jueves, 31 de enero de 2008

Clinton - Obama: la pelea que no fue




Fue un debate cordial en el Kodak Theatre en Los Angeles, en el que ambos candidatos parecen haber aprendido la lección sobre lo perjudicial de una campaña negativa (para cada uno y potencialmente para la opción Demócrata en noviembre). Ninguno se arriesgó a quedar como el o la responsable de la campaña sucia o agresiva.
Ambos, además, parecían sentir el peso de la historia. Que el más probable próximo presidente de Estados Unidos sea un afroamericano o una mujer es Historia, con mayúscula.  Hillary Clinton lo resumió muy bien: "Anoche debatieron los Republicanos y eran más de lo mismo", dijo. "Nosotros, es cosa de mirarnos, no somos más de lo mismo". 
Barack Obama tenía -y tiene- más presión: está detrás de Hillary Clinton en las encuestas en los estados importantes de este SuperMartes. Y quizás debió haber sido más agresivo. Esa era, sin embargo, una estrategia muy complicada, dado que al mismo tiempo él levanta la bandera de ser el "unificador" y el hombre que cambie la manera de hacer política en Washington. 
Hillary Clinton, por su parte, debía -y pudo- mostrarse como una persona simpática y conciliadora: su principal problema son los anticuerpos que genera. Y muchos de esos anti-Clinton son hoy los huérfanos de John Edwards que los dos candidatos en carrera deben disputarse.  
Las principales diferencias las marcaron en torno a Irak (para beneficio de Barack Obama, que pudo volver a esa vieja canción de "yo me opuse a la guerra desde el principio") y el sistema de salud pública (para beneficio de Hillary Clinton, cuyo plan de salud universal es más fácil de vender).
Ambos hablaron extensamente a los electores de Edwards, a través de los temas que él enfatizó en la campaña: la economía, la pérdida de trabajos y de casas, los planes para reparar la situación. John Edwards nunca fue tan popular entre sus compañeros como lo está siendo ahora que salió del camino. Una de las grandes preguntas pendientes ahora es ¿va Edwards a apoyar a alguno de los dos candidatos? ¿Cuándo? 
La otra GRAN pregunta es: ¿Se va a dignar el señor Al Gore a apoyar a alguno de los candidatos en carrera?

Arriba del ring


"Como
Kennedy versus Nixon", "Como Ali versus Frazier", "Soy un hombre viejo, pero estoy muy entusiasmado con este debate" (ese fue Jack Cafferty). Es el tipo de frases que se escuchan en CNN cuando queda más de una hora del debate Demócrata en California, que ya no se llama así. Ahora el debate Clinton - Obama. O como se lee en pantalla, "Clinton, Obama y la Historia". 
Los panelistas están sentados con la multitud como fondo, con muchas pancartas y gritos como ruido ambiente, preguntándose las mismas cosas que se preguntan los comentaristas deportivos calentando el ambiente antes de un partido o una pelea: quién va a atacar primero, quién va a esperar al rival, quién resiste más. 
 

Obama el transversal


En el festival de apoyos presidenciales, en el lado
Demócrata ha sido Hillary Clinton la que se ha llevado los peces más gordos -el más notorio de ellos, el del New York Times-, pero Barack Obama puede ufanarse de ser el más transversal. Ayer, el tabloide sensacionalista (es una frase hecha, pero es verdad) New York Post declaró su apoyo a Barack Obama, diciendo que él representaba un "nuevo inicio" en la política. El Post, que siempre ha sido sensacionalista pero que además se puso ultraderechista en manos de News Corp., la compañía del megamagnate Rupert Murdoch, demostró que podía ser una verdadera moledora de carne con los "liberales" y un verdadero panfleto al servicio de la administración Bush en la época de la invasión a Irak. Su apoyo a Obama se explica mejor -en mi humilde opinión- por el odio a cualquier cosa que huela a Clinton. 
En el otro extremo del espectro ideológico de la prensa, la revista ultraliberal The Nation -cuya altura intelectual no tiene nada que ver con el Post, en todo caso-, apoyó a Obama en su portada, con el título "The Choice: Why Obama's the best candidate to build a progressive majority" ("La elección: Por qué Obama es el mejor candidato para construir una mayoría progresista"). La pieza central es un ensayo a cargo de Christopher Hayes, quien se manifiesta estupefacto al constatar que los liberales están divididos entre Hillary Clinton y Obama, cuando la elección correcta le parece tan obvia. "Él es uno de los nuestros", escribe Hayes después de destacar el trabajo de organizador social de Barack Obama.  
Como para dejar claro de qué lado está Obama (cuya campaña hoy anunció, antes de que se cumpliera el plazo para informar, que había recaudado la impresionante suma de 32 millones de dólares durante enero), la revista National Journal publicó un estudio que determina que  Obama fue el senador más liberal durante 2007, luego de examinar sus posturas y su registro en el senado. Una distinción que podría resultarle útil en su persecución de la preferencia de los votantes huérfanos de John Edwards
En unas horas más se llevará a cabo el debate presidencial Demócrata en California, un estado clave donde Hillary Clinton está arriba en las encuestas y a donde hoy fue el mismísimo Ted Kennedy para hacer campaña por Obama. El debate será de a dos: una mujer y un afroamericano definiendo quién será el nominado y quizás el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos. No me vengan a decir que esta elección no es histórica

Schwarzenegger: Apoyator



Ayer fue Rudy, hoy es Arnold. El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, apoyará dentro de las próximas horas al senador John McCain en su carrera por ser el nominado Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre. Esta tarde, tras dar un paseo por una compañía generadora de energía solar en Los Angeles, los dos aparecerán juntos en una conferencia de prensa donde se hará el anuncio como corresponde. Como apunta Jonathan Martin en The Politico, el apoyo de Schwarzenegger, sumado al apoyo de Rudolph Giuliani anunciado ayer, cuando el ex alcalde se bajó oficialmente de la carrera, permite a McCain aumentar sus posibilidades de triunfo en dos importantes estados que votan en el SuperMartes: California y Nueva York. 
Ahora, si asumimos esa verdad que dijo la mamá (sí, la mamá) de McCain hace algunos días ("algunos Republicanos van a tener que taparse la nariz para votar por él", dijo la señora), este apoyo puede alterar y movilizar aún más a los conservadores que nunca han pasado a McCain. Romney está a la caza de esos conservadores enojados que ven a Giuliani y Schwarzenegger como pequeños demonios liberales infiltrados en la tienda Republicana.
Pero McCain -aunque necesita conquistar el voto más conservador- tiene más que ganar que perder en este juego de los apoyos. Además, si Mike Huckabee tiene a Chuck Norris ¿Por qué él no puede tener a Terminator?

miércoles, 30 de enero de 2008

John Edwards, fuera de carrera



Extra extra, paren las prensas. Esta mañana, cuando todos se preparaban para escribir un obituario de carrera presidencial -el de Rudy Giuliani, que en unas horas más debería aparecer en un acto público declarando el fin de su postulación y el apoyo a John McCain- se supo que serían DOS los obituarios de hoy. El Demócrata John Edwards ha decidido abandonar la carrera. 
En un mes de primarias y caucuses, Edwards nunca logró posicionarse como un candidato con posibilidades reales, y en South Carolina -estado en el que nació y que ganó en 2004- sus resultados fueron desalentadores. Sus finanzas de campaña, además, necesitaban una inyección que, con esos resultados, nunca llegó. A pesar de que el sábado, tras el proceso de South Carolina, habló sonriente y seguro de seguir en carrera rumbo al SuperMartes, hoy se informa que esta tarde, a las 1pm ET en New Orleans, anunciará el fin de su intento por ser el nominado Demócrata. 
Según la nota de la agencia AP, Edwards no apoyará de inmediato a uno de los dos candidatos que siguen en carrera. ¡Cómo debe estar sonando ese teléfono!

Hillary para la foto


Las
primarias de esta noche en Florida no tienen ningún valor para los Demócratas: los delegados de ese estado no serán invitados a la Convención Nacional Demócrata en agosto, como castigo por haber adelantado unilateralmente sus primarias (lo mismo que pasó en Michigan). Los candidatos Demócratas se comprometieron a no hacer campaña en Florida, y no lo hicieron. Pero los electores Demócratas de Florida salieron a votar igual, y lo hicieron en gran número: 1.3 millones de personas. Y ahí ganó Hillary Clinton (que tenía una ventaja en una no-campaña: es lejos la más famosa, desde hace más tiempo) con un 50% versus un 33% de Barack Obama. 
La senadora ya había estado cortejando a la gente de Florida -donde las encuestas vaticinaban un "triunfo" fácil en lo que se ha llamado un "concurso de belleza", por su intrascendencia-, diciendo no sólo que le importaba lo que la gente de Florida tuviera que decir, sino que además luchará para que estén representados en la Convención Nacional. (Michigan y Florida podrían de hecho estar representados si decidieran celebrar primarias o caucus de nuevo, pero en el calendario establecido por la Convención). 
Esta noche Hillary llegó a Florida, organizó un acto, se paró en medio de gente con pancartas que la aplaudía y dio un discurso, justo a la hora en que CNN (y los otros canales de cable, asumo) no tenían nada que mostrar de la carrera que sí importaba, la Republicana. Transmitida en directo, Hillary tuvo lo que quería: una postal, una imagen de triunfo que la dejara sonriente en el último acto electoral previo al SuperMartes. Después habló en CNN con Wolf Blitzer, y cuando el hombre de "The Situation Room" le preguntó si iría a la corte a pelear por la participación de los delegados de Michigan y Florida, ella, siempre sonriente, dijo que era "muy temprano para decidir". 
(La foto de este posteo corresponde a un evento anterior, por si acaso. En Florida no fue TAN efusiva)

martes, 29 de enero de 2008

Qué será de Rudy


Rudy Giuliani
ya ha visto que los milagros -al menos para él, en Florida- no existen. Está disputando el tercer lugar de las primarias con Mike Huckabee, con cerca de un 15% de los votos  (cuando ya han reportado cerca de la mitad de las mesas).  
  Con la constatación de que su candidatura -que el año pasado parecía casi un hecho inevitable para los Republicanos- no tiene posibilidades, la especulación del momento es a quién va a apoyar. Su amigo, dice él, es John McCain, y el senador podría beneficiarse bastante con el apoyo del ex alcalde de Nueva York. 
Recién habló: fue un discurso de despedida que no terminó en despedida. 
Haciendo eco de las especulaciones del momento, Time afirma a esta hora que Rudy se baja mañana (antes del debate de CNN) y apoya a McCain. Estaremos actualizando. Giuliani va a hablar dentro de poco. No se preocupen por él: vendiendo sus seminarios de liderazgo y lucha contra el crimen, con el gentil auspicio del 9-11, tiene sufucientes ahorros para una jubilación dorada. Aunque quizás no quiera irse a vivir al estado de los jubilados, Florida. Ja. 

John McCain gana Florida


Recién CNN ha proyectado, con el 54% de las mesas escrutadas, que John McCain se lleva los delegados de Florida. A esta hora tiene una ventaja de 36% contra 32% de Mitt Romney
La pelea ha sido muy dura y estrecha, tan dura como fue una campaña plagada de acusaciones y descalificaciones. Para McCain además era una apuesta económica: no tiene mucho dinero, pero gastó mucho en Florida. 
Parte de la razón por la que la carrera fue tan cerrada la dan los datos de las encuestas a boca de urna (datos gentileza de la transmisión de CNN) es que los "públicos objetivos" de los diferentes candidatos. Por ejemplo: ya sabíamos que la economía era el tema que más preocupaba a los votantes republicanos de Florida. Y en esa línea, el dueño es Mitt Romney, quien ha enfatizado a lo largo de su campaña su experiencia a cargo de un estado -el de Massachusetts- y como empresario (mal que mal, el hombre es un millonario). Se apoderó de ese tema en la campaña y más aún en contraposición con John McCain, quien no tiene mayores credenciales en esa área y que prefiere hablar de política exterior, seguridad, guerra (todo eso significa más o menos lo mismo para un buen Republicano). Sin embargo, según las encuestas McCain se llevó la mayor parte de los votos de quienes nombraron la economía como su primera preocupación: un 38% de ellos votó por él, mientras un 32% lo hizo por Romney. 
Otro ítem clave en la carrera Republicana es la llegada a quienes se definen como más conservadores (todos dicen que lo son, pero unos lo son más que otros). Romney tiene una ventaja ahí porque ha transformado un "defecto" -ser mormón- en una virtud -tener "valores morales", o al menos jactarse de ellos. Pero uno esperaría que en ese campo el más conservador de todos, el pastor bautista Mike Huckabee, tuviera una porción significativa de los votos. Las encuestas indican que un 37% de quienes se definen como conservadores votó por Romney, pero la sorpresa está más abajo: un 27% de ellos votó por McCain, quien se supone es más liberal-moderado (aunque él no lo dice, por supuesto), y sólo un 17% votó por Huckabee. 
Es clave ahora que McCain, que a partir de esta noche parece el más sólido y el más probable nominado Republicano para la elección de noviembre, se reconcilie con la base conservadora
Los veteranos votaron en un 40% por McCain (no hay sorpresa ahí: el hombre es un veterano de Vietnam que pasó casi seis años prisionero en el "hotel Hanoi"), pero apoyaron bastante a Romney: un 35%. 
Los seniors (mayores del 65 años) votaron en un 38% por McCain, y los los cubanos votaron en un 50% por McCain. Romney, que incluso se puso guayabera en la campaña, recoletó un pobre 10% de ese público. 

Hoy: Republicanos en Florida ¿y Rudy?


En unas horas más sabremos quién es el candidato Republicano que se llevará a su tienda los delegados de Florida. La pelea está entre John McCain y Mitt Romney. 
¿Y Rudy Giuliani, el candidato que no hizo campaña en los primeros estados porque dijo que en Florida empezaba? ¿El que tenía Florida en el bolsillo? ¿El que recordaba a todo el mundo que esta era una carrera larga en cuya segunda etapa llegaría para ganar? 
Para-la-casa. Al menos que algo muy muy muy extraordinario pase, Rudy Giuliani mirará al ganador de las primarias de "su estado" (además de New York, claro, donde también está perdiendo en las encuestas) desde lejos. ¿Se va a retirar si no gana? O sea ¿se va a retirar? "Mañana decidiré mi destino", dijo hoy. "Espero ganar", dijo también. 
Por el lado de los que sí pueden ganar, la pelea entre McCain y Romney está muy estrecha (el promedio de encuestas de Real Clear Politics arroja casi un empate: una ventaja de 0.6 puntos para McCain). Esto es lo que podría pasar. 
Si gana John McCain: estaremos en presencia del más probable candidato Republicano. No le daría para ir relajado al SuperMartes, pero sí le daría una ventaja clara. 
Si gana Mitt Romney: estaremos viviendo un SuperMartes digno de Hitchcock, como dicen los relatores deportivos. Romney saldría no sólo reenergizado de Florida, sino que además podría empezar a reclutar a las fuerzas conservadoras que tanto extrañan a Reagan, peinado incluido. 
Si gana Giuliani: me como mis palabras y les escribo un capítulo entero de la asombrosa vida de este inmortal. Y me dedico a la ficción, una tentación largamente postergada. 
Más información (y un poco más profunda, ok) en unas horas más. Esperen una pelea voto a voto en Florida... ¿dónde habré escuchado eso antes?
Stay tuned. 

domingo, 27 de enero de 2008

El factor Kennedy


El triunfo de Barack Obama en South Carolina fue arrasador: logró más votos que Hillary Clinton y John Edwards juntos.  Y, más importante aún, tuvo un 25% del voto blanco (y un 50% del voto de blancos menores de 30 años), lo que es crucial para enfatizar su capacidad de trascender el tema de la raza, en el que la campaña de los Clinton parecía interesada en insistir (Bill Clinton anoche recordó que Jesse Jackson ganó esas primarias en 1988, a todas luces una comparación distorsionada: Jackson, el candidato negro de esa carrera, nunca tuvo posibilidades, tuvo una casi nula votación blanca y, además, ganó en South Carolina -donde se realizaron caucus, no primarias- cuando la carrera ya estaba definida).
Muy distinto a lo que sucedió anoche. El marcador oficial: Obama 55%, Hillary Clinton 27%, John Edwards 18%
Edwards insistió en que seguiría en carrera. 
Obama habló anoche como un ganador. "Tenemos más votos, más delegados y la coalición más diversa que los estadiunidense hayan visto en mucho tiempo". La multitud girtaba: "la raza no importa". En su discurso, Obama enfatizó en lo difícil que serían las próximas semanas, aunque lo dijo en tono casi épico: "No se equivoquen con lo que estamos enfrentando", dijo, y sonó casi enojado, más aguerrido que esperanzador. 
Parte de esa alerta, de esa advertencia de que la pelea será dura, parte de un dato de la realidad: Barack Obama podrá estar ganando en delegados hasta ahora, pero su pronóstico no es bueno. Está muy por detrás de Hillary Clinton en las encuestas de los estados más importantes que votan el SuperMartes. Tiene mucho que remontar si quiere ganar la nominación, y hoy, aun con todo el entusiasmo de su campaña, tiene muy pocas posibilidades de ganar finalmente la nominación Demócrata. Estos días, desde anoche hasta la mañana del martes 5 de febrero, es una carrera contra el tiempo y contra la historia, y va a necesitar correr dando saltos si quiere superar a Hillary Clinton
Las zancadas iniciales han llegado hoy de la mano de la "familia real" del mundo Demócrata: los Kennedy. En una columna editorial del New York Times, Caroline Kennedy, la hija de JFK, apoya enfáticamente a Obama desde su elocuente título: "Un presidente como mi padre".  Y empieza así: 
"A lo largo de los años, me ha conmovido profundamente la gente que me ha dicho que desearía sentirse inspirada y esperanzada sobre Estados Unidos de la manera en que se sintieron cuando mi padre fue presidente. Este sentimiento es incluso más profundo hoy. Por eso es que estoy apoyando a un candidato presidencial en las primarias Demócratas, Barack Obama". Más adelante, Caroline Kennedy alaba la trayectoria de servicio social de Obama, y asegura que mientras en términos de planes y políticas los precandidatos Demócratas son similares,  los tiempos actuales requieren a un líder capaz de cambiar el curso de la historia política de Estados Unidos "como mi padre lo hizo en los 60". Habla de las muchas personas que le han dicho que sólo entraron al servicio público porque su padre se los pidió, y que Obama tiene esa capacidad. Termina hablando de su propia experiencia: "Nunca he tenido un presidente que me haya inspirado de la manera en que las personas me dicen que mi padre las inspiró. Pero por primera vez creo que he encontrado al hombre que puede ser ese presidente - no sólo para mí, sino para una nueva generación de estadounidenses". 
Es lo que se llama un apoyo. Pero fue sólo el primero. Hoy mismo se conoció la noticia de que el senador Ted Kennedy, hermano menor de JFK y prominente líder del partido, anunciará públicamente su apoyo a Barack Obama. Ese puede ser un apoyo más útil que el de Caroline, y a la vez el complemento perfecto. No sólo tiene la carga emotiva y la bendición directa del apellido Kennedy; también tiene todos los votos que el senador por Massachusetts puede acarrear. 
Nota aparte: las comparaciones con John F. Kennedy pueden no ser tan buenas, si consideramos cómo terminó. Un posteo en el brillante Wonkette.com hace notar que anoche los agentes del servicio secreto que cuidan al candidato (que entiendo que son más que los que cuidan a los otros, aunque no he podido confirmar eso) se veían particularmente serios y alerta. El temor de un atentado contra Obama ha sido tema de conversación de cuando en cuando en la campaña. 

sábado, 26 de enero de 2008

¿Una primaria negra?

Ha sido lo que se ha dicho insistentemente sobre las primarias de South Carolina, que Barack Obama acaba de ganar. Es comprensible, dado que en este estado los votantes afroamericanos representan el 50% del electorado -mientras nacionalmente representan cerca del 12%. Con el tema de la raza emergiendo -cortesía de la campaña de Hillary Clinton, como coinciden los analistas-, ese era un factor a seguir de cerca en esta primaria. 
¿Qué ganaba la campaña de Clinton con "racializar" estas primarias? Encapsular el triunfo de Obama: "le va bien con los afroamericanos, pero nacionalmente eso es insignificante". Y detenerlo ahí, antes del SuperMartes. Era importante porque Obama no había tocado el tema de la raza, al menos evidentemente, hasta que se vio enfrascado en esta discusión con los Clinton sobre el legado de Martin Luther King y de pronto estaba hablando de raza, bailando al ritmo del discurso de su competencia. Una de las fortalezas del discurso de Obama siempre ha sido la unidad, la capacidad de convocar gente de todas razas, posiciones políticas y ambos géneros para un objetivo común. Obligarlo a ser simplemente "el candidato negro" era una estrategia brillante. 
Por eso la composición del voto en South Carolina era tan importante. Y lo que dicen esos números (según las encuestas a la salida de urna) favorece a Obama: un 25% de los blancos votaron por él. Como dice el Trailhead de Slate, eso es mucho mejor que lo que las encuestas proyectaban. Eso permite, escriben en Slate, que esta pueda ser descrita como una victoria arrasadora; no una victoria arrasadora entre la comunidad negra. 
Es de suponer que el discurso de Obama enfatizará eso y subrayará el tema de la unidad: ahora tiene que enfrentar un SuperMartes bastante más diverso y desafiante. 
 
(PD: El acierto fotográfico es del New York Times)

Obama gana en South Carolina



Era lo que se esperaba: Barack Obama ha ganado las primarias en South Carolina. Y se espera que la victoria sea categórica. 
Dos cosas a tener en cuenta: qué tan amplia ha sido la victoria de Obama y en qué lugar llega Hillary Clinton. Como hemos dicho, la senadora contaba con perder hoy, pero llegar tercera, por mucho que John Edwards sea nativo de este estado, es una derrota difícil de encajar en su narrativa de campaña. Si la senadora pierde por mucho, el rol agresivo de Bill Clinton será uno de los temas de crítica y análisis
Si Obama ha ganado por un margen amplio (cercano al 20 puntos de ventaja), podrá seguir con su plan: contar el triunfo en South Carolina como el inicio de algo grande, una gran marcha destinada a cambiar el país. O algo así. 
Junto con la campaña, Obama ha debido salir a desmentir una campaña negativa en forma de rumores, emails, llamadas automáticas, boca a boca e internet, que insiste con que él es musulmán (él ha aclarado que es cristiano y que ha asistido a la misma iglesia por 20 años). El rumor va desde la historia de que creció y fue educado como musulmán y luego se convirtió -lo que igual es preocupante para muchos norteamericanos (y que muchos creen, de acuerdo a esta nota del Boston Globe)- a que derechamente es un radical disfrazado, un candidato manchuriano decidido a destruir a Estados Unidos desde dentro. Es la clase de campañas negativas que podrían destruirlo con los votantes más temerosos o paranoicos. 
Noticia en desarrollo. Más tarde, los resultados, discursos y todo eso. 

Hoy: Los Demócratas en South Carolina


Mientras los
Demócratas votan en sus primarias en South Carolina, un pequeño resumen del estado de las cosas. O de lo que debería pasar hoy. 
-Obama va a ganar. Las encuestas lo dicen (ya lo sé, después de New Hampshire, quién cree en las encuestas, pero siguen siendo un indicador) y la fortaleza del voto negro, que es cerca de la mitad del electorado (y que en Nevada lo favoreció en un 82%) deberían llevarlo a una victoria.  En promedio, según el resumen de Real Clear Politics, tiene una ventaja de 11,6 puntos porcentuales sobre Hillary Clinton. Ahora, si Obama pierde, asistiremos esta noche a la adelantada consagración de Hillary Clinton como la candidata presidencial del Partido Demócrata. No sólo eso: como bien lo resume en el mismo título de su artículo Amy Chozick en el Wall Street Journal, "para ganar de verdad, Obama necesita un margen amplio". Cualquier otra cosa es derrota para el senador. Por lo mismo: 
-Para Hillary Clinton, cualquier punto es bueno. Hillary cuenta con perder hoy, de manera que si lo hace por poco, saldrá sintiéndose -y siendo percibida- como ganadora. Como lo explicamos en un posteo anterior, la senadora ha estado menos preocupada de South Carolina que de los estados más suculentos que votan el SuperMartes, y ha dejado en la trinchera del sur a su marido, un tal Bill Clinton. Toda la empresa familiar trabajando. 
-John Edwards enfrenta su hora clave. Este es el estado donde se supone más fuerte a John Edwards. Pero esta carrera es entre dos, y él no está invitado. Nevada le "pateó el trasero", como él mismo dijo. En términos más elegantes: sólo sacó un 4% en ese estado. Para seguir en carrera necesita un muy buen resultado hoy. Las encuestas para hoy lo sitúan en tercer lugar, con cerca de 20 %. En tanto, como hace notar el notable Vasco en Tennessee, Antxon Garrogerrikabeitia en su blog (un colega de este blog, podríamos decir), hay rumores de que la campaña de Obama le habría ofrecido a Edwards el puesto del Fiscal General en una eventual administración suya.  El problema, claro, es que el rumor es de Robert Novak, columnista conservador que, entre otras cosas, se prestó para el juego de sacar del anonimato a la espía de la CIA Valerie Plame, una de las "joyas" de destrucción de imagen de la administración Bush. 
Hablando de rumores, la campaña de Obama ha debido invertir bastante tiempo y recursos en contrarrestar muchas  piezas de guerra sucia. Más de eso más tarde. 

miércoles, 23 de enero de 2008

¿Quién gana con la crisis económica?



Un resumen selectivo: a fines de la semana pasada el presidente Bush anuncia un plan de ayuda económica con el que pretende evitar -o suavizar-, la crisis-económica-posible-recesión inminente. El lunes las bolsas de todo el mundo se derrumban porque los mercados desconfían sobre la eficiencia de las medidas anunciadas por el gobierno de Estados Unidos. El martes la Reserva Federal de ese país anuncia la mayor baja en las tasas de interés en 23 años y los mercados se recuperan. 
La recesión ya viene y hace rato que los candidatos Demócratas y Republicanos se dieron cuenta de que la economía ha pasado al primer lugar del ránking de preocupaciones (y motivaciones de voto, en consecuencia) de sus respectivos votantes. Las aproximaciones al tema han sido directo del manual -por si algiuen quiere dibujar las grandes diferencias entre unos y otros-: mientras los Republicanos repiten su mantra favorito, "bajar los impuestos, bajar los impuestos", los Demócratas repiten en suyo, "ayudar a los más desprotegidos, ayudar a los más desprotegidos" (por acción directa). Por ejemplo, Huckabee propone directamente eliminar los impuestos a los ingresos, y Giuliani repite casi cada vez que abre la boca -y no son pocas veces- que él tiene el récord de ser quien más ha bajado impuestos. Claramente no están interesados en atraer al electorado trasversal; están en la lucha por cortejar a los más Republicanos de los Republicanos. 
Es sin embargo en el lado Demócrata donde la crisis económica y la inminente recesión 2008 puede tener mayores consecuencias. Por una parte, multiplica las posibilidades de derrotar a los Republicanos en las elecciones generales de noviembre, a la vez que da un flanco abierto para darle duro al presidente Bush ("insuficiente" es lo más suave que le han dicho a su plan). Y dentro de los Demócratas quien más tiene potencial para ganar es Hillary Clinton. Es la que se ha mostrado más agresiva en el discurso contra Bush, pero sobre todo es la mujer de Bill Clinton, y los años de prosperidad de su gobierno hoy son lindos e idealizados recuerdos. La sensación de crisis es perfectamente coherente con su discurso -"experiencia", "lista desde el primer día"- mientras que amenaza al de Obama con una postergación en la lista de prioridades -"cambio", "esperanza", "integridad", "valores personales". 
Es cierto que John Edwards fue quien más agresivamente tomó el tema de la inseguridad económica en su campaña -anti corporativo, protector de los trabajadores, etc-, pero Edwards es ya historia: esta es una carrera entre tres, pero ellos son Bill Clinton y Hillary Clinton contra Barack Obama. 
Hoy en Davos, donde se inició el Foro Económico Mundial, la crisis económica era el tema del momento, y al ser consultado sobre economía y política el millonario y filántropo George Soros delineó tibiamente sus preferencias. "Apoyo a  Obama", dijo, aunque aclaró que no tiene con él ninguna relación (salvo, claro, ayudar en un evento de recaudación de fondos). "Si hablara como yo hablo no tendría ninguna posibilidad de ser elegido: así que le deseo bien, pero no hablo con él", dijo. Si la nominada fuera Hillary Clinton, en todo caso, la apoyaría. Soros le dijo además a la BBC que una recesión "será muy difícil de evitar".
Las turbulencias económicas son un gran cheque que parece cruzado y nominativo para los Demócratas. Sólo queda por ver quién lo cobra en caja. 

Los Clinton y Obama: dos contra uno


Con la
temperatura entre las campañas de Hillary Clinton y Barack Obama cada vez más alta, ha sido el ex presidente Bill Clinton quien ha resultado ser el arma más poderosa en esta parte de la campaña. Por algo en el debate del martes en South Carolina Obama se lamentó diciendo "a veces no sé contra cuál Clinton estoy corriendo". Bueno, la respuesta es los dos. Todos los anteriores. Bill y Hillary. Los Clinton. 
Uno de los últimos intercambios se produjo a raíz de una declaración de Barack Obama el lunes, cuando dijo que durante las últimas décadas el Republicano fue el partido de las ideas y que Ronald Reagan cambió el curso del país de una manera que ni Richard Nixon ni Bill Clinton lo hicieron. De inmediato reaccionó el team Clinton: Hillary para hacer notar que eso no solamente era falso, sino también ofensivo para buena parte de la población, porque Reagan había abandonado a las minorías (dígase afroamericanos y latinos, los primeros muy relevantes en la votación de South Carolina este sábado; los segundos muy relevantes en estados clave del supermartes). Bill Clinton, por su parte, reaccionó ofendido por el "ninguneo" de su gobierno. 
Obama se quejó de que sus palabras habían sido intencionalmente malinterpretadas, que lo que él estaba hablando era sobre la necesidad de que los Demócratas recuperaran su protagonismo en las ideas y en los cambios profundos de Estados Unidos. Pero la política es la política, y en una carrera tan estrecha y tan ruda como esta una declaración como esa resultó un error que le puede costar caro. 
Ahora la campaña de Hillary Clinton ha emprendido una estrategia que parece brillante, como lo hace notar Jay Newton-Small en esta pieza de Time: viendo que en las encuestas Obama aparece como seguro vencedor en South Carolina este sábado, la senadora ha dejado de hacer campaña en ese estado y ha comenzado a trabajar en estados muy importantes del SuperMartes del 5 de febrero, como Arizona y California. Pero que ella no esté en South Carolina no significa que Obama no tenga competencia: ahí está Bill Clinton, con una agenda pródiga en apariciones públicas y en declaraciones contra Obama. Eso evita que el senador afroamericano pueda diversificar más libremente sus esfuerzos para preocuparse del SuperMartes. Bill Clinton ganó en ese estado cuando compitió en 1992 y goza de gran popularidad entre la población negra, que compone cerca de la mitad del electorado. 
Esto, de paso, ha gatillado otra pregunta: ¿corresponde que un ex presidente de la nación esté metido en una campaña? ¿corresponde que además juege al "policía malo" en las actividades proselitistas? Varios líderes demócratas han expresado sus reparos ante la idea. Pero hasta el momento a la campaña de Hillary -¿o deberíamos decir "de los Clinton"?- le ha resultado efectiva. Y no hay argumento más poderoso que el de los resultados. 
Por otro lado, si Obama gana el sábado, Hillary Clinton podrá decir que en realidad no compitió ahí y restarle relevancia y dramatismo al hecho. Ahora, si Obama gana por poco o si llega a perder, el sueño afroamericano se despertaría de un costalazo. 
Obama pretende que su triunfo en South Carolina sea el inicio de una "gran marcha" -¿alguien dijo Martin Luther King?- que demuestre su potencia el 5 de febrero. Pero para eso su victoria tiene que ser no sólo categórica; además debe ser un triunfo por goleada. Y es difícil si Hillary se declara "walkover" (años de baby fútbol escolar, no me culpen). 

martes, 22 de enero de 2008

Fred Thompson: el salvador que no fue


Fred Thompson, el ex senador y actor de producciones como "Duro de matar 2" y "La ley y el orden", ha dejado de existir hoy en la lista de candidatos Republicanos para la nominación presidencial. 
Su deserción se produjo después de una no tan larga y bastante penosa candidatura que nunca despegó. Su derrota en las primarias de South Carolina el sábado pasado fue el golpe de gracia. Ese día Thompson dio un discurso de agradecimiento con quienes habían trabajado junto a él, pero en lugar de retirarse de inmediato comentó que estaba "considerando sus opciones". Se demoró tres días en darse cuenta de que sus opciones habían dejado de existir. Fue una agonía corta (tiempo en el cual alcanzó a ir a saludar a su madre enferma), pero sus cercanos estaban preparado para este desenlace. 
Famoso por su interpretación de fiscal Arthur Branch en la serie de televisión "La ley y el orden", Fred Thompson se hizo un nombre en la actuación interpretando roles tan variados como director de la CIA, político, jefe de policía, senador, abogado viejo y fiscal. La Academia siempre ignoró su talento. 
Fue sin embargo como político-de-verdad que Fred Thompson alcanzó sus mayores éxitos. Destacado abogado, lobbista y luego senador por Tennessee (1994-2003) y luego lobbista otra vez, Thompson comenzó a ser considerado a mediados del año pasado como la carta salvadora para un grupo de republicanos que parecían insatisfechos con la oferta que tenían en frente: un Giuliani que parecía tener las mejores opciones pero demasiado liberal en muchas cosas, un McCain a medio morir, un mormón millonario y un evangélico simpático. Thompson, por el contrario, parecía hecho para el trabajo: conservador, serio, ex actor como el cuasi beatificado Ronald Reagan y tan carismático como un tronco. Un Republicano genérico, cuyo proyecto político era irrelevante en tanto fuera suficientemente Republicano. 
Después de meses de especulación y de declaraciones del tipo "estoy probando las aguas", Fred Thompson acudió al más solemne de los foros políticos de la nación para anunciar formalmente su candidatura: The Tonight Show, con su anfitrión, Jay Leno. "Estoy en carrera para ser presidente", dijo solemntemente, seis meses después de que sus camaradas del GOP habían iniciado sus propios recorridos. 
Sin embargo toda la expectativa quedó en nada: el candidato Thompson no logró convocar ni a los contribuyentes ni a los simpatizantes suficientes, y su tradicionalmente histriónico semblante parecía tan empático como el de un cadáver no identificado en la morgue local. Fue sólo en el debate en South Carolina -estado que al principio de su candidatura se consideraba casi un triunfo seguro- que Thompson pareció reaccionar. El chistoso del curso, Mike Huckabee, lo dijo mejor que nadie al defenderse de los manotazos verbales del ex senador: "parece que despertó y se dio cuenta de que había una carrera", dijo.
Si Thompson despertó, fue demasiado tarde. "Espero que mi país y mi partido se hayan beneficiado de este esfuerzo", dijo al expirar. 
Sus camaradas rindieron un sentido homenaje, tratando de paso de transformarse en la opción de los electores huérfanos del hombre de Tennessee. "Defendió firmemente las ideas conservadoras y creyó firmemente en la necesidad de mantener nuestra coalición conservadora unida", dijo Mitt Romney, que espera transformarse en la elección de los conservadores en Florida, el martes 29 de enero (Romney debería ser el más beneficiado con la deserción de Thompson). Como apunta la nota del New York Times, los cristianos evangélicos son cerca del 25 por ciento del electorado de Florida, estado en el que el "otro" religioso, Mike Huckabee, ha dejado de invertir en vista de sus escasas posibilidades. 
"Un tipo muy bueno", comentó por su parte John McCain (quien debería ser el más afectado por la "bajada" del Thomson). "No espero que apoye a nadie".