domingo, 13 de enero de 2008

Hillary y Obama: género y color


Dos grandes minorías pueden ser la clave en las próximas paradas de las primarias Demócratas. En Nevada, el voto latino es muy importante. En South Carolina, el voto negro es determinante. 
Quizás por eso, y porque la batalla entre Hillary Clinton y Barack Obama está tan peleada, ambos han buscado, por acción y reacción, no sólo cortejar a sus audiencias, sino además darle a sus propias candidaturas el peso de la historia. Hillary puede la primera mujer presidenta en la historia de Estados Unidos. Obama puede ser el primer presidente negro. ¿Cómo quieren ustedes hacer historia?
El género y la raza, temas que en una carrera presidencial nor mal (normal en el sentido de "como siempre había sido") no habrían tenido especial relevancia, son ahora tópicos centrales en el discurso -y en la pelea- de los dos candidatos entre quienes se definirá la nominación. Así lo reporta para el New York Times Adam Nagourney, quien agrega que el domingo ambos candidatos hablaron desde púlpitos de iglesias negras: Obama en Las Vegas y Clinton en South Carolina. Qué tal. 
  El punto que hizo estallar la guerra de declaraciones sobre el tema racial fue un comentario de Hillary Clinton tras las primarias de New Hampshire, cuando le preguntaron sobre el paralelo que se suele hacer de Obama con Martin Luther King. Ella -en lo que a todas luces, no importa lo que diga ahora, fue un error- comentó sobre la importancia del presidente Lyndon Johnson en las conquistas de la causa de los derechos civiles. "Él fue quien hizo los cambios", dijo, aludiendo a que de nada sirve hablar de cambios si no se llevan efectivamente en Washington. Desafortunada salida, pero consecuente con la línea tradicional de Hillary en su distinción con Obama: "él habla, yo hago".
Obama, quien difícilmente había hablado de raza en toda la campaña, no dejó pasar el comentario, reivindicando la importancia del movimiento del Dr. King. La campaña del senador negro tampoco dejó pasar -y relacionar- las declaraciones de Bill Clinton el día de las primarias de New Hampshire, en el que se refería a la candidatura de Obama como "un cuento de hadas". Del lado de Obama, eso se leyó -y se presentó- como una burla más a la "esperanza", central en el discurso de Obama y, si vamos más lejos, como un recordatorio del sueño imposible, bonito, pero irreal, de que los negros lleguen a la Casa Blanca. 
Los Clinton reaccionaron inmediatamente. Hillary precisó sus declaraciones en el clásico de los domingos por la mañana, Meet the Press, de NBC, y acusó a la campaña de Obama de introducir el conflicto racial a la campaña distorsionando sus dichos. Bill Clinton dio varias entrevistas "precisando" que lo del "cuento de hadas" se refería solamente a la posición de Obama sobre la guerra de Irak, y que en ningún caso le estaba restando méritos o posibilidades a su opción presidencial. "Su campaña no es ningún cuento de hadas; él podría ganar", dijo, en unas declaraciones que en otro contexto parecerían insólitas. 
Obama calificó de ridículas las acusaciones de Hillary Clinton. Y su campaña ha recordado a los potenciales votantes sobre los otros episodios en los que personeros de la campaña de la senadora han descalificado a Obama por su raza; el más notable de todos cuando el senador Bob Kerrey insinuó que si Obama consumió drogas -algo que él admitió en sus memorias, hace una década-, los Republicanos podrían preguntarse si también vendió (el prejuicio implícito: el blanco consume, el negro trafica). 
  Si bien Obama ha pasado a la delantera en los sondeos de South Carolina (donde las primarias son el 26 de enero), es un error pensar que tiene el voto negro garantizado por el color de su piel. De hecho, Obama enfrenta la potencial resistencia de quienes en esa 
comunidad lo ven como un aparecido, alguien que no ha estado "en la causa", sino que ha sido un "negro que se ha comportado como blanco", que no ha hecho el trabajo duro, que se ha en cambio integrado a la elite blanca. Por su parte, Hillary Clinton tiene a su aval el apoyo de importantes líderes de esa comunidad, y el gran apoyo que Bill Clinton (apodado alguna vez "el primer presidente negro de Estados Unidos) tuvo con los afroamericanos. 
  En otras palabras, no es un tema que se pueda ver en blanco y negro. Plop. 

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