Una advertencia: esto NO es interesante. Es una entrada personal.
Se acabó esta elección pero siguen pasando cosas. La política norteamericana seguirá con sus particulares dinámicas, una nueva familia se irá a vivir a la Casa Blanca, un presidente aclamado en el mundo va a tener que desilusionar a mucha gente cuando aterrice a la realidad, los medios enamorados del candidato se encontrarán con una administración probablemente muy disciplinada en el control del mensaje, y en el partido Republicano seguirán con la lluvia de culpas (blamestorming, término que saqué de Esquire) e intentará rearmarse.
Factor 2008 seguirá funcionando, con un nuevo nombre, claro. Esperen, próximamente más anuncios.
Pero para cerrar el ciclo no pude resistirme a esto.
Tras tanto tiempo cubriendo la carrera presidencial, pensé que quizás alguien podría querer imaginarse el lugar desde donde seguimos las últimas horas. A lo largo de la campaña tuve varios "Situation Rooms" (gracias, Wolf Blitzer y CNN), como ridículamente llamaba a mi escritorio: en mi casa, en cafés (gracias, Starbucks), en la casa de quienes me acogieron en mi emergencia (gracias, Gonzalo y Carmen Luz), en el puesto que todavía me guardan en El Mercurio, en la oficina de Radio Duna (gracias, Cony y Pitu) y en el departamento a donde fui a parar. Pero todo terminó acá, en el Foreign Press Center de Washington.
Mi lista de agradecimientos es larga y sospecho que no enteramente publicable. Pero he tenido el apoyo de muchas personas queridas desde el inicio del blog, desde el ánimo hasta los consejos prácticos. He tenido lectores conocidos y desconocidos, y me he sorprendido y halagado cada vez que alguien se ha tomado la molestia de dejar un comentario. Por nombrar algunos (no se sientan los omitidos, por favor): Diego Graglia, Daniel Cabrera, Marisol García, Pedro Galindo, Strauss, CJ, Loreto Navarrete, Jorge Regula, Francisco Estrada, Reinoaraucanía, Wini, Christian Matus, Rodrigo Pinto, Chelo, Florencia Fuensalida, Sole, Straw Dog, Seba Silva, JP Garnham, Juan Andrés. A todos los nombrados y los no nombrados, a ustedes, muchas gracias. Y sigan arriba de este bus, que vamos a alguna parte.
Más abajo encontrarán algunas fotos de la celebración en Washington D.C., con la gente tocando las bocinas y gritando afuera de la Casa Blanca, cantanto el himno nacional, el mantra "Yes we can" o simplemente una frase dedicada al actual dueño de casa:
Goodbye.
Hubo gente que quedó en el camino, no sólo los candidatos que perdieron. Prefiero personalizar el homenaje en alguien a quien no conocí, pero cuya muerte me impactó y cuyo recuerdo todavía me emociona: Tim Russert habría amado esta campaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario