Una de las cosas que tiene Biden a favor, que pueden servir muy bien a la campaña de Obama, es que puede ser bastante frontal (y graciosamente ingenioso) a la hora de ir al ataque. Un "attack dog" (perro de ataque) le dicen. Como en este debate para las primarias Demócratas, en que dispara contra Bush, Giuliani y, respetuosamente, contra la inexperiencia de sus entonces rivales por la nominación Demócrata.
Por supuesto, el temor es que ese mismo carácter lo haga cometer errores fatales en una campaña como la de Obama, caracterizada por controlar bastante efectivamente (quizás demasiado) su mensaje. Es un peligro a tener en cuenta.
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