La participación es clave por varias otras cosas, además de la representatividad en un estado que de por sí es poco representativo. Por ejemplo, para Barack Obama es clave porque, dado su arrastre con la juventud, se calcula que para muchos de sus votantes este será su primer caucus. No sólo necesita que vayan, sino que además sepan qué hacer (hasta DVDs explicativos se les han entregado). Para John Edwards esa misma es una ventaja: como ya fue candidato en 2004 (llegó segundo tras John Kerry, quien ganó la nominación), sus votantes ya se manejan en el tema.
En el lado Republicano, la participación es algo que tiene sacando cuentas a los candidatos entre los cuales se definirá el caucus de hoy: Mitt Romney y Mike Huckabee. El cálculo de la campaña del primero es tajante: si van a votar más de 80 mil personas, hay que preocuparse. Tal cual: menos es más. Según le comentó el jefe de campaña al blog del New York Times, más que ese número de participantes sinificaría que los evangélicos han
ido a votar en mayor número del esperado. Y los evangélicos tienen muchas dudas con el mormón señor Romney y bastante simpatía por el pastor Mike Huckabee. ¿Estará la gente de Romney juntando nieve en las puertas que tengan un pez pentecostal colgando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario