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miércoles, 14 de mayo de 2008

Edwards apoya públicamente a Obama



UPDATE: Efectivamente, John Edwards apoyó públicamente a Barack Obama. Hizo una aparición "sorpresa" (ya sabíamos, ja) en una concentración en Grand Rapids, Michigan. "Estamos aquí esta noche porque los votantes Demócratas han tomado su decisión, y yo también", dijo Edwards

 El martes 20, después de perder Kentucky y ganar Oregon, Obama va a pronunciar su discurso de triunfo
Para que estén avisados. 

El apoyo de Edwards puede ser fundamental para que Obama gane las simpatías del electorado -o parte de él- que no vota por él: el trabajador blanco, industrial o rural. Era el público fijo de John Edwards, que ayer en West Virginia ganó un 7% de los votos sin siquiera competir. 
Los próximos días deberían ser pródigos en análisis, anuncios de superdelegados y preparativos. Los programas y los diarios del domingo van a ser una delicia. 

El video acá: 




(POSTEO DE LAS 5.30 pm): Puede ser falsa alarma. Si se cumple le saco los signos de interrogación al título. La campaña de Obama anunció que tiene un anuncio sobre el apoyo de una importante figura nacional preparado para una concentración esta noche en Michigan. Se especula insistentemente de que se trata del ex candidato John Edwards. Otra posibilidad es que sólo sea el senador Carl Levin, jefe del Comité de Fuerzas Armadas del senado.
Para que estén avisados.

Lecciones del triunfo de Hillary en West Virginia


Hillary Clinton ganó ayer en West Virginia por 41 puntos. Lo que se llama una victoria categórica. Obama no ganó ningún condado del estado. Reforzando su mensaje a los superdelegados (voten por la que tenga más posibilidades, no por el candidato que gane más delegados), la senadora dijo en su discurso: "Estoy en esta carrera porque creo que soy la candidata más fuerte. Y la presidenta más fuerte". 
 
Aunque esta derrota no hace tambalear a Obama en su casi sellado camino a la nominación, sí es preocupante en la perspectiva de sus posibilidades para ganar en noviembre porque enfatiza la gran división demográfica del partido Demócrata y el problema de Obama con el voto rural, pobre y blanco. Algunos  datos de las encuestas a boca de urna:  

Un 37% de los votantes de West Virginia dijo que el hecho de que Bill Clinton haya hecho campaña (por su mujer, obviamente) había sido "muy importante" para ellos. De ellos, un 84% votó por Hillary (ya sé, yo me pregunto lo mismo: ¿qué piensa ese 16% que encontró tan importante la presencia de Clinton pero no votó por Hillary?). O sea, para Obama sería importante reconciliarse con el viejo Bubba.

Sólo un 25% de los partidarios de Clinton dijeron que estarían conformes si Obama ganara la nominación (y un 38% de los partidarios de Obama lo estarían si Hillary fuera la nominada). 
Un 53% de los votantes Demócratas aseguró que no votaría por Obama en noviembre si él gana la nominación. Por mucho que esta pregunta sea muy distinta en el fuego de la batalla de las primarias al momento mismo de la decisión en noviembre, es igual preocupante para el senador. 

La raza también volvió a ser un tema importante, y preocupante. Dos de cada 10 votantes dijeron que la raza había sido un factor importante en su decisión de voto. De aquellos influenciados por la raza, el 80 % votó por Hillary Clinton. 

Fiel a su nueva estrategia de comportarse como el candidato Demócrata -aunque en sus palabras sea cauto y asegure que las primarias no han terminado- Obama no sólo no estuvo en West Virginia ayer, sino que además decidió hablar antes del cierre de los locales de votación; no en una gran concentración sobre un podio, sino en una pequeña reunión con partidarios, micrófono en mano ("palabras" más que un discurso) y en Missouri, estado que votó hace rato pero que es importante para la elección general de noviembre. Hoy va a ir a Michigan, estado donde tiene que empezar a construir simpatías considerando que es uno de los castigados con la exclusión de sus delegados del Comité Nacional Demócrata por haber adelantado sus primarias -por lo que Obama no sólo no estuvo en el voto, sino que tampoco hizo campaña- y considerando además que en muchos discursos el senador ha hablado con orgullo del duro discurso que dio hace un tiempo frente a los fabricantes automotrices de Detroit. Hoy visitará una planta de Chrysler y se reunirá con sus trabajadores. 

Un dato a considerar en West Virginia es el 7% que obtuvo John Edwards, quien ya no está en carrera, clara señal de que hay parte de ese electorado que no está conforme ni con Clinton ni con Obama. 
En la vereda del frente, otro ex candidato, Mike Huckabee, obtuvo el 10% de las preferencias. Y Ron Paul, que sigue compitiendo, sacó un 5%. Fue un recado para un partido donde hace rato que John McCain aseguró su nominación: hay un 15% del electorado Republicano de ese estado que no está tan convencido con el candidato. 

Cómo queda la carrera después de West Virginia. 
Según NBC News, hasta el momento, van así (contando delegados y superdelegados). Obama 1880; Hillary Clinton 1.717,5 (no es que haya delegado sea muy chico, es que algunos valen por medio voto). Eso significa que para la meta de los 2.025 delegados que aseguren la nominación a Obama le faltan 145 y a Clinton 307,5. (Aunque, como ya lo dijimos, la campaña de Clinton desde la semana pasada dice que la meta real es de 2.209 delegados)

(Foto: Stephen Crowley/The New York Times)

martes, 13 de mayo de 2008

Hoy votan en West Virginia

Y Hillary Clinton va a ganar por un tremendo margen, que podría ser de hasta 40 puntos según las encuestas. 
La estrategia es clara: al seguir en la carrera como si la carrera siguiera, Hillary sigue demostrándole su fortaleza a los superdelegados que pretende cortejar. Ganar por un margen tan categórico le sirve para aumentar su votación, y el simbólico item de voto popular es uno que todavía tiene alguna posibilidad de ganar, si cuenta los votos de Michigan y Florida (y a la espera de que a los superdelegados les interese ese dato). Y, más importante, quiere dejar muy claro que los trabajadores blancos votan por ella y no por Obama, su gran carta-chantaje demográfico-y-quizás-racista que espera que le rinda frutos ante los superdelegados que deben decidir todo. 
Hilary Clinton -que ha hecho campaña intensamente, en contraste con un Obama que visitó el estado como si sólo hubiera pasado a saludar a una tía- necesita esta victoria también para ganar tiempo y bajarle el volumen a la gente del partido y de los medios que le preguntan cuándo se baja o sencillamente ya le están haciendo la autopsia. 
Previendo además un triunfo en Kentucky el próximo martes, la campaña de la senadora espera además objetar la autoproclamación de Obama, después de ganar Oregon el mismo día.  

lunes, 5 de mayo de 2008

El día antes


Las cosas están así:
En Indiana las encuestas van desde el empate hasta una ligera ventaja de Hillary Clinton (5 puntos). En Carolina del Norte (North Carolina) apuntan a una ventaja de Obama siete puntos en promedio. Como apunta el posteo de Noam Scheiber en el blog de The New Republic, la tendencia de los sondeos durante la última semana apunta hacia un leve crecimiento de Obama en Indiana y a un crecimiento de Hillary en Carolina del Norte. O sea, suspenso garantizado para mañana. 

Lo que es probable que pase mañana: Que Hillary gane Indiana por cerca de 10 puntos y que Obama gane Carolina del Norte  por el mismo margen. Eso dejaría las cosas más o menos igual, matemáticamente, aunque con Hillary mejor proyectada a espera de las primarias en West Virginia (13 de mayo) y Kentucky (20 de mayo). En ambos estados tiene una cómoda ventaja en las encuestas. Dado que ella está apostando a llegar hasta junio y más allá trabajando el argumento de que aunque tenga menos delegados que Obama sería una nominada más fuerte para noviembre, seguir en carrera ganando estados no puede ser un mejor escenario para la senadora. Si ganara Indiana por un margen más amplio y perdiera Carolina del Norte por uno estrecho, prepárense para la avalancha Clinton. Y si llegara a ganar en NC -lo que parece muy improbable- esta carrera se va a dar vuelta, no en números, pero sí presión a favor de Hillary. 

Si Obama ganara por un margen más amplio en Carolina del Norte y perdiera por un margen estrecho en Indiana, podría llamar el de mañana un muy buen día. Si llegara a ganar Indiana, podría irse tranquilo al hotel y esperar que al día siguiente una avalancha de superdelegados anunciara su apoyo a su candidatura. Sin embargo, eso parece muy poco probable, sobre todo tras una semana particularmente dura para el senador, gentileza del Reverendo Wright, que ha servido para revivir los peores temores y prejuicios contra Obama. 
 
Algo que podría tener a Barack Obama durmiendo un poco menos tenso esta noche es el factor votación-adelantada: se ha reportado que mucha gente ha votado en forma anticipada en Carolina del Norte y, en menor proporción, en Indiana. Como en NC le estaba yendo mucho mejor antes, da para pensar que en esos votos adelantados lo favorecerían. Y no son pocos: se calcula que han sido cerca de 500 mil, y se espera que mañana voten 1,5 millones. En Indiana el voto anticipado es muchísimo menos, proporcionalmente, cerca del cuatro por ciento. 

Mañana será un día de suspenso. Un relator deportivo amante del cliché diría que será "no apto para cardíacos" y otro peor diría que será "propio de Hitchcock". Pero acá preferimos las exageraciones propias de este rubro: llamémoslo SuperMartes 3

sábado, 26 de abril de 2008

La importancia de Indiana


El próximo 6 de mayo será otro "SuperMartes". Votarán North Carolina e Indiana, pero es este segundo estado el que podría darle un cierre a todo: considerando que en North Carolina Barack Obama mantiene un amplio liderazgo en las encuestas (superior a 15 puntos, en promedio), todo el suspenso estará puesto en Indiana

Y ahí sí que hay suspenso. Barack Obama y Hillary Clinton están técnicamente empatados en las encuestas, como pueden ver en la foto de arriba con el resumen de los promedios de Real Clear Politics, que tiene a Obama con una ventaja de 3 puntos. Otras encuestas -citadas por CNN- dan a ambos candidatos en un empate, cada uno con 45 puntos porcentuales y con un 10 por ciento de indecisos. 

¿Y cómo es Indiana? De partida, es un estado con sitios como Kokomo (sí, como la canción de la película "Cocktail"), un lugar donde el famoso "cambio" no es precisamente un hit en el electorado, como cuenta esta nota del New York Times. "¿A qué se supone que nos vamos a cambiar?", se pregunta un ciudadano consultado. En general, la zona norte -más cercana a la influencia de Chicago, en Illinois- es vista como territorio proclive a Obama. También la muy urbana Indianapolis. El sur, sin embargo, es territorio más del tipo Hillary, en una división demográfica que ya parece un patrón invariable en estas primarias. 

La gran importancia de Indiana -una a la que sus habitantes no estaban acostumbrados, ya que normalmente las primarias llegaban cuando estaba todo cocinado- radica en un asunto muy simple: 

Si gana Barack Obama su triunfo será visto como el fin de la racha de Hillary y sería EL momento para que todo el peso de quienes quieren terminar el proceso de una vez por todas aumenten la presión sobre Clinton, sobre sus donantes y, más importante, sobre los cerca de 300 superdelegados que aún no han decidido su voto. Serían dos semanas que Obama tendría que aprovechar muy bien, dado que el 13 de mayo vota West Virginia, donde Hillary Clinton tiene una amplia ventaja en las encuestas, y el 20 de mayo votan Kentucky -otro estado donde Hillary es la favorita- y Oregon -donde Obama debería ganar con comodidad. 

Si gana Hillary Clinton su aura de renacida de las cenizas y candidata fuerte, invencible, que no se da por vencido, crecería hasta rozar el mito. Y dado que su pelea es por convencer a los superdelegados que no elijan a quien termine con más delegados, sino a quien sea más fuerte para enfrentar a John McCain en noviembre, el triunfo en Indiana sería un muy poderoso argumento.  

Esa posibilidad -de que los líderes del partido no elijan a quien gane en votos- parecía prácticamente imposible, sobre todo por declaraciones de líderes tan importantes como Nancy Pelosi, la líder de la Cámara de Representantes del Congreso. Pero ayer Howard Dean, presidente de la Convención Nacional Demócrata, le dio a la campaña de Clinton una buena razón para mostrar los dientes, esta vez sonriendo. En una entrevista al Financial Times, dijo: "Creo que la carrera se va a reducir a la percepción en las últimas seis u ocho carreras sobre quién será el mejor oponente contra John McCain. No creo que en el largo plazo se resuelva con el voto popular ni algo más". 

Justo a continuación, sin embargo, Dean agregó que era "altamente improbable" que los superdelegados contradijeran al voto popular. "Nunca ha sucedido. Pero es posible y tienen el derecho a hacerlo", dijo Howard Dean, quien además dijo estar seguro de que la carrera no pasaba de junio. "Uno de los dos se va a retirar después de las últimas primarias", apostó.