miércoles, 9 de enero de 2008

New Hampshire: Razones, explicaciones y proyecciones


Como era de esperarse, estos  han sido días de inundaciones en la política estadounidense: llovieron los análisis, las interpretaciones, las teorías, las revisiones para ver no sólo por qué Hillary Clinton ganó anoche en New Hampshire, sino, sobre todo, para determinar por qué las encuestas -que daban a Obama como ganador por amplio margen- anduvieron tan perdidas. 
En general, las interpretaciones coinciden en lo siguiente: 
 1 .- Funcionaron las lágrimas. No lloró-lloró, pero se le quebró la voz a Hillary Clinton en las últimas horas. Por primera vez la senadora se mostró humana, sensible. Partió todo en el debate del sábado (ella misma reconoció ese momento como un momento clave) cuando Hillary se mostró más enrabiada, quizás frustrada. A lo mejor el hecho de que Edwards saltara en defensa de Obama pudo perjudicar a este último, al presentar la situación como "dos tipos contra una mujer". Luego en una cafetería, una mujer le preguntó "espontáneamente" a Hillary (las comillas son mías, perdonen mi escepticismo) "cómo lo hace... y quién le hace su peinado", a lo que la senadora respondió -por los sacrificios de la campaña y la frustración por los ataques, se entiende, no por su peinado- que no era fácil. Y se le quebró la voz. A la mañana siguiente, Hillary jugó la carta del género, antes ajena a su arsenal: le dijo a Diane Sawyer del matinal de ABC que creía estar recibiendo un trato peor por ser mujer, y que entre los candidatos hombres había un "sistema de compadres". Me permito sumar a esto un extraño incidente, en el día previo a las primarias, cuando un tipo se presentó en una concentración de Hillary con sus seguidoras y la interrumpió levantando un letrero que decía lo mismo que gritó: "¡Plancha mi camisa!". Ella interrumpió el acto y se lamentó que el sexismo siguiera vivo en muchas partes del país. Ahora me permito dudar. ¿Por qué un machista capaz de tan troglodita epíteto se va a meter a un acto, en un lugar cerrado, lleno de adherentes a Hillary, para espetar semejante estupidez?
La batalla del contenido del discurso versus humanización de Hillary es histórica dentro de su campaña, y viene de los tiempos en que la ex primera dama fue candidata a senadora. Mark Penn, estratega estadístico de los Clinton, siempre ha defendido la tesis de que Hillary debe presentarse como una mujer fuerte y centrar sus temas en lo que está diciendo, sin darle relevancia a sus "sentimientos". Ni durante el episodio Lewinsky Hillary se quebró en público ¿por qué habría de hacerlo ahora? Pero crecientemente al interior de su campaña empezó a crecer la tesis de que Hillary debería presentarse más humana, más cercana (ser más "Hillary" y menos "Clinton"; el que la llamemos "Hillary" tiene que ver con su campaña: muy frecuentemente ella es presentada como "Hillary", es cosa de ver sus letreros. Hay una necesidad de diferenciación con el presidente Clinton, claro, pero según recuerdo George W. Bush no se hacía llamar "George" para diferenciarse del padre). 
  La representación personal parece haber tenido repercusión especial en dos grupos particularmente gravitantes en New Hampshire: los indecisos -que dejaron de serlo a última hora- y las mujeres, que esta vez -a diferencia de Iowa- sí votaron por Hillary. Si fue por su mensaje de "yo soy como ustedes, me tengo que levantar todos los días a dar una batalla al mismo tiempo de preocuparme del pelo; nadie me entiende y el mundo es hostil con una", corresponde a la especulación. Podrían hacer una encuesta al respecto, claro, pero después de New Hampshire las encuestas mismas están en duda. 
2.- La diferencia entre decir y actuar. ¿Por qué las encuestas fallaron tanto? He leído y escuchado la interpretación de que los números de Obama estuvieron "inflados" en las encuestas porque a la gente le parecía bien decir que votarían por un afroamericano, pero que en la privacidad de la urna sus actos no acompañaban sus declaraciones. Las encuestas suelen arriesgarse a ese aspecto "aspiracional social" y la misma candidatura de Obama tiene -aunque no lo diga expresamente- ese tono de "hacer historia y mostrarse como una sociedad tan evolucionada que ha dejado atrás las divisiones (dígase "racismo"). En Iowa era diferente, porque en un proceso de caucus las personas manifiestan abiertamente, a vista de todos, sus preferencias. 
Ese componente aspiracional también pudo extrapolarse en los medios de comunicación, que parecieron desbordados por la Obamamanía. Como comentó Mark Jurkovitz, del Project for Excellence in Journalism al imprescindible programa de NPR "On the media", los medios cubrieron el triunfo de Obama en Iowa (y la derrota de Hilary Clinton) como si hubiera ganado la carrera entera. Y eso puede que a la gente de New Hampshire, en la soledad de la cabina de votación, no le haya gustado mucho. 
3.- El orgullo independiente. En un estado con el 45 % del electorado inscrito como independiente, que empezaran a dar su voto por seguro puede haber tenido un efecto negativo para el supuesto ganador en el lado Demócrata. No hay que desestimar el valor de un voto-a-conciencia. 
Sin duda Barack Obama fue derrotado en New Hampshire, aunque es cierto que  hasta unos días antes de Iowa la posibilidad de terminar siguiendo a menos de 3 puntos porcentuales a Hillary Clinton le habría parecido a su campaña motivo de hacer una fiesta. Las cosas cambian semana a semana y las encuestas parecen poco capaces de predecir qué va a pasar en una carrera tan cerrada (los encuestadores deben estar diseñando sus propias estrategias de reposicionamiento). Podemos estar seguros de que la carrera en el lado Demócrata (y en el Republicano también, dicho sea de paso, con la torta TAN repartida, aunque será tan maratónica, en particular por su forma de elegir delegados) será larga (incluso prolongándose más allá del 5 de febrero, día del SuperMartes, o SuperDuperMartes, como le dicen ahora) y es hoy impredecible, como apunta Howard Fineman en Newsweek. Los dos candidatos -los dos con posibilidades, se entiende- tienen dinero, adherentes mobilizados, el peso de la historia y, anque Hillary se haya burlado antes de la palabra, esperanza.  
Lo próximo será Nevada (19 de enero), donde se realizarán caucus y es especialmente relevante el voto latino (y en donde Hillary Clinton parece favorita en las encuestas, si las queremos seguir viendo) y South Carolina (26 de enero), donde serán primarias y  el voto afroamericano es determinante y donde Obama asoma como favorito. Aunque quizás a él no le guste tanto ese dato. 
 

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