Hay que reconocerle algo a George W. Bush: tiene buenos reflejos.
Muntadar Al-Zaidi, periodista del canal de televisión Al Baghdadia, el año pasado fue secuestrado y luego liberado por milicias chiítas en su país. Frustrado con la violencia en Irak, decidió protestar en lugar de preguntar. Cuando Bush y el presidente iraquí Nouri Al-Maliki ofrecieron a los periodistas iraquíes la primera oportunidad en la historia para hacer preguntas al presidente de Estados Unidos. Al-Zaidi le tiró sus zapatos.
Y Bush demostró un juego de cintura envidiable. Como presidente, un gran deportista.
(Publicado también en factorUSA.blogspot.com)