Como estaba previsto, el comité de reglamentos de la Convención Nacional Demócrata decidió validar la mitad de los delegados de Michigan y Florida. En rigor, están todos invitados, pero su voto vale la mitad.
Eso quiere decir que el nuevo "número mágico" -que era 2.025 delegados, los necesarios para asegurar la nominación directamente- queda en 2.118 delegados. Eso significa que a Obama le faltan sólo 66 delegados para quedarse con el triunfo.
No es lo que quería la campaña de Hillary Clinton, que pedía que se validara al 100% de los delegados de Michigan y Florida -o sea, como si nunca hubiera existido el castigo y como si las primarias hubieran sido perfectamente normales en esos estados-, y en teoría no es lo que quería la campaña de Obama, que pedía que se validaran todos los delegados, pero que se dividieran en partes iguales -tenían que pedir un extremo para llegar a la mitad, regla básica de negociación. Con todo, la campaña de la senadora protestó.
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