ACTUALIZACIÓN: (Lo revela Time, pero el dato lo rescata Michael Crowley en el blog de elecciones de The New Republic) Después del skit de SNL, Bill Clinton llamó a Tina Fey para darle las gracias. Oh-my-God.
La campaña de Hillary Clinton se ha quejado insistentemente sobre la supuesta preferencia de los medios de comunicación por Barack Obama. Lo dice ella cada vez que puede, lo dijo muy enérgicamente Bill Clinton en aquellos lejanos días de New Hampshire, lo dice insistemente cualquier operativo de su campaña ahora que se acerca el "Supermartes 2": la votación del 4 de marzo en que Hillary Clinton debe ganar Texas y Ohio para mantenerse en carrera.
La noche del martes pasado en el debate presidencial de MSNBC en Cleveland, OH (eso es "Ohio, no es un signo de sorpresa), Hillary Clinton tenía una nueva carta en la que apoyarse para validar la queja sobre el "Obamismo" de los medios: El skit de apertura del sábado pasado en Saturday Night Live. Se trataba de una parodia sobre el debate anterior, organizado por CNN y Univisión en Texas, y en ella los periodistas caían rendidos ante cualquier gesto del senador Obama (interpretado por Fred Armison, debutando en ese personaje), mientras rechazaban cómicamente cualquier intento de intervención de Hillary Clinton (Amy Poehler).
Para el equipo de SNL fue un alivio encontrar a un imitador de Obama -aunque no parece tener al personaje particularmente dominado. En una entrevista con el imperdible programa "On the Media", de WNYC-NPR, el comediante y jefe del equipo de guiones del programa, Seth Myers comentaba las dificultades de abordar al personaje. En la anterior parodia a los precandidatos demócratas, Barack Obama había sido interpretado por Barack Obama, interactuando en una fiesta de Halloween con los imitadores de sus entonces numerosos contendores y explicando que no estaba disfrazado porque no tenía "nada que ocultar". Ahora necesitaban tener a un Obama en el elenco, sobre todo con la perspectiva de que podría transformarse en el candidato Demócrata y eventualmente en el próximo presidente.
Para Hillary Clinton fue una certificación -y más encima "cool"- de su queja histórica. Claro, la senadora no es particularmente una comediante, pero trató de hacer comedia en el debate del martes al citar al skit de SNL: "En los últimos debates siempre me hacen a mí la primera pregunta", dijo. "Es curioso, si alguien vio Saturday Night Live, a lo mejor le deberíamos preguntar a Barack si está cómodo o si necesita otra almohada". Cric... cric...
Cuenta James Downey, el libretista del skit, que su teléfono casi reventó de llamadas el martes en la noche. Y que el productor ejecutivo del programa, Lorne Michaels, ya le encomendó escribir más material relacionado con la campaña para este sábado.
¿Se habrá comprado SNL la tesis de su miembro estable Tina Fey, quien en el mismo programa apoyó expresamente a Hillary Clinton? (Fey lo hizo con gracia, claro: "Mucha gente dice que Hillary es una perra...Sí, lo es", dijo. "Y eso es bueno: las perras logran que las cosas se hagan")
Por supuesto, SNL y Tina Fey de lado, la pregunta es si efectivamente la prensa ha favorecido tanto a Barack Obama. Probablemente sea materia de discusión por mucho tiempo, pero en la lectura constante da la impresión de que efectivamente Obama tiene mejor "llegada". Como explica Ben Smith, en Politico.com, los periodistas son por definición el grupo donde Obama tiene mejor llegada: gente con formación universitaria que viven en grandes ciudades, en su mayoría hombres y jóvenes (aunque estas dos últimas habría que chequearlas, en el caso del gremio).
Por sentido común, es fácil entender que la de Obama es la mejor historia de la campaña -en términos de potencial narrativo: un personaje nuevo, con una historia personal potente y singular que parece encarnar cada capítulo del "sueño americano", etcétera. Y a un buen periodista le gusta contar buenas historias. A esto se suma que efectivamente su irrupción y su campaña ha sido un fenómeno, o un "movimiento", como les gusta decir (el miércoles en la mañana llegaron al millón de contribuyentes). Además, como es nuevo en este circo, tiene poco registro público en el cual indagar. Y lo que sí podría haber sido peligroso (su época de consumidor de drogas, por ejemplo) él mismo se encargó de neutralizarlo contándolo en sus memorias, que son anteriores a sus aspiraciones presidenciales e incluso parlamentarias.
Hillary Clinton, por otro lado, tiene el problema de que es un personaje ya conocido y muy escrutado, que nunca se ha caracterizado por su calidez y cercanía, y que tiene un jefe de campaña, Mark Penn (que, por lo visto, será el gran villano de la historia de estas primarias) que ante la sugerencia de que Hillary se mostrara "más humana" dijo que "lo humano está sobrevalorado".
¿Y usted qué opina?
3 comentarios:
yo adoro a Tina Fey, interesante su monólogo, algún artista local se atrevería decir lo mismo de Bachelet?
La pregunta es si esa buena gestión de la imagen se traducirá en una buena gestión del gobierno. A mí ya me está incomodando ese exceso de empatía. ¿Qué dice la historia? ¿Sabes de algún caso tipo Obama donde mirar?
Sobre cuánto se traduzca en "buena gestión" es difícil saber, pero no creo que la empatía -o el carisma- sea lo contrario, un signo de vacío argumental. El NYT publicó hace un par de semanas un artículo interesante sobre esto del carisma / culto a la personalidad, citando casos como F.D. Roosevelt y John F. Kennedy. Está acá http://www.nytimes.com/2008/02/17/weekinreview/17zernike.html
A Obama le queda un largo camino (dígase ganar ahora y ganar en noviembre) para probar qué puede hacer. Pero hay una cosa en que sí parece seguro apostar en que su buena imagen puede servir: en la diplomacia internacional. EEUU necesita tener a un (o una) presidente inteligente y carismatico, necesita "abuenarse" con el mundo. Y sospecho que parte de esa necesidad -de sentir que son mejores que lo Bush- alimenta bastante el culto a Obama. Y si ves la imagen de Obama en la prensa internacional, puedes llegar a las mismas deducciones, creo yo. ¿Qué dice el resto?
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