Inicialmente la campaña de Hillary Clinton había desestimado poner demasiado esfuerzo en Wyoming, considerando que Obama tenía más posibilidades de ganar por lo impecable que ha sido su rendimiento en los caucus anteriores. La campaña de Clinton se ha quejado de que los caucus son un procedimiento que no representa correctamente a la gente -por supuesto, habría que ver si dirían lo mismo ganando-, pero esta semana, después de resucitar gracias a su triunfo en Ohio y Texas, decidieron que bien valía la pena el intento de prolongar la sensación de victoria y ver si con el vuelo le daban un golpe más a Obama. Chelsea Clinton, Bill Clinton y luego Hillary Clinton fueron a cortejar a la gente de Wyoming.
Pero la campaña de Obama -que necesita recuperar la cara de ganador; el golpe de Ohio y Texas fue muy duro- tenía, como ha sido siempre, sobre todo en los estados donde se realizan caucus, una mucho mejor organización. Y rindió frutos: los resultados son 61% para Barack Obama y 38% para Hillary Clinton.
La lógica de Hillary Clinton -quien está abajo por 123 delegados en el conteo contra Obama- es que lo más importa es qué candidato gana en los estados grandes. La lógica de Obama es que todos los estados son importantes y que el que tiene más delegados es el que debe ser el candidato nominado. De manera que hoy ganó Barack Obama.
El próximo evento es este martes 11 de marzo, cuando se realicen las primarias en Mississippi. Obama es el favorito para ganar ahí. Y por lo tanto está obligado a hacerlo. El próximo gran enfrentamiento -gran estado, muchos delegados, gran choque- será el 22 de abril en Pennsylvania. Y ahí Hillary Clinton es la gran favorita.
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