevada sacó menos del 4% de los votos, lo que Ben Smith en The Politico llama una "derrota devastadora".
"Supongo que así fue como se ganó el Oeste", le dijo la senadora Clinton a sus partidarios. Nevada hasta hace unos meses estaba prácticamente en su bolsillo, pero últimamente las cosas se habían estado complicando para la campaña de Hillary. Clave en sus preocupaciones, sus esfuerzos de última hora y su éxito fue el papel del sindicato de trabajadores de los casinos: Se demoraron en decidir a quién apoyar, decidieron apoyar a Obama, elementos ligados a la campaña Clinton trataron de impedir que votaran en masa a través de una demanda (que buscaba que los casinos no fueran autorizados como lugar de caucus) y finalmente pidieron a sus afiliados que no votaran en bloque sino "a conciencia". Eso era más difícil porque en un caucus la votación no es secreta, sino a vista y paciencia de todo el mundo. Pero aún así fue una de las primeras sorpresas: los miembros de ese sindicato no votaron en bloque. De hecho (y esto es algo que hay que confirmar más tarde) parece que en su mayoría apoyaron a Hillary Clinton. 
Otras "claves" del triunfo de Hillary Clinton en Nevada fueron la población latina y la población femenina. De acuerdo a las encuestas a boca de urna, un 65% de los latinos votó por la senadora. Geográficamente, los condados del sur del estado fueron sus fuertes. 
En el conteo de delegados, Barack Obama  -quien hoy no habló; su campaña emitió un comunicado escrito- sumó casi igual número de delegados que Clinton, dado el estrecho margen. Podría decir que es un empate, sí, pero lo que cuenta es ganar, tener imagen de ganador(a) y empezar a verse como candidat(a). Momentum, ya saben. 
Ampliaremos los datos y los análisis más adelante, pero podemos adelantar que para Obama las primarias del próximo sábado 26 en South Carolina, donde es favorito para ganar, son cruciales. Por lo menos hoy los afroamericanos en Nevada -que en South Carolina son cerca de la mitad del electorado- lo apoyaron (en un 83%). Si Obama llega a perder el sábado, su política de la esperanza se va a empezar a quedar sin apellido

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