miércoles, 23 de enero de 2008

¿Quién gana con la crisis económica?



Un resumen selectivo: a fines de la semana pasada el presidente Bush anuncia un plan de ayuda económica con el que pretende evitar -o suavizar-, la crisis-económica-posible-recesión inminente. El lunes las bolsas de todo el mundo se derrumban porque los mercados desconfían sobre la eficiencia de las medidas anunciadas por el gobierno de Estados Unidos. El martes la Reserva Federal de ese país anuncia la mayor baja en las tasas de interés en 23 años y los mercados se recuperan. 
La recesión ya viene y hace rato que los candidatos Demócratas y Republicanos se dieron cuenta de que la economía ha pasado al primer lugar del ránking de preocupaciones (y motivaciones de voto, en consecuencia) de sus respectivos votantes. Las aproximaciones al tema han sido directo del manual -por si algiuen quiere dibujar las grandes diferencias entre unos y otros-: mientras los Republicanos repiten su mantra favorito, "bajar los impuestos, bajar los impuestos", los Demócratas repiten en suyo, "ayudar a los más desprotegidos, ayudar a los más desprotegidos" (por acción directa). Por ejemplo, Huckabee propone directamente eliminar los impuestos a los ingresos, y Giuliani repite casi cada vez que abre la boca -y no son pocas veces- que él tiene el récord de ser quien más ha bajado impuestos. Claramente no están interesados en atraer al electorado trasversal; están en la lucha por cortejar a los más Republicanos de los Republicanos. 
Es sin embargo en el lado Demócrata donde la crisis económica y la inminente recesión 2008 puede tener mayores consecuencias. Por una parte, multiplica las posibilidades de derrotar a los Republicanos en las elecciones generales de noviembre, a la vez que da un flanco abierto para darle duro al presidente Bush ("insuficiente" es lo más suave que le han dicho a su plan). Y dentro de los Demócratas quien más tiene potencial para ganar es Hillary Clinton. Es la que se ha mostrado más agresiva en el discurso contra Bush, pero sobre todo es la mujer de Bill Clinton, y los años de prosperidad de su gobierno hoy son lindos e idealizados recuerdos. La sensación de crisis es perfectamente coherente con su discurso -"experiencia", "lista desde el primer día"- mientras que amenaza al de Obama con una postergación en la lista de prioridades -"cambio", "esperanza", "integridad", "valores personales". 
Es cierto que John Edwards fue quien más agresivamente tomó el tema de la inseguridad económica en su campaña -anti corporativo, protector de los trabajadores, etc-, pero Edwards es ya historia: esta es una carrera entre tres, pero ellos son Bill Clinton y Hillary Clinton contra Barack Obama. 
Hoy en Davos, donde se inició el Foro Económico Mundial, la crisis económica era el tema del momento, y al ser consultado sobre economía y política el millonario y filántropo George Soros delineó tibiamente sus preferencias. "Apoyo a  Obama", dijo, aunque aclaró que no tiene con él ninguna relación (salvo, claro, ayudar en un evento de recaudación de fondos). "Si hablara como yo hablo no tendría ninguna posibilidad de ser elegido: así que le deseo bien, pero no hablo con él", dijo. Si la nominada fuera Hillary Clinton, en todo caso, la apoyaría. Soros le dijo además a la BBC que una recesión "será muy difícil de evitar".
Las turbulencias económicas son un gran cheque que parece cruzado y nominativo para los Demócratas. Sólo queda por ver quién lo cobra en caja. 

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