domingo, 2 de noviembre de 2008

Votando en Arlington, Virginia


En Virginia no se puede votar anticipado, pero se puede votar "ausente" en persona. Es un tecnicismo: si alguien declara que no puede ir a votar el día de la elección, puede votar antes. Si dice que sencillamente no quiere estar en la fila ese día, puede votar antes, pero sólo por el presidente (y no en la elección de senador, representante y los otros cargos y preguntas sobre asuntos locales incluidos en el voto). 

El sábado era el último día en este estado, y el promedio de espera en la fila era de tres horas. Algo que superaba por mucho (entre tres y diez veces, dependiendo a quién le preguntara uno) la votación anticipada de los anteriores. La primera persona en la fila había llegado a las 6.30 y era una señora en silla de ruedas. Abrieron a las 8. 

En el lugar de votación de Arlington Court House, la gente podía decidir si votar en máquinas o con un papel y un lápiz, al viejo estilo. Fue una opción del estado: no quisieron destinar dinero para comprar más máquinas. 


Virginia es un estado clave este año. Y aunque Arlington es la parte Demócrata del estado (o "la parte comunista", o "antiamericana", si escuchamos a los Republicanos tipo Palin) los votos son igual de apetecidos porque los estados se ganan con votos populares, y el Norte de Virginia -el área cercana a Washington D.C., un bastión Demócrata- es sólo un tercio de la población total del estado. 

Además, como los votos se cuentan -por asuntos de horario- de este a oeste, un triunfo en ese estado sería una noticia temprana. Y, dicen, McCain no puede ganar la elección si no gana Virginia, según las proyecciones que se hacen.  

Son 13 votos electorales en disputa. 

Por todas esas cosas, y porque está al lado de la capital, estar en Virginia es una suerte, un privilegio o un gran acierto. O todas las anteriores.  

En el lugar de votación, a unos metros de distancia, unos amigos Republicanos entregaban "votos de muestra", o sea, imitaciones del voto con las opciones Republicanas marcadas para que el simpatizante no tuviera que pensar demasiado mirando la papeleta. Conozcan a David Deperro y Jeff Miller. 


Lo mismo hacían los Demócratas. Conozcan a Maureen Garde y Ken Epstein. 


En la feria de productos orgánicos, a una cuadra, un puesto de la campaña de Obama tenía a un veterano de guerra -Jerry Long- y otros voluntarios conversando con la gente y recibiendo donaciones a cambio de botones, letreros y autoadhesivos.  No había un puesto de la campaña de McCain. Pero, de nuevo, Arlington es territorio Demócrata. 

Donde sí habían Republicanos con letreros era en la fila. Republicanas, más bien. Estas señoras vieron que era chileno y empezaron a hablar de la Virgen de Guadalupe (porque ya saben, México queda justo al lado de Chile). "Ella se apareció para salvar a los niños del sacrificio. La necesitamos ahora para detener a Obama", dijo una. "Si te fijas, todos los dictadores están con él. Y él quiere ir a la cama con Ahmadinejad", dijo la otra. Iban a seguir en la fila con sus letreros hasta que les dijeran que no se podía entrar al local con ellos. 

1 comentario:

gabihormaechea dijo...

Me encantó tu blog. No sabes cómo me ayudó a entender muchas cosas.
Estoy viviendo en Arlington, Virginia, y después de lo que leí me siento en el epicentro de las elecciones!
Un abrazo.