Dos cosas a tener en cuenta: qué tan amplia ha sido la victoria de Obama y en qué lugar llega Hillary Clinton. Como hemos dicho, la senadora contaba con perder hoy, pero llegar tercera, por mucho que John Edwards sea nativo de este estado, es una derrota difícil de encajar en su narrativa de campaña. Si la senadora pierde por mucho, el rol agresivo de Bill Clinton será uno de los temas de crítica y análisis
Si Obama ha ganado por un margen amplio (cercano al 20 puntos de ventaja), podrá seguir con su plan: contar el triunfo en South Carolina como el inicio de algo grande, una gran marcha destinada a cambiar el país. O algo así.
Junto con la campaña, Obama ha debido salir a desmentir una campaña negativa en forma de rumores, emails, llamadas automáticas, boca a boca e internet, que insiste con que él es musulmán (él ha aclarado que es cristiano y que ha asistido a la misma iglesia por 20 años). El rumor va desde la historia de que creció y fue educado como musulmán y luego se convirtió -lo que igual es preocupante para muchos norteamericanos (y que muchos creen, de acuerdo a esta nota del Boston Globe)- a que derechamente es un radical disfrazado, un candidato manchuriano decidido a destruir a Estados Unidos desde dentro. Es la clase de campañas negativas que podrían destruirlo con los votantes más temerosos o paranoicos.
Noticia en desarrollo. Más tarde, los resultados, discursos y todo eso.
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